Juan Carlos Zapata (ALN).- La rusa Rosneft ya había adelantado que se iba de Venezuela. Y Chevron podrá quedarse pero sin sacar petróleo de la Faja del Orinoco ni vender petróleo. ¿Cómo afecta esto la producción? ¿Podrá Maduro cubrir estas dos bajas en la ya menguada industria petrolera?
Si se siguen los últimos reportes de la OPEP, Venezuela produce 660.000 barriles diarios de petróleo. Ese es un total. Y de ese volumen, Petróleos de Venezuela, PDVSA, la empresa estatal controlada por el régimen de Nicolás Maduro, apenas produce por esfuerzo propio 105.000 barriles. Los otros barriles salen de los contratos de servicios, 106.800 barriles y de las empresas mixtas, 448.000 barriles diarios.
Tanto en los contratos de servicios petroleros como en las empresas mixtas, PDVSA es socia mayoritaria. Solo que las empresas privadas, multinacionales como Rosneft y Chevron, entre otras, eran las que llevaban las operaciones. Porque la menguada, la destruida PDVSA, dejó en manos de las multinacionales toda la actividad. Lo cierto es que PDVSA aporta solo el 16% de la producción y las multinacionales y los contratos de servicios el 84%.
Ahora ocurre que Rosneft anunció hace un mes que liquidaba todas las operaciones en Venezuela. Porque Rosneft no quería ver afectadas sus operaciones globales por las sanciones impuestas por los Estados Unidos contra PDVSA y el régimen de Maduro. Y la OFAC acaba de precisar que Chevron se puede quedar pero sin sacar ni vender petróleo.
Volvamos a los números. Chevron produce en dos empresas mixtas, Petropiar y Petroboscán 110.000 y 69.000 barriles diarios, respectivamente, para un total de 179.000. Petropiar opera en la Faja del Orinoco y Petroboscán en el estado Zulia.
El general Manuel Quevedo entierra a PDVSA
Rosneft, por su parte, ya producía en tres empresas mixtas, poco más de 83.000 barriles diarios.
Sumados Rosneft y Chevron, la cuenta llega a 262.000 barriles. Si se le restan a los 448.000 barriles de las empresas mixtas, queda la producción en 186.000 barriles diarios. Y hay que decir, si se restan, porque hasta ahora no hay sustituto para Rosneft y tampoco habrá sustituto para Chevron. Porque si PDVSA, a pesar de la mayoría accionaria que le asiste, no podía ejercer de líder en las empresas mixtas, menos podrá hacerlo ahora en solitario, sin capital, sin logística, sin personal, sin gerencia.
La otra resta tiene que ver con la producción total. Habrá que restarle a los 660.000 barriles reportados por la OPEP, los 262.000 de la suma de Rosneft y Chevron. O sea, que la producción va a quedar en menos de 400.000 barriles diarios. Se pierde el 40% de la producción. Si esto es grave, no se diga lo que ha ocurrido con el colapso de los precios del petróleo.
De paso, las refinerías están destruidas. Y ello explica por qué Venezuela pasó de exportador a importador de gasolina. Pero como el dinero se le agotó a Maduro en diciembre de 2019, tampoco ha podido importar más gasolina y de allí la escasez de combustible que sufre el país.
La producción petrolera era de poco más de 3.000.000 de barriles diarios cuando Maduro llegó al poder. Ha ido cayendo de manera constante. Con Maduro se han sucedido 4 presidentes en PDVSA. El primero fue purgado y vive escondido en Italia. Dos fueron a prisión. Uno murió en la cárcel. Y el cuarto llegó con ínfulas de rescatar la producción, a los meses de nombrado dijo que ya la estaba recuperando, y lo que pasó fue todo lo contrario. ¿Hasta dónde llegará la producción petrolera?