Caleb Zuleta (ALN).- Putin lleva 20 años en el poder. ¿Quién duda de que ha marcado un estilo? ¿Y quién duda que pretende que Rusia sea una potencia que sea escuchada en todo el planeta? En la más reciente rueda de prensa anual, Putin dijo que la ideología es el patriotismo. “No hay que inventar otra idea”, ha dicho Putin. Los expertos señalan que también existe el putinismo.
¿Qué pretende Vladímir Putin? Que se reconozca a Rusia como potencia mundial y que se reconozca que es el líder de ese proyecto. Putin dijo en 2016 en una conferencia ante el Club de Líderes, que «no puede existir ninguna otra idea de unidad que no consista en el patriotismo… No inventaremos ninguna otra idea, ni hace falta que la inventemos…Esa es nuestra idea nacional, no está ideologizada ni vinculada a ningún partido, pero contiene un principio común capaz de aunar».
En esta idea del patriotismo ha insistido. Lo dijo en la más reciente rueda de prensa anual, celebrada la semana pasada en el Kremlin: “Hoy en día existe solo una ideología y es el patriotismo”.
La BBC de Londres ha hecho un trabajo para recordar cómo llegó Putin en 1997 al Kremlin, quién lo llevó, y cómo fue que se quedó al final trabajando con Boris Yeltsin, a quien sucedió. En ese trabajo, la BBC comenta que “Putin ha permanecido en el poder, como presidente o primer ministro, durante 20 años. En ese tiempo ha construido un sistema de poder que gira en torno suyo. Y bajo su égida Rusia se ha convertido en un Estado cada vez más autoritario, con menos libertades y derechos democráticos”.
La BBC consulta a Valery Solovei, historiador y politólogo de Rusia. En Wikipedia, de Solovei se dice que es “profesor de Historia, ex jefe del Departamento de Relaciones Públicas del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú”. Renunció a la jefatura a mediados de 2019 para dedicarse a la academia. Solovei distingue dos propósitos históricos entre Yeltsin y Putin. Señala: «Yeltsin creía que tenía una misión, y también lo cree Putin. Yeltsin se veía a sí mismo como Moisés: quería liberara a su pueblo del yugo comunista».
Solovei dice, por el contrario, que “la misión de Putin es regresar al pasado. Quiere vengar lo que ha dado en llamar ‘la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX’: la caída de la Unión Soviética. Él y su entorno, antiguos oficiales de la KGB, creen que la destrucción de la URSS fue provocada por los servicios de inteligencia occidentales».
Los analistas señalan que nunca la popularidad de Putin estuvo tan alta como cuando se produjo la anexión de Crimea. Pero esta acción ha tenido un impacto económico y social. Y el pueblo ruso lo está sufriendo. Y por ello la ilusión en cuanto a Crimea se ha ido desvaneciendo. Para Putin, sin embargo, Crimea es una apuesta patriótica y es una apuesta de Rusia en calidad de potencia. Lo son también las operaciones en Oriente Medio y en Africa. Lo es también su apuesta por la lejana América Latina, y en particular por Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Es curioso que Putin, en la conferencia de prensa anual de este 2019, haya dicho que hay que dejar quieto el cuerpo de Vladímir Lenin donde está, porque todavía hay bastante gente que vive Rusia que asocia su vida y lo que es a la Era Soviética. Tal vez Putin sea uno de esa gente. El antiguo agente de la KGB aun respira por la herida.