Pedro Benítez (ALN).- El tuit del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ofreciendo asilo a la defenestrada Fiscal General venezolana, Luisa Ortega Díaz, constituye un desafío sin precedentes a su colega y vecino Nicolás Maduro. Por primera vez Santos pasa de las palabras a los hechos, con lo que la internacionalización de la crisis venezolana entra en una fase superior. Juan Manuel Santos y Luisa Ortega Díaz pasan a ocupar la categoría de los nuevos peores enemigos de Maduro.
El primer periodo presidencial de Juan Manuel Santos en Colombia (2010-2014) coincidió con los últimos años de mandato (y de vida) de Hugo Chávez y con el primero de Nicolás Maduro en el poder en Venezuela. Durante ese lapso las relaciones entre los dos gobiernos fueron casi inmejorables, lo que fue una sorpresa dado que Santos venía de ser el ministro de la Defensa nada más y nada menos que de Álvaro Uribe, el jefe de Estado colombiano que con más contundencia le había pegado a la subversión guerrillera.
Sin miramientos Uribe y Santos habían llevado las operaciones militares contra las FARC incluso más allá de sus fronteras, provocando la indignación y la ira de los presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez.
Chávez había amenazado de guerra a Colombia cuando Santos ocupaba la cartera de la Defensa. Pero a los pocos días de llegar éste a la Casa de Nariño (sede presidencial en Bogotá) pasó a ser el “nuevo mejor amigo” del Gobierno venezolano.
En algún momento la propaganda chavista había venido presentando a la dupla de Uribe y Santos como la encarnación del mal.
Pero a medida que éste se distanciaba de su antiguo jefe y hacía esfuerzos en el proceso de paz con la guerrilla marxista de las FARC, su imagen se iba haciendo más presentable para toda la izquierda chavista. La diplomacia cubana hizo el resto.
Así por ejemplo, Santos extraditó a Venezuela al joven activista opositor Lorent Saleh, a quien el gobierno de Maduro acusaba de terrorismo. Saleh lleva más de tres años recluido en “La Tumba”, los sótanos del Sebin, la policía política venezolana.
¿Cuánto daño puede hacerle Luisa Ortega al régimen de Maduro ahora que está fuera de su alcance?
Ese fue uno de varios gestos “amistosos” hacia el régimen de Caracas, al que consideraba (junto con el Gobierno de La Habana) un aliado imprescindible para consolidar las negociaciones de paz con las FARC.
Por su parte TeleSur, la cadena de televisión regional con sede en Caracas, le daba al Presidente colombiano un trato muy distinto al dispensado a otros mandatarios no afectos al proyecto chavista. Incluso fue abierto su apoyo a la opción del Sí en la consulta popular que Santos convocó para refrendar sus acuerdos de paz con esa guerrilla.
Sin embargo, por uno de esos espectaculares giros de la política latinoamericana, el Presidente de Colombia es el nuevo mejor amigo de la defenestrada Fiscal General de Venezuela, enemiga número uno de Maduro, Luisa Ortega Díaz. No sólo la protege, además le ofrece asilo.
La fiscal Luisa Ortega se encuentra bajo protección del gobierno colombiano. Si pide asilo se lo otorgaremos.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 21 de agosto de 2017
Pero no fue así hasta diciembre de 2014. Hasta entonces, como titular de la acción penal, la Fiscal General fue por acción u omisión pieza clave en el cuestionado proceso que le permitió a Nicolás Maduro ser primero candidato y luego Presidente en 2013, pese a que como Vicepresidente que había venido siendo de Chávez la Constitución no se lo permitía.
Luego, en las protestas estudiantiles de 2014, le dio el respaldo legal que Maduro requirió para ejercer la represión de ese año. Exactamente lo contrario de lo que hizo en estos últimos meses.
Maduro intentó sacarla de la escena en diciembre de 2014 reemplazándola por una jueza cercana a su esposa, Cilia Flores. Desde entonces viene el quiebre entre la Fiscal y el Presidente. Los roces y diferencias se fueron incrementando hasta la ruptura y el enfrentamiento total a propósito de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que rompen el hilo constitucional y la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
La trama Odebrecht
Hoy Juan Manuel Santos y Luisa Ortega Díaz son los nuevos peores enemigos de Maduro. ¿Cuánto daño puede hacerle Luisa Ortega al régimen de Maduro ahora que está fuera de su alcance? Sólo el tiempo lo dirá. Lo cierto es que hasta ahora le ha hecho mucho daño.
Si cumple su amenaza de revelar más detalles sobre la trama de Odebrecht en el gobierno de Maduro, ratificará ante el mundo que el régimen que éste encabeza se mantiene en el poder para defender los más bastardos intereses. De entrada, parece que Odebrecht le hará más daño a sus aliados en Latinoamérica que en la propia Venezuela.
Santos está reconociendo y amparando a una parte de la institucionalidad que Maduro está demoliendo dentro de Venezuela
Maduro ha bloqueado cualquier investigación en los tribunales venezolanos sobre el megaescándalo Odebrecht pese a que según las informaciones suministradas desde Brasil, Venezuela es el segundo país con más funcionarios involucrados y más sobornos efectuados.
Por lo pronto, con Luisa Ortega bajo protección del Gobierno colombiano la internacionalización de la crisis venezolana escala a otro nivel. La acción de Santos no tiene precedentes en la región.
No sólo se ha sumado al coro de presidentes críticos con la deriva antidemocrática que ha tomado Maduro. A diferencia de los demás, y por razones que tienen que ver con la estrecha relación existente entre las dos naciones, Santos está reconociendo y amparando a una parte de la institucionalidad que Maduro está demoliendo dentro de Venezuela.
Es casi como reconocer a una parte del Estado venezolano en el exilio. Maduro sigue en el poder, pero también sigue incrementando el número de sus adversarios.