María Rodríguez (ALN).- El subdirector del Instituto de Iberoamérica, Francisco Sánchez, explica al diario ALnavío que los continuos enfrentamientos entre el mandatario y el exmandatario de Ecuador se basan en dos premisas. La primera, que “nadie se imaginó que Moreno iba a tener tanta decisión política para tomar medidas duras contrarias a Correa”. Y la segunda, que “nadie se imaginó la beligerante reacción de este”. En el último encontronazo, el Presidente acusó a su predecesor de espiarlo a través de una cámara oculta.
El último capítulo en el enfrentamiento abierto que mantienen el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, y su predecesor en el cargo, Rafael Correa, tiene que ver con una cámara oculta. Moreno acusó este viernes al exmandatario de espiarlo a través de este objeto, ubicado de forma secreta en el despacho presidencial, según recoge Panampost. “La cámara que se encontró fue instalada hace siete u ocho años. No sabía de su existencia”, apuntó Moreno en su cuenta de Twitter y señaló: “Eso es delito de violación a la intimidad”. Por su parte, Correa se burló de la denuncia y pidió la renuncia de Moreno en redes sociales “por ridículo”. Este lunes, el exmandatario siguió echando leña al fuego y enlazó en Twitter con un artículo del blog Dato Certero donde se explica que dicha cámara no funciona desde el 2010.
Sánchez sobre la política de Moreno: “ A las personas tóxicas sólo te las sacas de encima con una política agresiva”
Vistos este y los anteriores encontronazos entre ambos políticos -como las críticas por la herencia de una economía en rojo y las disculpas de Moreno por ciertas políticas públicas de la Administración anterior en las áreas de educación y salud– cabe preguntarse cómo influyen estos toma y dame en el Gobierno actual. En este sentido, Francisco Sánchez, subdirector del Instituto de Iberoamérica y experto en política ecuatoriana, afirma en una entrevista al diario ALnavío: “Ha ido aumentando la confrontación y Moreno se ha hecho más fuerte en el Gobierno. Esto ha ido acrecentando la tensión entre los dos lados”. En definitiva, se trata de un círculo vicioso sin aparentes visos de que frene.
Ahora bien, ¿era predecible este distanciamiento teniendo en cuenta que Moreno, que apenas lleva cuatro meses en el cargo, ejerció de vicepresidente en el mandato de Correa? “Sí que lo era [previsible]. Siempre lo creí”, apunta Sánchez y explica que con la también “previsible” situación económica de crisis en la que quedaba el país tras la salida de Correa, “había que tomar medidas de reestructuración”, independientemente de que Moreno fuese el candidato de Correa.
Asimismo, el experto en política ecuatoriano destaca dos factores. Por un lado, “nadie se imaginó que Moreno iba a tener tanta decisión política para tomar medidas duras en contra del sector [oficialista de Correa]”, apunta Sánchez. Y por el otro lado: “Nadie se imaginó que la reacción de Correa iba a ser tan beligerante” frente al nuevo Presidente, insiste el experto.
Sánchez recuerda que esta confrontación empezó con un anuncio de Moreno en el que informó que la situación económica del país no era tan boyante como se la contó la Administración anterior y que la deuda tampoco era la que les dijeron. En ese momento, “Correa monta en cólera y ya empieza a hablar de la traición y prácticamente cualquier tipo de actividad que Moreno haga está considerada como una traición”, explica el subdirector del Instituto de Iberoamérica.
Sánchez afirma que, en Ecuador, “entre 2007 y 2017 no voló una mosca sin que Correa estuviese de acuerdo”
Ahora bien, “si tienes a un tipo que te está marcando la agenda de forma permanente, te lo tienes que quitar de encima”, explica el experto en relación con la omnipresencia de Correa en los asuntos políticos y de Gobierno en Ecuador. En este sentido, Sánchez afirma: “Hay formas fáciles y más difíciles [de actuar], pero yo sí pensé que la única manera de cortar era así: a las personas tóxicas sólo te las sacas de encima con una política agresiva”, que es como define el experto la que está llevando a cabo Moreno para alejarse de Correa.
Preguntado sobre si este distanciamiento despoja a la oposición, encabezada por Guillermo Lasso, de motivos para criticar al Gobierno, Sánchez considera que, en Ecuador, “la oposición es muy débil”. Insiste en que “está Lasso, pero no se sabe muy bien qué hace allí y no tiene ningún partido por detrás”. En definitiva, “la oposición digamos que está medio contenta”, comenta el experto y añade que “la política de mano tendida de Moreno ha liberado muchas tensiones”.
La imputación de Jorge Glas en Odebrecht “beneficia a Moreno”
Al margen de los encontronazos entre Moreno y Correa está la vinculación de Jorge Glas, vicepresidente de Ecuador, en la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. La Fiscalía General ecuatoriana solicitó a Glas como medida cautelar la prohibición de salida del país. Moreno ya le despojó el pasado 3 de agosto de sus funciones de Gobierno. El día de la audiencia de Glas en la que se anunció la vinculación del vicepresidente con Odebrecht, Moreno publicó un tuit en el que insistía en que “los corruptos tienen que ser sancionados”.
En este sentido, la imputación de Glas “beneficia a Moreno”, según Sánchez. “Glas es claramente un hombre de Correa”, explica el experto y añade que en el trasfondo de esta lucha de poderes del Presidente y el expresidente subyace “una lógica bastante mafiosa de ‘no has protegido lo suficiente a los tuyos’”. Y Sánchez concluye: “En ese país, entre 2007 y 2017 no voló una mosca sin que Correa estuviese de acuerdo”.