Redacción (ALN).- La agencia de calificación de riesgo asigna a Brasil una clasificación de Ba2 con un panorama negativo, es decir, con una calidad de crédito cuestionable. No obstante, cree que el presidente “sobrevivirá” tras la denuncia por corrupción pasiva.
Las sospechas de corrupción que se ciernen sobre el presidente de Brasil, Michel Temer, podrían pasar factura de forma inmediata al país. La agencia Moody’s Investors Service afirma en un informe divulgado este lunes que la denuncia formal por corrupción que presentó el fiscal general de la República contra el mandatario puede amenazar la calidad del crédito del país.
Las analistas Anna Snyder y Samar Maziad, según recoge Europa Press, señalan que las turbulencias políticas pueden obligar al presidente de Brasil a atenuar los efectos de su planeada reforma del sistema de pensiones o aumentar el gasto para así garantizar el apoyo de los legisladores.
Moody’s afirma que las turbulencias políticas pueden obligar a Temer a atenuar el efecto de sus reformas
Aun así, las expertas esperan que Temer concluya su periodo presidencial. La agencia de calificación de riesgo le asigna a Brasil una clasificación de Ba2 con un panorama negativo, es decir, con una calidad de crédito cuestionable.
El presidente de Brasil, que durante los últimos meses ha presumido de su gestión económica, ahora ve cómo su discurso se tambalea en cierto modo. El pasado lunes, el fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, acusó a Michel Temer de “recibir para sí (…) una ventaja indebida de 500.000 reales (150.000 dólares /134.000 euros)” de uno de los dueños de la empresa cárnica JBS, Joesley Batista, involucrado en el caso Lava Jato.
En una breve declaración a la prensa en el Palacio de Planalto, el mandatario afirmó que ve los cargos que se le imputan como “una infamia de naturaleza política” y “sin fundamento”. Siguiendo la tónica desafiante de sus últimas apariciones públicas, Temer afirmó: “No huiré de batallas ni de guerras que tenemos por delante. No me falta coraje para seguir en la reconstrucción del país y en la defensa de mi dignidad personal”.
El siguiente paso es que el Congreso autorice la apertura de la investigación al presidente y decida si finalmente le aparta de su cargo.