Daniel Gómez (ALN).- José Domingo Mujica, coordinador de la Red de Observación Electoral de la Asamblea de Educación, es uno de los líderes detrás de la propuesta de postular 15 candidatos para un nuevo Consejo Nacional Electoral en Venezuela. Un primer paso para el que considera el gran reto de Venezuela: recuperar la vía electoral. “Si existe una mayoría que está en contra de lo que está sucediendo, no hay nada mejor que hacerla visible por medio de unas elecciones”, asegura en entrevista con el diario ALnavío.
José Domingo Mujica, coordinador de la Red de Observación Electoral de la Asamblea de Educación, está convencido de que la vía electoral es la ruta para el cambio en Venezuela.
Sostiene que no hay mejor manera de expresarse que a través de las urnas. Porque los procesos electorales no sólo son votos. También, explica, ofrecen la oportunidad de informar, explicar y proponer soluciones a la población. Soluciones a sus problemas cotidianos: la falta de agua, luz, gas, la pérdida de poder económico, el hambre, la escasez…
Pero ocurre que en Venezuela desapareció el voto. A las irregularidades del gobierno en los últimos procesos electorales hay que sumarle los llamados a la abstención de la dirigencia opositora.
La buena noticia para los venezolanos es que no todo está perdido. La vía electoral asoma de nuevo como una opción.
José Domingo Mujica asegura que desde el gobierno de Nicolás Maduro envían señales de disposición a negociar un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), que regiría tanto las elecciones de gobernadores y alcaldes de 2021, como todos los eventos electorales que tengan lugar en los próximos siete años. De ahí que desde la sociedad civil se haya dado el paso de postular esta semana 15 candidatos a rectores del CNE.
En entrevista con el diario ALnavío, José Domingo Mujica afirma que la conformación de un nuevo CNE más justo y equilibrado puede ser el primer paso para recuperar la ruta electoral. Una ventana de oportunidad que desde la sociedad civil quieren aprovechar.
– ¿En qué momento deciden ustedes tomar la iniciativa y postular a 15 candidatos para el CNE?
– El sector oficialista había manifestado a algunos políticos de oposición que estaban abiertos a negociar para lograr un acuerdo sobre la integración del nuevo Consejo Nacional Electoral. Por otra parte, desde el lado no oficialista varios sectores han manifestado públicamente la necesidad de reincorporar la vía electoral a los métodos de luchar para restablecer la democracia. Nosotros pensamos que era indispensable aprovechar esa ventana de oportunidad. En todo caso, actuamos para estar en el juego de la elección del nuevo Consejo Nacional Electoral por medio de la participación de gente de la sociedad civil, tanto en el comité de postulaciones electorales, como posteriormente en la proposición de candidatos a ocupar los cargos de rectores del CNE.
– ¿En Venezuela la gente quiere votar?
– Vemos que hay varios sectores que llaman a incorporar de nuevo la vía electoral a los medios de lucha por el restablecimiento de la institucionalización y la democracia en general. Entonces pensamos que era procedente entrar en esa discusión. Por ello propusimos primero candidatos a integrar el comité de postulaciones electorales, lo que nos permitía tener el ojo en los primeros pasos, y luego nos dispusimos a proponer una serie de candidatos de reconocida honorabilidad y competencia para ocupar los cargos de rectores del CNE. Estamos en esta lucha, esperando que se mantenga la disposición al entendimiento por parte del sector oficialista.
– Usted dijo en el acto de postulación de los candidatos que el éxito de la iniciativa dependería de la buena fe del gobierno. ¿No es eso ingenuo?
– No es ingenuo. Sabemos el riesgo que asumimos. No hay ninguna garantía de que esto tenga éxito. Pero creemos que no lleva a nada, cuando aparecen muestras de que se puede abrir una negociación, un entendimiento, que nosotros la desechemos con base en el prejuicio. Lo procedente ahora es hurgar. Vamos a ver si esto llega a algo. De lo contrario tendremos que quedarnos de brazos cruzados, sin tener clara una vía para el restablecimiento de la institucionalidad. Pongamos un símil histórico equivalente en Chile, por ejemplo. Es como si en el plebiscito de 1988 los candidatos de las fuerzas democráticas deciden no participar porque este estaba organizado por la dictadura. Nosotros queremos ver hasta dónde podemos llegar con las vías que se presenten. Veremos hasta dónde podemos llegar.
– ¿Es suficiente tener un nuevo CNE para que Venezuela tenga elecciones democráticas?
– Este sería sólo el comienzo. Pero un comienzo muy importante. Porque podría abrir la vía electoral como la solución a la crisis política. Luego habría que discutir qué elecciones hay que realizar para que nos encaminemos hacia una reinstitucionalización del país. El paso uno es la designación de autoridades electorales que gocen de amplia aceptación. Luego vamos a luchar por unas elecciones que ayuden al país a salir de esta terrible crisis, la cual tiene en situaciones extremas a la inmensa mayoría de la población. La elección del nuevo CNE no lo resuelve todo, pero si no es por ahí, cerramos una vía de entendimiento privilegiada y nos va a costar movernos del estancamiento en que estamos. Me parece una posición pseudoprincipista esa de negarse a discutir con el gobierno porque este no tiene los atributos de un régimen democrático. Hay que tener en cuenta que es con ese gobierno con el que tenemos que entendernos si queremos salir de esta situación.
– ¿Cree usted que los venezolanos se conformarán con unas elecciones de gobernadores y alcaldes?
– Estoy seguro de que los venezolanos responderían a un llamado a participar en las elecciones de gobernadores y alcaldes. La mayoría de los venezolanos no tiene mucho apego a la práctica de la abstención porque siente que las elecciones son su forma de expresarse. Si existe una mayoría que está en contra de lo que estamos viviendo, no hay nada mejor que hacerla visible por medio de unas elecciones. Incluso si hubiera un intento de manipular las elecciones, se podría lograr un gran movimiento de electores rechazando los manejos fraudulentos, generando con ello un evento político imposible de ocultar. Creemos que no hay nada mejor para mostrar la postura de los venezolanos que un proceso electoral. Naturalmente, la elección de gobernadores y alcaldes no es la más llamativa, no es lo mismo que la elección del presidente de la República, pero la gente entiende que su día a día depende en buena medida de los funcionarios de sus municipios y estados.
- Hasta ahora desde la oposición se venían proponiendo soluciones inmediatas. La obligada salida de Maduro, la conformación de un gobierno de emergencia nacional, la solicitud de megaelecciones. Ustedes proponen lo contrario. Ir paso a paso. ¿Por qué?
– Hemos visto que las propuestas de la dirección política predominante practicadas hasta hace poco no han tenido éxito. Por lo menos, resultados no se han visto. Por eso ha surgido esa tendencia que llama a volver a la vía electoral. A una política de paso a paso. Sin abandonar, por supuesto, instrumentos de lucha como las manifestaciones, las protestas por las carencias básicas fundamentales, en las que la gente reclama que no tiene gas para cocinar, que no tiene agua… Pero lo que creemos nosotros es que esta lucha debe darse mediante pasos progresivos. Dejemos de soñar con que vamos a hacer un cambio de gobierno en Venezuela de la noche a la mañana, de una sola vez, y parados en nuestros trece de que con este gobierno no hablamos porque no es reconocido por los venezolanos ni por la comunidad internacional, de la que esperamos, dicho sea de paso, un apoyo a los esfuerzos internos para lograr vías concretas y efectivas.
– ¿Qué le piden ustedes a la comunidad internacional?
– Primero creo que la comunidad internacional no debe perder contacto con el gobierno. Luego debe acentuar su exigencia, en este momento, para la creación de un Consejo Nacional Electoral equilibrado. También debería respaldar las propuestas que se hacen para retomar la vía democrática del país. Hay que abandonar la idea de amenazas del tipo todo o nada, amenazas como la intervención militar, que en realidad no sólo sería extremadamente traumática para los venezolanos, sino que, en la práctica, ha mostrado que no es más que sal y agua, altisonantes declaraciones que no llevan a ninguna parte. Son propuestas que no tienen viabilidad en las condiciones venezolanas.