Daniel Gómez (ALN).- Para la Unión Europea la crisis en Venezuela es un tema cada vez más importante. En septiembre la UE anunció nuevas sanciones contra funcionarios chavistas. Este martes advirtió a Nicolás Maduro que será vigilado de cerca ahora que tiene un sitio en el Consejo de Derechos Humanos. La semana que viene el éxodo venezolano será el tema de un foro mundial organizado por la Unión en Bruselas. A esto se suma la visita de Josep Borrell, futuro alto comisionado de Política Exterior, a Cúcuta, punto neurálgico de la migración venezolana.
Federica Mogherini, alta comisionada de Política Exterior de la Unión Europea, se despedirá del cargo hablando de Venezuela. Será una de las protagonistas de la Conferencia Internacional de Solidaridad sobre la crisis de los refugiados venezolanos que se organiza el 28 y 29 de octubre en Bruselas, en el edificio Carlomagno de la Comisión Europea.
Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, quien sucederá a Mogherini como alto comisionado el próximo 1 de noviembre, tiene la migración venezolana entre sus prioridades. El pasado fin de semana visitó Cúcuta para conocer de primera mano la situación de los migrantes en compañía del canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo.
No podía visitar #Colombia sin comprobar sobre el terreno la situación de los 1,4 millones de venezolanos que han emigrado hasta aquí desde 2017. Es extraordinario el esfuerzo que hace Colombia para acogerlos.(1/5) pic.twitter.com/oLwRCjBI9K
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) October 19, 2019
Nada de esto es casualidad. No es casualidad la despedida de Mogherini hablando del éxodo. Y no es casualidad la visita de Borrell a Cúcuta, punto neurálgico de la migración venezolana.
Tampoco son casualidad las recientes advertencias de la UE contra Nicolás Maduro:
– Habrá nuevas sanciones contra siete funcionarios chavistas ante la negativa de Maduro de negociar con Juan Guaidó.
– Habrá una supervisión de la UE a Maduro por su ingreso al Consejo de Derechos Humanos.
Este martes la Unión Europea lanzó un comunicado en el que “expresa su gran preocupación por el historial de derechos humanos de algunos de los países elegidos. En particular, la gravedad de las violaciones de los derechos humanos en Venezuela, como se refleja en los hallazgos del informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y su impacto en la población no puede ser ignorado”.
El informe al que se refiere es el que elaboró la alta comisionada de la ONU, Michelle Bachelet. Un documento que revela al mundo cómo el régimen de Maduro persigue, reprime, tortura y mata, aunque el canciller, Jorge Arreaza, trate de demostrar lo contrario.
En un artículo publicado este jueves en el diario El País, Jorge Arreaza critica a Europa por alinearse con Estados Unidos y promocionar lo que el chavismo define como “terrorismo económico”.
La afirmación de Arreaza está lejos de ser cierta. La Unión Europea, como la ONU, siempre ha condenado las sanciones generales y siempre ha defendido las sanciones individuales. “Estoy en contra de las medidas que golpeen más duramente al pueblo venezolano. Las sanciones generales creo que no son ni positivas ni humanamente legítimas”, declaró Borrell a principios de octubre, cuando se sometió al examen del Parlamento Europeo para ser alto comisionado.
“Parecen no preocuparse en Europa por las secuelas inhumanas de las medidas coercitivas unilaterales que ha impuesto la Administración Trump contra la sociedad venezolana. Errónea y frecuentemente conocidas como ‘sanciones’, estas medidas ilegales han supuesto la más grotesca violación de derechos humanos, con impacto directo en 30 millones de personas.”
Jorge Arreaza, canciller de Maduro, en El País
En su artículo, Jorge Arreaza también criticó a Europa por ignorar “las inhumanas condiciones de 30 millones de venezolanos” afectados por las sanciones. ¿Entonces para qué es el foro que se celebrará la semana que viene en Bruselas? ¿Para qué son los reiterados llamados a la negociación que ha hecho la UE?
Desde que Federica Mogherini llegó a la Unión en 2014, siempre ha sido clara en sus denuncias contra el régimen de Nicolás Maduro y en sus llamados a la democracia y a la reconciliación.
Pero si en un mensaje ha sido insistente es en el de “poner a las personas en el centro”. A los 4,5 millones venezolanos que han tenido que abandonar su país por la crisis humanitaria, económica y política causada por Maduro.
Mogherini sabe que cada uno de esos migrantes tiene una historia, una familia, unos sueños. De ahí que la UE desde esta semana, previa al foro de Bruselas, exponga casos como el de Isabel, una migrante venezolana que llegó a Colombia a pie con lágrimas en los ojos, creyendo que su hijo de cuatro años iba a morir por desnutrición. Por suerte lo salvaron los funcionarios de Acnur, la agencia para los refugiados de la ONU.
O casos como el de Johan, uno de los 7.700 refugiados venezolanos que vive con VIH y que logró asistencia gracias al apoyo de Naciones Unidas.
Cabe recordar que la UE se alió con la ONU para dar visibilidad a lo que ellos definen como la crisis de desplazados más grande de América Latina, y la segunda más importante del mundo después de la de Siria. Con la salvedad de que en Venezuela no se libra ninguna guerra, aunque los funcionarios de Maduro digan lo contrario.
«If it wasn’t for my kids, I would have never launched myself into this adventure».
Alejandrina Sanoja, 54, is one of the millions of refugees and migrants fleeing Venezuela in search of a better livelihood.
The EU 🇪🇺 , @UNmigration
and @Refugees
stand #Together4Venezuelans pic.twitter.com/Y8LbyOvxzX— European External Action Service – EEAS 🇪🇺 (@eu_eeas) October 23, 2019