Leticia Núñez (ALN).- Puede pasar cualquier cosa. Las encuestas, que hace apenas una semana daban como favorito al populista Juan Diego Castro, ahora sitúan en primer lugar al diputado evangélico Fabricio Alvarado. El fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor del matrimonio igualitario, que Costa Rica debe aplicar, ha dado un vuelco a la campaña copando todo el debate. Pero, sin duda, lo que reina es la indecisión. Más de un tercio de los costarricenses aún no tiene decidido a quién votará. Hay cinco candidatos con opciones de pasar a la segunda vuelta y ninguno supera el 17% de apoyos. Nunca hubo tanta incertidumbre en un país tan próspero.
¿Dónde quedó la corrupción en Costa Rica? ¿Dónde la crisis económica? ¿Y la inseguridad? Ahora, el fuerte rechazo al matrimonio igualitario ha desatado un escándalo sin precedentes en el país desdibujando por completo el escenario electoral. La exacerbada defensa de los valores cristianos, de la familia tradicional, ha pisado la arena política como nunca antes. Y, de repente, un predicador evangélico lidera las encuestas cuando quedan menos de 48 horas para las elecciones presidenciales que se celebrarán este domingo.
La campaña para elegir al nuevo presidente de Costa Rica transcurría con cierta normalidad, similar a contiendas anteriores, aunque con la amenaza de que un populista de derechas, Juan Diego Castro, a quien muchos no dudan en apodar como el Donald Trump tico, llegara al poder.
Pero el 9 de enero cambió el rumbo. Ese día la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un fallo que ha sido considerado histórico por los defensores de minorías sexuales, al ordenar a sus países miembros que reconozcan derechos plenos a las parejas del mismo sexo.
La noticia cayó como una bomba. Puso la campaña patas arriba y opacó por completo otros temas como la crisis fiscal y el aumento de la violencia. En menos de dos semanas el candidato del conservador Partido Restauración Nacional (PRN), Fabricio Alvarado, disparó su popularidad.
“Tenemos una crisis económica a la vuelta de la esquina y estamos discutiendo sobre el matrimonio igualitario”
Las últimas encuestas, especialmente la publicada este miércoles por el Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (UCR), a la que los analistas otorgan mayor fiabilidad, le sitúan en primer lugar, con un 16,9% de intención de voto. Lejos, eso sí, del 40% necesario para ganar en primera vuelta.
Hace apenas un mes, Fabricio Alvarado era un desconocido para los costarricenses: apenas tenía un 3% del voto. Sin embargo, su férrea oposición a la unión de personas del mismo sexo ha catapultado sus opciones de alcanzar la Presidencia. Llega con “un discurso incendiario”, según dice al diario ALnavío Juan Carlos Hidalgo, analista de políticas públicas sobre América Latina en el Cato Institute.
Le define como alguien “bastante mediático” y que se hizo famoso “dentro de las iglesias evangélicas porque es buen cantante”. Tiene 43 años y amenazó con sacar a Costa Rica del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, denunciando que la CIDH violenta la soberanía del país y amenaza los valores de la familia tradicional.
“No estamos dispuestos a una agenda LGTBI, proaborto y una ideología de género. Hagamos que el 4 de febrero sea nuestro referendo sobre matrimonio entre hombre y mujer”, dijo Fabricio Alvarado.
“Receta para el desastre”
Por ahora el propósito de Alvarado va camino de cumplirse. Dos tercios de los costarricenses están en contra de la decisión de la Corte, “así que estamos viendo las consecuencias”, sostiene Hidalgo. Lamenta que “a un gran segmento de la población le importe un carajo la economía” y que el país se encuentre “en una elección donde prima la guerra cultural sobre el matrimonio homosexual”.
Dicho de otra manera: “Tenemos una crisis económica a la vuelta de la esquina y estamos discutiendo sobre el matrimonio igualitario”. Esto, en su opinión, “es la receta para el desastre” (Ver más: El próximo presidente de Costa Rica tendrá que enfrentar una “profunda” crisis fiscal).
Hay cinco candidatos con opciones de pasar a la segunda vuelta: les separan menos de seis puntos porcentuales
No obstante, critica las formas y el momento en el que llegó la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Asegura que, pese a lo conservador del país, el progreso social venía dándose en Costa Rica y que, por ejemplo, el festival de la diversidad que se celebró el pasado julio en San José fue multitudinario. Además, recuerda que el Gobierno ya había avanzado en materia de reconocer el seguro social a las parejas del mismo sexo y a heredar una pensión. Dice también que, aunque el país no estaba a la vanguardia de América Latina, sí avanzaba en la dirección correcta y que entre los más jóvenes “ya no existe ese estigma sobre la homosexualidad”.
Sin embargo, “no era la manera de hacerlo”. Y lo argumenta: “Costa Rica se convierte en el primer país del mundo en legalizar el matrimonio igualitario no por una decisión de sus órganos internos, no por referéndum o decisión legislativa, sino por decisión de una Corte supranacional”. En este sentido, agrega: “No se puede forzar el cambio social en una nación sin esperar consecuencias”.
En definitiva, Hidalgo cree que si la decisión de la CIDH se hubiera anunciado un mes después de las elecciones, “tal vez” el país estaría ante otro escenario.
Preguntado por si Fabricio Alvarado está preparado para gobernar, el analista lo rechaza rotundo: “En absoluto. Su programa de gobierno es risible, tiene grandes lagunas en materia económica. Es un partido monotemático sobre Dios y el Evangelio”. Y agrega: “Es una irresponsabilidad por parte de muchos costarricenses que se están decantando por este candidato evangélico fundamentalista simplemente porque están en contra del matrimonio igualitario”.
“Puede pasar cualquier cosa”
Pese al avance repentino de Fabricio Alvarado, lo que reina en Costa Rica es la indecisión. Ya lo dice Hidalgo: “Puede pasar cualquier cosa”. Y enfatiza: “Cualquiera”. El número de indecisos, según la encuesta de la UCR, ronda el 36%. Hay cinco candidatos con opciones de pasar a la segunda vuelta –se da por hecho que habrá balotaje-. A todos ellos les separan menos de seis puntos porcentuales. Algo que el analista del Cato Institute ve como “preocupante”.
“Si fuese un referéndum sobre todos los candidatos, todos perderían. El 36% de indecisos es una señal de que ninguno convence”, subraya al respecto. Tras Fabricio Alvarado, se sitúa Antonio Álvarez Desanti, del Partido Liberación Nacional, con un 12,4% de apoyos. En tercer lugar, figura el candidato del Gobierno, Carlos Alvarado (Partido Acción Ciudadana), con un 10,6%; después Juan Diego Castro (Partido Integración Nacional) con un 10% y en quinta posición, Rodolfo Piza (Partido Unidad Social Cristiana) con un 8%.
Se trata de un escenario que Hidalgo califica como “deprimente” en materia de candidatos. Es más, señala que con tales aspirantes “no sorprende ese nivel tan alto de indecisos”. En su opinión, “mucha gente irá a votar no tanto por su candidato, sino por temor a otros. Hay quienes dicen que van a ir a votar a Desanti por miedo a Castro y otros que lo harán por Carlos Alvarado por temor a Fabricio Alvarado”.
El “fenómeno PAC”
No obstante, sostiene que los seguidores del candidato del Gobierno, Carlos Alvarado, son lo que más emocionados están en estos momentos. “Pasó de tener un dígito en intención de voto a subir en las encuestas en los últimos días [es tercero con el 10,6%]”, recuerda Hidalgo. El analista habla incluso del “fenómeno PAC”.
Y es que en las pasadas elecciones sucedió algo similar. Entonces, el candidato era Luis Guillermo Solís, el actual presidente. Los sondeos le situaban en cuarto e incluso en quinto lugar. Sin embargo, subió “de una manera radical” en los últimos días. Terminó primero en la primera vuelta y después ganó la segunda frente a Johnny Araya, del Partido Liberación Nacional. Por eso, Hidalgo subraya el ascenso de Carlos Alvarado.
“Está ocurriendo de nuevo, veremos si con la misma magnitud. Es el único que se ha mostrado 100% a favor del matrimonio igualitario”, dice el analista. Entre las fortalezas de Alvarado, destaca que es “una cara nueva, una cara fresca” y que “ha sido muy hábil para hacer propios los que son percibidos como logros del Gobierno y en desmarcarse de los muchos errores del Gobierno”.
Pese a ello, Hidalgo apunta que en esta ocasión “hay mucha clase media que no está encantada con el PAC, a pesar de que sí le votó hace cuatro años, porque sienten que el partido ha sido bastante irresponsable en el manejo de las finanzas estatales”.
Finalmente, asegura que el populista Juan Diego Castro, quien llegó a liderar las encuestas y a quien el propio Hidalgo definió como una amenaza para el país por su “vena autoritaria”, se ha desinflado.
No es para menos teniendo en cuenta sus últimas declaraciones. Dijo que en el primer año de Gobierno el periódico La Nación, líder en Costa Rica, saldría de circulación y acusó al candidato del PNL de repartir chupetas con cocaína. “Unas locuras que han hecho pensar a muchos votantes que este tipo está loco”, concluye Hidalgo (Leer más: El Donald Trump de Costa Rica no tiene asegurada la victoria en primera vuelta).
Quedan menos de 48 horas para unas elecciones inusuales. La incertidumbre es total. Hidalgo ya lo había advertido al principio: “Cualquier cosa puede pasar”.