Antonio José Chinchetru (ALN).- El escándalo internacional de la carne adulterada en Brasil puede beneficiar a uno de sus vecinos. Las reformas de Mauricio Macri en la fiscalidad del sector han puesto a Argentina en una situación privilegiada para ganar cuota de mercado internacional como exportador sustituto de productos cárnicos. Brasil fue en 2016 el mayor exportador mundial de vacuno y pollo, así como el cuarto de cerdo. Pero su imagen en este sector ha quedado duramente dañada por el escándalo de la adulteración con carne podrida. Buena prueba de ello es que el Ejecutivo de Brasilia estima que las pérdidas anuales causadas por el affaire alcanzarán los 1.500 millones de dólares (1.391 millones de euros).
Por el momento, la Unión Europea, China y Chile ya han decretado la prohibición temporal de compra de este bien alimenticio procedente de tierras brasileñas. Los países importadores van a buscar mercados alternativos, lo que supone una oportunidad de oro para Argentina, que busca recuperar la posición perdida en la élite mundial de vendedores de cárnicos.
La nueva situación juega a favor de Argentina para recuperar posiciones antes de lo previsto
Caída libre en el ranking mundial
El escándalo protagonizado por Brasil llega en un momento en que el Gobierno argentino ha tomado las medidas adecuadas para volver a ser un exportador de carne de referencia en el mundo. Argentina era en 2005 el tercer exportador mundial de productos cárnicos. En aquel año embarcó con destino a otros países 771.000 toneladas.
Las ventas descendieron por los impuestos que implantó Cristina Fernández de Kirchner / Flickr: Expectativa Online
A partir de ese momento fue perdiendo posiciones paulatinamente, hasta quedar relegado al undécimo lugar actual en el ranking global. En 2016 los embarques fueron de 200.000 toneladas (algo más de la cuarta parte que once años antes), a pesar de que en ese ejercicio había comenzado a producirse una recuperación al aumentar en un 10%. El motivo de este descenso se encuentra en las trabas burocráticas y los impuestos a las exportaciones de carne que implantó Cristina Fernández de Kirchner con la excusa de favorecer el mercado interior.
Una de las primeras medidas tomadas por Mauricio Macri al llegar a la Casa Rosada estaba destinada a revertir la situación. Eliminó buena parte de las trabas y los impuestos a la exportación de carne. Tanto el Gobierno argentino como los analistas estimaban, antes del escándalo en Brasil, que en 2017 se duplicaría la cifra del ejercicio anterior. Así, el objetivo era alcanzar las 400.000 toneladas embarcadas a lo largo del año. Eso supondría que el país seguiría por el momento fuera del top ten mundial, al que esperaban retornar en 2018.
Uruguay, fuera de la carrera
Sin embargo, la nueva situación juega a su favor para recuperar posiciones antes de lo previsto. Con llevarse tan solo una parte de los clientes que está perdiendo Brasil, Argentina (como otros países) puede disparar sus exportaciones. A esto ayuda además que el principal rubro exportador cárnico del país austral es el vacuno (casi 157.000 toneladas en 2016), justo aquel en el que su vecino es líder a nivel mundial. Otro motivo para el optimismo argentino es que uno de sus rivales no se ve con fuerza para aprovechar la situación. El Gobierno de Uruguay (sexto exportador global) ha dejado claro que no tiene capacidad para aumentar sus ventas al exterior como sustituto de la producción brasileña.
El Gobierno argentino ha tomado las medidas adecuadas para volver a ser un exportador de carne de referencia en el mundo
Los productores argentinos sí se muestran, por el contrario, optimistas y confían en poder aumentar las ventas al exterior. Además, desde el sector lanzan mensajes de confianza en la calidad de su producto. Desde diversas organizaciones empresariales se destacó que la carne argentina está sometida a fuertes controles por parte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Antonio José Chinchetru es periodista en Madrid.
El escándalo de la carne brasileña ha venido a ayudar a los exportadores argentinos. Pero esto es así tan solo gracias a las medidas tomadas previamente por Mauricio Macri. Si continuaran las trabas burocráticas y los altos impuestos a la venta de carne a otros países impuestos por Fernández de Kirchner, la situación sería muy diferente.