Leticia Núñez (ALN).- El presidente de Ecuador, de visita oficial en España, habla de la tensa relación que mantiene con el exmandatario Rafael Correa. Asegura que no se arrepiente de haber admirado a “ese joven idealista que inició una gran transformación del país” pero señala rotundo: “No me gustan aquellos que tratan de disfrazar de democracias las dictaduras”.
Dice el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, que “el poder es peligroso” y que “hay que abandonarlo lo más pronto posible”. Es la respuesta que ofrece cuando le preguntan por la tensa relación que mantiene con el expresidente Rafael Correa. No se esconde. En la visita oficial que estos días realiza a España habla con claridad. Aunque no menciona en ningún momento el nombre de Rafael Correa, asegura: “No me arrepiento de haber admirado a ese joven idealista que inició una gran transformación del país, pero no me gustan aquellos que tratan de disfrazar de democracias las dictaduras”.
En un acto celebrado este martes en la Casa de América en Madrid, Moreno, contrario a la reelección y mucho más si es indefinida, cuenta que su relación con Correa se volvió “siniestra” precisamente “cuando los presidentes deciden perpetuarse en el poder, cuando se cree en reelecciones indefinidas, cuando nos creemos enviados divinos y nos creemos que sólo nosotros hacemos las cosas bien”.
En este sentido, califica el fenómeno de la reelección como “una falta de respeto a nosotros y a los jóvenes que tienen derecho a hacerlo bien”. Por ello, Moreno promueve una consulta popular, que se celebrará el próximo 4 de febrero, y en la que podría aguarle la fiesta a Correa, que sueña con eternizarse en el poder.
Moreno sobre Glas, condenado por Odebrecht: “Es la Justicia con su autonomía, como debe ser”
Pese a que el expresidente aprobó en 2015 una reforma para eliminar la limitación de dos mandatos, la consulta de Moreno podría dar marcha a tras a esa reforma, que entraría en vigor en 2021.
Preguntado qué hará en caso de perder la consulta, Moreno lo tiene claro: “Respetar el resultado”. Dice que no se le pasa por la cabeza dimitir, algo que califica como una “mala idea”. En su opinión, corresponde aceptar el resultado y “si el pueblo quiere que haya reelecciones indefinidas, el pueblo decide”.
Pese a que la distancia con Correa es cada vez más profunda, el presidente de Ecuador expone que “siempre” tuvo “buen criterio” del exmandatario y que el propio Correa lo tuvo de Moreno. Algo con lo que se atreve incluso a bromear: “Es probable que ambos estemos equivocados”.
Es el único ‘elogio’ que Moreno dedica a Correa, con quien fue vicepresidente. Apenas lleva seis meses en Carondelet y asegura que “hoy Ecuador vive un ambiente de paz” frente a “la confrontación que se vivía” cuando fue elegido. “Atomizados y polarizados, así estaban los ecuatorianos”, sostiene. Ahora, a su juicio, el ambiente ha dado un giro de 180 grados: “Sólo tender la mano al diálogo, sólo propiciar la libertad de expresión generó que volvamos a acercarnos”.
Correa llamó a Moreno “mediocre” y “traidor”
La lista de encontronazos entre ambos es larga. Las críticas se remontan a hace seis meses, cuando Moreno juró el cargo de presidente tras una década en el poder de Correa. El divorcio medio año después es un hecho. El expresidente no ve con buenos ojos su legado en manos de Moreno, a quien ha tildado de “mediocre” y “traidor” a la Revolución Ciudadana. La trama de sobornos que tejió Odebrecht y por la que el vicepresidente Jorge Glas, número dos de Correa, fue condenado la semana pasada a seis años de cárcel, ha avivado la hostilidad.
Moreno, en alusión a Correa: “No me gustan aquellos que tratan de disfrazar de democracias las dictaduras”
Precisamente, sobre Glas también habló Moreno en Madrid. Admite que “es muy delicado” opinar sobre el que fue su vicepresidente, pero señala: “Claro está: es la Justicia con su autonomía, como debe ser, ejerciendo su derecho a realizar su tarea”.
Moreno y Correa tampoco mantienen una buena sintonía en materia económica. Lejos quedan las buenas palabras y gestos que se dedicaron ambos políticos en la campaña electoral. En ese momento, Moreno negó que el país estuviera inmerso en una crisis y sostuvo que Correa dejaba “la mesa servida”, en referencia a una supuesta economía saneada. Una vez en la Presidencia, Moreno aseguró que esa misma mesa “no estaba servida” y culpó a su antecesor de las dificultades. Y es que Correa se fue con la economía en rojo.
De hecho, 2016 fue el único año en la última década en que Ecuador no creció. Según datos del Banco Central, la economía disminuyó 1,5% por la caída del precio del petróleo, el encarecimiento del dólar y el pago a Chevron y Oxy tras perder el país un juicio internacional con estas petroleras.