Redacción (ALN).- El presidente venezolano Nicolás Maduro y el entonces ministro de Industria y Producción Nacional, Tareck El Aissami, constituyeron a mediados de 2019 una red de sociedades en el extranjero para eludir las sanciones impuestas por Estados Unidos.
Según revela documentos publicados por el español Ok Diario, los altos jerarcas del chavismo «se sirvieron» de una amplia red clientelar, en la que destacaban un despacho internacional de abogados con la sede central en Estados Unidos y la empresa tailandesa Tipco, con la que Pdvsa pudo desviar millones de euros sin el control estadounidense.
Tipco, con sede en Bangkok, que se dedica a la producción de asfalto, «pagaba las deudas de PDVSA a clientes y proveedores internacionales y después lo descontaba de su cartera de negocios. A cambio, los tailandeses percibían un incentivo en la bajada del precio».
Es así como la empresa tailandesa – que factura al año más de 1.200 millones de dólares- se convertía en una especie de banco para el socialismo venezolano, en sustitución de las verdaderas entidades crediticias que se negaban a trabajar con Maduro por la presión del Departamento de Estado. Siguiendo ese procedimiento, Caracas logró saldar, entre otras, la deuda de 10 millones de euros con una empresa rusa que había vendido una flota de camiones al Estado venezolano de Aragua, cuando su gobernador era Tareck El Aissami, el cerebro del plan, señala la investigación del medio digital.
Como parte de esto, el vicepresidente de Comercio y Suministro de la petrolera venezolana, Antonio Pérez Suárez, solicitó a Tipco, el 6 de marzo de 2020, la transferencia a un bufete de letrados de la cantidad de 500.486,48 euros. Las operaciones a través de Tipco se repitieron más de una vez.
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