Leticia Núñez (ALN).- Marlene Alvarenga pretende inhabilitar de manera perpetua “a los políticos de cuello blanco” por ser “una vergüenza que existan congresistas señalados que busquen la reelección”. Es una de los nueve candidatos que aspiran a la Presidencia de Honduras, que este domingo celebra elecciones.
Con sólo 32 años, Marlene Alvarenga busca alcanzar la Presidencia de Honduras en las elecciones generales que se celebran este domingo. Lo hace al frente del Partido Anticorrupción (PAC) y es la única mujer de los nueve candidatos para estos comicios. Tal es su cruzada contra la corrupción, que uno de los pilares de su programa es la instauración de la pena de ‘muerte civil’ para todos los corruptos. Es decir, “inhabilitar de manera perpetua a los políticos de cuello blanco, en sus derechos civiles, laborales y comerciales”, como la propia Alvarenga relató en un anteproyecto de ley.
Asegura que “es una vergüenza que existan congresistas señalados que busquen la reelección” y otros que no han sido condenados “porque tienen padrinos”, mientras que “los que roban una gallina sí son sentenciados”. De ser aprobada la ley de Pena de Muerte Civil, se sancionará a todas las personas físicas o jurídicas que cometan delitos contra la salud pública, delitos financieros, económicos y chantajes, entre otros. También pretende nombrar un fiscal general “de carrera y no de dedo”.
Antes de llegar a la política en 2013, como diputada en el Congreso Nacional, Alvarenga, abogada de formación, se dedicaba por completo a su familia. Junto a su marido, lideraba una iglesia evangélica y ambos predicaban como pastores.
Sin embargo, “una revelación del Señor”, como ella misma confesó a los medios de comunicación, le hizo cambiar de rumbo. “Nunca me había involucrado en política porque mi padre decía que la política era para los ladrones. Yo crecí con eso en mi cabeza hasta que un día Dios me reveló otra cosa”, contó.
También influyó un discurso de Salvador Nasralla, anterior líder del Partido Anticorrupción, que vio en televisión: “Lo escuché atentamente y me identifiqué con él porque su discurso era contra la corrupción de este país. ¿Quién no está harto de la corrupción?”.
“Es una vergüenza que existan congresistas señalados que busquen la reelección”
Y quién le iba a decir a ella que sólo cuatro años después, en mayo de 2017, se enfrentaría al propio Nasralla en las primarias del partido y saldría victoriosa. Ahí fue cuando dejó claro que sus aspiraciones políticas pasaban por llegar a la Presidencia de Honduras.
Ahora, la inspiración que le produjo Nasralla ha dado paso al conflicto. La confrontación entre ambos es tal que Alvarenga llevó ante el Tribunal Supremo Electoral un escrito para solicitar a Nasralla que no utilizara el logo de la formación política que él mismo había fundado.
Al margen de la corrupción, Alvarenga propone reducir la cantidad de empleados públicos, ayudar el emprendedor y pequeño empresario a generar más puestos de trabajo, y construir tanto más hospitales como más escuelas a nivel nacional. “Puedo garantizar que seremos un gobierno totalmente transparente y de esa manera recuperaremos la credibilidad”, dijo en una entrevista al periódico La Prensa.
Propuso cambiar la letra al Himno Nacional
En 2014, la ahora candidata presidencial propuso cambiar la letra del himno de Honduras al no estar de acuerdo con que hable de muerte, específicamente en la parte que dice: “…serán muchos Honduras tus muertos, pero todos caerán con honor”. Pidió que se eliminara dicha estrofa, pero por las críticas que tuvo su proyecto de ley finalmente desistió.
“Hay otros problemas más graves que ameritan mi tiempo y el presidente del Congreso Nacional entendió mi posición, pero me dijo que era algo muy polémico y que no era el momento de impulsar algo así”, comentó entonces.
Malestar por la posible reelección de Juan Orlando Hernández
Además de presidente, en los comicios generales también se designarán tres vicepresidentes, 128 diputados al Parlamento local y 20 al Centroamericano, y 298 alcaldías municipales. Son las décimas elecciones desde que Honduras retornó a la democracia, en 1980, tras casi dos décadas de regímenes militares.
La cita con las urnas está marcada por la aspiración del presidente, Juan Orlando Hernández, a ser reelegido. Algo que provocó un fuerte descontento en la oposición porque la Constitución de la República no permitía la reelección bajo ninguna modalidad hasta que en agosto de 2016 la Corte Suprema de Justicia ratificó un fallo de su Sala de lo Constitucional que en 2015 tumbó ese obstáculo.
A pesar de que el expresidente Manuel Zelaya fue derrocado en 2009 con un golpe de Estado por intentar enmendar la Constitución para permitir la reelección, Hernández anunció el año pasado que buscará un nuevo mandato bajo la bandera del Partido Nacional, con el que ganó las elecciones en 2013. Dicho y hecho.