Antonio José Chinchetru (ALN).- Venezuela desciende sola hacia los infiernos económicos. Mientras la crisis que azota el país no tiene perspectivas de terminar a medio plazo, todos los aliados internacionales de Nicolás Maduro cerrarán el año viendo crecer su PIB.
Venezuela se queda sola en su caída sin freno hacia el abismo económico. Todas las previsiones apuntan a que el Producto Interior Bruto (PIB) de la República Bolivariana va a seguir contrayéndose a un fuerte ritmo. Mientras tanto, las economías de sus principales aliados en Europa (Rusia y Turquía), Asia (China) y América (Cuba, Bolivia y Nicaragua) comienzan a recuperarse o siguen creciendo a buen ritmo.
El Banco Central de Venezuela (BCV), organismo encargado de hacer públicos los datos macroeconómicos del país, lleva sin publicar información sobre la evolución del Producto Interior Bruto desde abril de 2016. Ese mes dio a conocer el boletín referido al cuarto trimestre y cierre de 2015. Según el ente regulador, durante dicho ejercicio la economía se contrajo un 5,7%, una caída todavía mayor que la del 3,9% registrada en 2014.
Según los datos oficiales proporcionados al Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB venezolano cayó en un 18% en 2016, superando algunas de las expectativas para el pasado ejercicio. El descenso al abismo continuará en 2017, puesto que las previsiones del FMI son que el Producto Interior Bruto de Venezuela se reducirá otro 12% en el presente año y en un 4% en 2018. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU prevé una contracción bastante inferior, pero aun así muy elevada, de un 7,2%.
Al tiempo que el PIB se contrae, el país vive sumido en la hiperinflación. Según los datos proporcionados por el gobierno de Nicolás Maduro al FMI, el alza de los precios fue del 180,9% en 2015 y del 274,4% en 2016. El organismo internacional prevé que este año alcance el 720%. Por su parte, la firma de inversión Torino Capital estima que se situará en un 639%. Según los datos ofrecidos por la consultora Econométrica, la inflación mensual en agosto batió récords históricos al alcanzar el 31,9%.
Rusia comienza a respirar
Uno de los principales aliados de Nicolás Maduro a nivel mundial es la Federación Rusa. La alianza entre ambos países se forja en los primeros años de Hugo Chávez en el poder. Especialmente importante es su primera visita oficial en 2001 a Moscú, donde su buena sintonía personal y política con Vladimir Putin se tradujo en numerosos acuerdos de cooperación. Durante década y media Venezuela ha acaparado el 80% de las importaciones latinoamericanas de armamento, si bien durante los dos últimos ejercicios Moscú ha perdido peso como proveedor de material bélico a la República Bolivariana. Otro punto de unión muy importante es el petróleo. Se han creado empresas mixtas entre PDVSA y la rusa Rosneft, y Venezuela paga generosos créditos de Moscú con envío de barriles de crudo.
Sin llegar a unas cifras tan abultadas como las venezolanas, el desempeño de la economía rusa durante los dos pasados ejercicios ha sido también negativo. En 2015 tuvo un desplome del 2,8%, mientras que en 2016 la caída fue del 0,2%. Sin embargo, y aunque de forma moderada, las diferentes previsiones apuntan a que el país gobernado por Vladimir Putin ha comenzado la senda de la recuperación. Durante el primer semestre de 2017, el PIB ruso creció un 1,5% interanual, según los datos del Ministerio de Desarrollo Económico, que prevé que se cierre el año con un incremento del 2%. El FMI se muestra un poco más cauto y augura que el crecimiento del país se sitúe al cierre del ejercicio en 1,4%.
Turquía ha sido el último país en sumarse a una lista de aliados de la Venezuela chavista que está disminuyendo. Las posturas cada vez más abiertamente antioccidentales y la deriva crecientemente autoritaria del presidente Reccep Tayyip Erdogan, que corre en paralelo a la de Maduro, han acercado a los gobiernos de Ankara y Caracas. Ambos están inmersos en una profunda red de intereses y alianzas tejida por Moscú, que incluye al dictador sirio Bashar Al-Assad, Irán, varios países latinoamericanos y el grupo terrorista libanés Hezbollah.
Tras un 2015 en que su PIB aumentó un 6,1%, Turquía registró un crecimiento sensiblemente menor en 2016, cuando se situó en un 2,9%. Para 2017 las previsiones son que se recupere velocidad, puesto que el Gobierno estima que el Producto Interior Bruto del país se incremente en un 4,4% a final de este año. Por su parte, Moody’s calcula que el crecimiento será del 3,7% y Fitch lo eleva hasta el 4,7%, por encima incluso de las proyecciones oficiales.
A pesar de registrar una ligera desaceleración desde 2010, la economía china sigue evolucionando a buen ritmo
China se sitúa al margen del bloque antioccidental creado por Moscú y en el que Venezuela juega un papel destacado. Sin embargo, el gigante asiático también es un aliado de vital importancia para el gobierno de Maduro. Además del apoyo diplomático, hay dos elementos que afianzan esta relación. Por una parte, durante los años de bonanza petrolera, Pekín concedió al país caribeño créditos por 50.000 millones de dólares (41.900 millones de euros), que están siendo devueltos mediante el envío de entre 400.000 y 600.000 barriles de crudo diarios. Por otra, en los dos últimos años China ha sustituido a Rusia como principal proveedor de armamento de Venezuela.
A pesar de registrar una ligera desaceleración desde 2010, la economía china sigue evolucionando a buen ritmo. El crecimiento fue del 6,9% en 2015 y del 6,7% en 2016. El PIB del gigante asiático ha registrado en los dos primeros trimestres del presente ejercicio incrementos interanuales del 6,9% y las previsiones para el cierre del año son también positivas. El FMI estima que el aumento del Producto Interior Bruto en el país será del 6,7%, dos décimas menos que 12 meses atrás.
Buenas perspectivas para Cuba, Nicaragua y Bolivia
El distanciamiento del actual presidente de Ecuador, Lenín Moreno, con el régimen de Nicolás Maduro ha restado a este último un importante apoyo en América. Sin embargo, sigue contando con algunos firmes aliados en el continente. Y estos últimos también avanzan por una senda positiva en el terreno macroeconómico.
La Cuba de los hermanos Castro y Venezuela establecieron unas relaciones muy estrechas prácticamente desde el mismo momento de la llegada de Chávez al poder. El régimen castrista ha prestado todo tipo de asesoramiento y apoyo a los gobiernos bolivarianos en materias como seguridad o sanidad, además de su respaldo incondicional en diferentes foros internacionales. A cambio, ingentes cantidades de petróleo a precios preferenciales. La consonancia personal entre los mandatarios es tal que incluso el fallecido Hugo Chávez fue tratado de su enfermedad en la isla caribeña hasta el mismo momento de su fallecimiento. La alianza se mantiene firme ahora con Raúl Castro y Nicolás Maduro como gobernantes.
Aunque en el caso de Cuba las estadísticas no son fiables, éstas apuntan a un buen desempeño en 2017 tras un mal 2016. Luego de haber registrado, según los datos ofrecidos por La Habana al FMI, un crecimiento de 4,4% en 2015, el año pasado el PIB de la isla caribeña se contrajo un 0,9%. Según las previsiones de la CEPAL, comenzará el camino de la recuperación con un crecimiento en torno al 1% en 2017. Esto ocurrirá a pesar de que el grifo de petróleo venezolano se ha cerrado en buena parte.
Desde el momento en que Daniel Ortega vuelve al poder en enero de 2007, se establece una firme alianza entre Nicaragua y Venezuela. Basada en la afinidad ideológica entre los gobiernos, no falta en esta relación un elemento económico clave. El país centroamericano es miembro de Petrocaribe, lo que le permite acceder a petróleo venezolano con unas condiciones de pago muy favorables.
Nicaragua es uno de los países latinoamericanos con mejor desempeño y perspectivas desde un punto de vista macroeconómico. Su PIB creció un 4,9% en 2015 y un 4,7% en 2016. Para el presente ejercicio, CEPAL le augura ser la tercera economía con un crecimiento más fuerte en América Latina y el Caribe, de un 4,7%. Según las previsiones de este organismo, tan sólo la superarían Panamá con un 5,6% y República Dominicana, con un 5,3%.
La caída de los precios del petróleo no basta para explicar la grave crisis económica venezolana
Si algún gobernante suramericano destaca por su lealtad incondicional al gobierno de Caracas, ese es el boliviano Evo Morales. Al igual que en el caso de Daniel Ortega en Nicaragua, la alianza primero con Hugo Chávez y después con Nicolás Maduro se establece desde el momento en que Morales llega al poder.
Bolivia va a registrar, según CEPAL, una ligera desaceleración debido a los bajos precios de los hidrocarburos. Eso no significa, sin embargo, que vaya a tener una mala evolución. Según las previsiones de este organismo de la ONU, el PIB crecerá en 2017 un 4%, frente a los incrementos del 4,3% y del 4,8% registrados en 2016 y 2015, respectivamente.
A la vista de estos datos, la caída de los precios del petróleo no basta para explicar la grave crisis económica venezolana de los últimos años ni sus pésimas perspectivas. Dos de sus principales aliados, Rusia y Bolivia, son también muy sensibles a la cotización de los hidrocarburos en los mercados internacionales, pero no han sido castigados con una dureza similar.