Leticia Núñez (ALN).- Un fantasma recorre América Latina: la tentación de los presidentes de no dejar el poder. No entiende de ideologías. Los hay de izquierdas, como Evo Morales, quien desde hace una semana tiene vía libre para ser reelegido tantas veces como quiera en Bolivia. También de derechas, como Alberto Fujimori en Perú. Todos han cambiado las Constituciones movidos por un mismo sueño: eternizarse en el poder. Los expertos le ponen nombre: tentación autoritaria.
América Latina carga el fardo de la reelección presidencial. Desde la semana pasada, Evo Morales tiene vía libre para ser reelegido tantas veces como quiera en Bolivia. Y eso que en 2016 perdió un referéndum y dijo que se iría. Ahora se queda. Aspirará a un cuarto mandato. Como él, Daniel Ortega ya lleva 21 años como presidente de Nicaragua. En Venezuela, donde también hay reelección indefinida, Hugo Chávez estuvo 14 años en la Presidencia. Y luego están, los que como Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, amenazan con volver tras ocho años en la Casa Rosada y otros cuatro de su fallecido marido, Néstor Kirchner. Aspiran a eternizarse en el poder. “América Latina tiene un problema de salud democrática con esta ambición”, apuntan expertos consultados por ALnavío.
Es una tentación que abarca tanto a la izquierda como a la derecha. Basta con señalar el caso de Alberto Fujimori en Perú, donde fue presidente desde 1990 hasta el año 2000. En 1995, tras ganar su primera reelección, Fujimori empezó a trabajar para la tercera postulación presidencial a pesar de que la Constitución de 1993 -aprobada por mayoría fujimorista- sólo permitía la reelección para un periodo consecutivo, que ya había gastado en 1995.
Legisladores de la bancada de Fujimori salvaron ese impedimento con un proyecto de ley denominado “interpretación auténtica”, que nuevamente la mayoría fujimorista aprobó en el Parlamento, como recuerda el periódico La República. Argumentaron que la elección de Fujimori en 1990 no contaba porque en aquel entonces regía la Constitución de 1979 y, por lo tanto, el político sólo se habría presentado como candidato una vez (en 1995) y que la postulación del año 2000 sería su primera reelección.
Dos casos distintos son los que protagonizaron Lula da Silva en Brasil y Juan Manuel Santos en Colombia
En 1997, el Tribunal Constitucional se pronunció en contra de la ley de “interpretación auténtica”, pero el fujimorismo destituyó a tres magistrados, a quienes, según el rotativo, se hizo “un juicio político”. Sin embargo, en 1999, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó que volvieran a sus cargos.
En Ecuador, Rafael Correa también soñó con eternizarse en el poder. De hecho, la Asamblea Nacional, controlada por el oficialismo, aprobó en 2015 una reforma para eliminar la limitación de dos mandatos. Sin embargo, la medida no entrará en vigor hasta 2021, por lo que el expresidente se vio obligado a ceder el testigo a Lenín Moreno. No obstante, guarda la esperanza de regresar al palacio de Carondelet cuanto termine el actual mandato presidencial. Sin embargo, Moreno podría aguarle la fiesta: ha convocado una consulta popular para dar marcha atrás a esa reforma.
Quien sí lo consiguió fue Juan Orlando Hernández en Honduras. A pesar de que el expresidente Manuel Zelaya fue derrocado en 2009 con un golpe de Estado por intentar enmendar la Constitución para permitir la reelección, la Corte Suprema de Justicia ratificó en agosto de 2016 un fallo de su Sala de lo Constitucional que en 2015 tumbó ese obstáculo. Es más, el 26 de noviembre el país celebró elecciones generales y Hernández fue uno de los candidatos. Aún está por ver si continuará en el cargo, puesto que aunque ha obtenido el mayor número de votos, la oposición ha pedido un recuento completo de las actas.
Finalmente, en Chile la Presidencia parece ser un juego sólo de dos: Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. Ella es actualmente la única mujer presidenta de toda América Latina. Él aspira a ‘quitarle’ el puesto. Ambos ya se midieron en las elecciones presidenciales de 2005, en las que la socialista se impuso al empresario por un 53,5% de los votos. Desde entonces, han pasado 12 años y el Palacio de la Moneda sólo les ha tenido a ambos como inquilinos.
Dado que la ley electoral prohíbe la reelección consecutiva, una vez cumplido el primer mandato de Bachelet, Piñera volvió a presentarse. En esta ocasión, sí llegó a la Presidencia. Era 2010 y venció al candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, en la segunda vuelta. Se convirtió así en el primer mandatario de derechas en Chile elegido democráticamente en medio siglo.
Ahora la tendencia podría continuar si Piñera gana la segunda vuelta el próximo 17 de diciembre. Si vence el empresario, serían 16 años de Bachelet, Piñera, Bachelet, Piñera. Dos políticos de ideologías opuestas que se alternan en el poder en un país que impide la reelección consecutiva.
Dos casos distintos son los que protagonizaron Lula da Silva en Brasil y Juan Manuel Santos en Colombia. “Cuando mediado el segundo mandato, su partido quiso modificar la Constitución para ser reelegido una vez más, Lula dijo que una de las características de la democracia era la alternancia y que, por tanto, no estaba en su ánimo modificar la Carta Magna”, cuenta a ALnavío Carlos Malamud, investigador del Real Instituto Elcano sobre América Latina. Santos, por su parte, dio marcha atrás y prohibió la reelección después de haber sido aceptada.