Leticia Núñez (ALN).- América Latina es la punta de lanza para la multinacional española. Sus ingresos en toda la región ya suman casi la mitad del negocio total. Sin embargo, la compañía de Álvarez-Pallete no está exenta de apuros. En febrero se enfrentó al gobierno de Macri por la reforma de las telecomunicaciones y en Venezuela el hundimiento del bolívar la ha diluido. Ahora, estudia demandar a Colombia después de que le impusiera una sanción de 452 millones de euros.
La multa de 452 millones de euros (530 millones de dólares) que Colombia impuso a Telefónica el pasado 26 de julio ha resucitado los viejos fantasmas a los que la multinacional española se enfrentó en América Latina. La región es su particular gallina de los huevos de oro. Solo en el primer trimestre de 2017, le reportó 12.612 millones de euros de ingresos (14.800 millones de dólares). Una cifra que equivale al 48% del total. Pero también es un área donde, desgraciadamente, empieza a acostumbrarse a las confrontaciones. Argentina y Venezuela han sido zonas de conflicto.
La condena de Colombia, por los activos utilizados para la implantación de la telefonía móvil en el país suramericano en los contratos suscritos en 1994, le llega a la compañía que preside José María Álvarez-Pallete apenas cinco meses después de sufrir su última crisis en Argentina.
La reforma de las telecomunicaciones emprendida por el gobierno de Mauricio Macri tuvo en pie de guerra a Telefónica. El decreto 1340/2016, que abrió la competencia en telefonía y televisión por cable, dio entrada en el negocio al Grupo Clarín, a través de su operador Nextel. Lo hizo sin tener que realizar las inversiones que sí han venido haciendo operadoras como la española. De ahí el conflicto.
Telefónica es una de las empresas más importantes en Argentina junto con Banco Santander y BBVA
La guerra fue a cuenta de la fusión de varios sectores. Clarín es fuerte en televisión por cable e internet y Telefónica en telefonía móvil, un negocio con 60 millones de líneas para 40 millones de habitantes. Será a partir de 2018 cuando los operadores podrán ofrecer el paquete completo (teléfono, internet y televisión).
Telefónica, una de las empresas españolas más importantes estratégicamente en Argentina junto con Banco Santander y BBVA, denunció que el citado decreto beneficiaba “solamente al sector de los operadores de cable y a un solo actor”, en referencia al Grupo Clarín. Y agregó: “La política de telecomunicaciones que lleva adelante este gobierno inexorablemente demorará las inversiones que son tan necesarias para el desarrollo de infraestructura que requiere el país”.
De hecho, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, aprovechó la visita a Madrid el pasado febrero del mandatario argentino, Mauricio Macri, para intentar desatascar la situación. Le dijo que dicho decreto castigaría las inversiones de Telefónica. Rajoy, según recoge el periódico El País, hizo especial hincapié a Macri en que las empresas españolas no han pasado su mejor momento en Argentina en los últimos años. La renacionalización de YPF en 2012, cuando todavía era propiedad de Repsol, fue un golpe muy duro.
Sin embargo, los intentos de negociación no fructificaron y en marzo se consumaron los temores de Telefónica. El Ente Nacional de Comunicaciones argentino concedió a Nextel la autorización para dar servicios de telefonía móvil 4G, convirtiéndose en la cuarta operadora del país.
Ahora, la compañía española puede acudir al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), un organismo de arbitraje dependiente del Banco Mundial que suele ocuparse de las disputas entre las empresas y los Estados.
Precisamente, Telefónica también se plantea acudir al Ciadi para solucionar el conflicto que le ha estallado en Colombia. Antes, irá al Tribunal de Arbitramento de Bogotá que le impuso la multa. Si no obtiene una respuesta satisfactoria antes del 18 de agosto, recurrirá ante el Consejo de Estado, máximo tribunal contencioso administrativo de Colombia. Hay una tercera vía, el amparo constitucional, según confirmó a ALnavío una fuente próxima a Telefónica.
“En Venezuela hemos aguantado”
Al margen de Colombia y Argentina, Telefónica también ha pasado y pasa apuros en Venezuela. El grupo sigue funcionando a pesar del colapso político y económico. La inflación supera el 700% y podría superar el 2.000% en 2018, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI). En los informes de la compañía el país suramericano ocupa un lugar irrelevante. Se podría decir que casi ha desaparecido de las cuentas de Telefónica. Según datos facilitados por su matriz, apenas aporta el 0,25% de los resultados consolidados del grupo.
De hecho, el gigante de las comunicaciones explicó en el informe de resultados del primer semestre de 2017 que “ante la ausencia de tipos oficiales representativos de la situación económica de Venezuela, la compañía ha determinado que es necesario estimar un tipo de cambio sintético que se ajuste a la evolución de la inflación para reflejar de forma adecuada la situación económico-financiera y patrimonial de sus filiales venezolanas”. Con el tipo aplicado, la cifra de negocio de la operadora en Venezuela se situó en los seis primeros meses del año en 66 millones de euros (77 millones de dólares) frente a los 98 millones de euros (114 millones de dólares) registrados en el mismo periodo de 2016, lo que supone una caída del 33%.
Maduro acusó en abril a Movistar de sumarse a la “convocatoria golpista”
Antes, en 2010, Hugo Chávez aprobó una devaluación del 50% mediante la unificación de los tipos de cambio que le costó 1.810 millones de euros (2.127 millones de dólares) a Telefónica.
En abril de 2016, la filial del grupo anunció la suspensión del servicio de larga distancia internacional al no haber podido llevar a cabo un aumento de las tarifas por la imposición del regulador venezolano. Desde entonces, quedaron interrumpidas las llamadas a Brasil, Perú, España, México y Estados Unidos, según informó Movistar.
Pero no solo eso. Movistar está en la mira del gobierno de Nicolás Maduro. El pasado 21 de abril, el mandatario anunció que investigaría a la firma española tras acusarla de sumarse a la “convocatoria golpista”, en alusión a las protestas convocadas el 19 de abril por la oposición.
Pese a ello, tal como declaró Álvarez-Pallete en una entrevista con El País el pasado junio, la idea de Telefónica es aguantar. “En Venezuela hemos aguantado. Tenemos, desde mi punto de vista, la mejor compañía de telecomunicaciones del país. En moneda local, más allá de los efectos inflacionarios, crecemos muy fuertes. Nos gustaría que las restricciones que tenemos de incorporar equipos o terminales fueran menores pero la operación en sí en Venezuela, desde el punto de vista de gestión, es espectacular”.