Elizabeth Fuentes (ALN).- Con el corazón -y la salud- en la mano, los consumidores de tecnología tienen múltiples posibilidades al momento de seleccionar ese artilugio que funciona para contar el ritmo cardiaco, saber cuántos kilómetros se han recorrido y hasta conocer dónde están las mejores olas para surfear.
La mayoría lo utiliza “para mantener o mejorar mi estado físico”. Al menos esa fue la respuesta que obtuvo el primer lugar en una encuesta realizada por la empresa consultora GfK y donde se preguntaba a los llamados “consumidores de vanguardia” por qué habían adquirido un reloj inteligente.
Solo en Europa su consumo aumentó 45% el año pasado, tendencia que se supone irá en alza porque las marcas han comenzado a mejorar los diseños y a segmentar el mercado.
Ahora la agenda se lleva en la muñeca
La marca Nixon, por ejemplo, lanzó Mission, un reloj que incluye alertas en tiempo real para conocer dónde y a qué hora están las mejores olas para los fanáticos del surf o dónde hay más y mejor nieve para quienes practican esquí.
“Nosotros hacemos mejor las cosas. Lo que a primera vista no se percibe pero no puede ser ignorado, nosotros le prestamos atención”, es su eslogan.
Y vaya que lo logran, porque el Mission incluye desde la posibilidad de cambiar el diseño de la esfera (basta con tocar y mantener pulsada la pantalla, luego deslizar hacia la izquierda para ver las esferas de reloj disponibles y tocar la que el usuario quiera que se muestre) hasta hacer búsquedas de voz. Basta con decir “Ok Google” o tocar la esfera del reloj para preguntar lo que se desee y, obviamente, el reloj responde.
Este ejemplar también permite escuchar música, recibe mensajes y notificaciones de llamadas de teléfono entrantes, mensajes de texto, correos electrónicos y eventos, así como comprobar el calendario, hacer seguimiento de paquetes, ver la información del tráfico, comprobar reservas de vuelos u hoteles, echar un vistazo a las condiciones meteorológicas y, por supuesto, llevar el seguimiento de la actividad mientras se hace surf, snow o sky. Y por si fuese poco, da la hora y la fecha. El precio: poco menos de 500 euros.
Diseños, precios, posibilidades
Sin embargo, no son solo los fanáticos de los deportes los que están utilizando estos dispositivos. La investigación planetaria que llevó a cabo GfK identificó que existe un apetito por estos relojes en cualquier espectro de edad.
“Creemos que hay una oportunidad de atraer más gente al mercado de monitoreo de salud y condición física. A medida que evolucionan los dispositivos, el crecimiento del mercado debería ser más fácil”, concluyen.
Reciben correos, permiten escuchar música o conocer el tamaño de las olas en tiempo real
Y en efecto, grandes marcas como Sony, Samsung, LG, Apple o Huawei, entre muchas otras, se han lanzado a capturar el mercado con precios altamente competitivos, que oscilan entre 16 dólares por un Brigmton Bwatch sin mayores ambiciones y 500 dólares por el Apple Watch Nike+ 42mm con caja de aluminio y correa Nike Sport Blanca.
Por su parte, la empresa china Huawei presentó el Watch Classic, el primer reloj Android -“Clásico por fuera. Inteligente por dentro”, es su eslogan- con cristal de zafiro, 4GB de ROM, conectividad Bluetooth y Wifi con pulsera en acero inoxidable o cuero.
Con 13 millones de relojes inteligentes vendidos el año pasado solo en Europa, el mercado ha comenzado a disfrutar de una buena temporada y todo parece indicar que seguirá creciendo a medida que las marcas continúen en su afán de reinventar la forma de dar la hora.