Leticia Núñez (ALN).- Madrid. 15 de diciembre. Una ciudad y una fecha que no podían ser más oportunas. El expresidente Correa visitó la capital española por última vez en enero para hacer campaña a favor del actual mandatario de Ecuador, Lenín Moreno. Ahora es Moreno quien visita España. La relación ha sufrido un giro de 180 grados. El momento se antoja crucial. Según Correa, Moreno es un “traidor” y ha “destruido” su legado. El presidente, por su parte, promueve una consulta para prohibir la reelección indefinida.
No es una visita meramente protocolaria. El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aterrizará este viernes en España. Llega en un momento clave. Justo cuando la hostilidad con su antecesor, Rafael Correa, está que arde. El primero visita Madrid. El segundo vive en Bélgica. Les separan 1.290 kilómetros. Poco más de dos horas en avión. Tan cerca y tan lejos… Como lejos quedaron las buenas palabras y gestos que se dedicaron ambos en la campaña electoral de abril. Ahora el divorcio es un hecho.
Correa cree que su legado no está en buenas manos con Moreno. Al fin y al cabo, el mandatario está promoviendo una consulta para, entre otras cosas, eliminar la reelección indefinida. Dicho de otra manera. El presidente de Ecuador podría aguarle la fiesta a Correa, que ha amenazado en distintas ocasiones con volver a Carondelet en 2021.
Por ahora quien vuelve a España es Moreno. Visitó Barcelona como vicepresidente en 2007 y ahora llega a Madrid como mandatario. Es su segundo viaje internacional, tras desplazarse en septiembre a Nueva York para asistir a Naciones Unidas. Por lo que éste podría considerarse como el primer periplo bilateral desde que es presidente.
No son unas circunstancias ideales después del chorro de acusaciones lanzado en su contra por Correa, quien ha llegado incluso a decir que la democracia en Ecuador está “en peligro” desde que Moreno llegó al poder. Le tildó de “traidor” a la “Revolución Ciudadana” y de estar aliado “con lo peor de la política nacional”.
En su peculiar lista de improperios, Correa también llamó “mediocre” y “desleal” a Moreno tras disculparse por ciertas políticas públicas de la Administración correísta en áreas de educación y salud. La cosa no termina ahí. Según el expresidente, Moreno ejerce “demasiada presión” sobre los jueces. Lo dice por el juicio a Jorge Glas, quien fue número dos de Correa y a quien se condenó este miércoles a seis años de prisión por asociación ilíicita en el caso Odebrecht. Según la Fiscalía, recibió 13,5 millones de dólares en sobornos.
Por su parte, Moreno, quien fue motivador profesional y se dedicó a divulgar los beneficios de la risoterapia y la inteligencia emocional en el pasado, no ha dudado en calificar de “crítica” la situación financiera que heredó y fustigar a Correa por la deficiente gestión de la Refinería del Pacífico, uno de sus proyectos estrella junto con Hugo Chávez, entre otros asuntos espinosos. La pugna, cuyo comienzo se remonta a los últimos seis meses, promete más capítulos.
Hasta ahora, poco se sabe de la agenda que desarrollará Moreno en España. Tan sólo que el próximo martes visitará la Casa de América, para analizar las líneas de trabajo llevadas a cabo por su Gobierno desde mayo. Estará acompañado por el ministro español de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis.
Un último dato: la última vez que Correa visitó Madrid fue en enero de este año. Lo hizo para hacer campaña por Moreno. Ahora, casi un año después, la capital española vuelve a unir los destinos de Moreno y Correa. Tan cerca y tan lejos.