Redacción (ALN).- Con una tasa de 5,29% en la primera quincena de marzo, la economía mexicana se aleja de la meta establecida para este año y presiona al Banco Central (Banxico) para que realice una nueva ronda de subidas de interés. La entidad estima que en 2018 la inflación volverá a ser del 3%. La inflación interanual de México volvió a subir en la primera quincena de marzo hasta un 5,29%, superando la tasa del 4,86% correspondiente al mes previo y situándose en su nivel más alto en casi ocho años, desde julio de 2009. Así lo afirman los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía mexicano (INEGI), divulgados este jueves.
El aumento más relevante en relación con el mismo periodo del año anterior se dio en el transporte, cuyos precios aumentaron un 12,64%. Los productos de salud y cuidado personal incrementaron su importe un 5,64% y los alimentos, bebidas y tabaco un 4,35%.
De este modo, la economía mexicana se aleja de la meta establecida por el Banco Central de México (Banxico) de reducir la inflación hasta un 3%. En febrero, la entidad ya tuvo que aplicar el primer aumento de tasas de 2017, colocando los nuevos tipos en un 6,25%.
La economía mexicana se aleja de la meta de reducir la inflación hasta un 3%
Esta subida ya estaba en los planes del gobernador del Banco de México, Agustín Cartens, quien señaló que el tipo de cambio y la liberalización de los precios de las gasolinas que puso fin al monopolio de Pemex tendrían un impacto temporal en la inflación, según recoge el diario mexicano Expansión.
Al mismo tiempo, apuntó que este año se espera que la inflación se ubique por encima del objetivo establecido por el Banco de México, “retomando una tendencia convergente hacia la meta durante los últimos meses del año, para situarse cerca del 3% al cierre de 2018”.
La Reforma Energética llevada a cabo por el gobierno de Enrique Peña Nieto, aprobada en diciembre de 2013, abrió al libre mercado la explotación de hidrocarburos y electricidad, poniendo fin al monopolio de la gasolina en manos de Pemex y creando una expectativa de reducir los precios de los combustibles. Sin embargo, las tarifas siguieron subiendo hasta alcanzar un incremento del 20%, el mayor en casi 20 años, lo que fue denominado como ‘gasolinazo’.