Daniel Gómez (ALN).- Chris Murphy, senador demócrata por Connecticut y miembro de la Comsión de Exteriores, le envió una carta al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, alertando sobre la situación de Venezuela. Le preocupa la crisis económica, política y especialmente humanitaria. Por eso le pide al gobierno de Joe Biden restaurar los intercambios de crudo por diésel para “brindar el alivio que tanto necesita el pueblo venezolano mientras trabajamos hacia una solución política a esta crisis”.
El diésel es fundamental para la economía de Venezuela.
Se utiliza para generar electricidad. Para los carros. Para apoyar el transporte público. Para la producción agrícola. Para el bombeo de agua. Es el combustible que utiliza el 95% de los camiones que transportan alimentos, medicinas y bienes humanitarios. La fuente de funcionamiento de las instalaciones médicas, más exigidas que nunca por la pandemia y el incremento de casos de coronavirus.
Y sumergida en una crisis de diésel se encuentra Venezuela desde noviembre de 2020, cuando la administración de Donald Trump decidió darle un último apretón a la estrategia de máxima presión contra el gobierno de Nicolás Maduro, ya golpeado por el colapso económico, la debacle de Petróleos de Venezuela, PDVSA, y las sanciones financieras de Estados Unidos.
Pero esta estrategia no sólo golpeó al gobierno, sino a los venezolanos.
Este lunes, un informe conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, y el Programa Mundial de Alimentos, PMA, advirtió que más de nueve millones de venezolanos están pasando hambre, que este número aumentará en 2021 y que gran parte de la culpa la tienen las prohibiciones a los intercambios de crudo por diésel.
“Han provocado una escasez dramática, un aumento de los costos de energía y transporte, y la consiguiente subida de los precios de los alimentos”, afirman la FAO y el PMA.
En EEUU preocupa la situación humanitaria de Venezuela
Mientras la situación humanitaria se agrava en Venezuela, desde Estados Unidos aparecen más voces pidiendo al gobierno de Joe Biden que revierta las medidas de máxima presión impuestas por Trump. El último en hacerlo fue el senador demócrata por Connecticut y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, Chris Murphy, en una carta dirigida al secretario de Estado, Antony Blinken.
“Le escribo para expresar mi profunda preocupación por el rápido deterioro de la crisis humanitaria en Venezuela. Cinco años después del colapso económico del país, el 25% de la población necesita ayuda humanitaria y Venezuela ha producido más refugiados que cualquier otro país del mundo que no sea Siria. Mientras el Departamento reevalúa la política de sanciones de Estados Unidos a Venezuela, le insto a que restaure los intercambios de diésel para ayudar a brindar el alivio que tanto necesita el pueblo venezolano mientras trabajamos hacia una solución política a esta crisis”, le dijo Murphy a Blinken.
Cuando en noviembre del año pasado Trump prohibió los intercambios de crudo por diésel -también conocidos como swaps, intercambios que eximían a las multinacionales de suministrar diésel a Venezuela a cambio de petróleo- en Washington confiaban en que el gobierno de Maduro no aguantaría más.
La administración Trump se equivocó.
“La reversión -de los swaps de crudo por diésel- no ha tenido una influencia política real con Maduro, quien pudo maniobrar en torno a las sanciones unilaterales y, en cambio, amenaza con empeorar gravemente la ya grave situación humanitaria en el país. De hecho, este cambio de política equivocado creó más oportunidades para la corrupción”, apuntó Murphy.
Más corrupción, pero también más pobreza y desigualdad.
“Se espera que las actuales reservas de diésel de Venezuela sean críticamente bajas en abril, lo que podría hundir al país en una crisis más profunda. La tasa de pobreza en el país es ahora del 96%, y el 70% vive en pobreza extrema. La falta de acceso a agua potable, atención médica básica y vacunas ha provocado el brote de enfermedades prevenibles como la malaria, el sarampión y la difteria, además de la alta tasa de casos de covid-19”, detalló el senador.
Por todo lo anterior, Chris Murphy insta a Blinken “a que restaure rápidamente los intercambios de crudo por diésel para brindar un alivio que salve vidas a millones de venezolanos en esta crisis”.
Más voces le piden a Biden un alivio a las sanciones de Venezuela
Murphy no es el único que en EEUU le pide a Biden un alivio de las sanciones.
“El gobierno de Biden debería alejarse de la política fallida hacia Venezuela del expresidente Donald Trump y trabajar con nuestros aliados en el Grupo de Lima y la Unión Europea en un enfoque multilateral más efectivo para las múltiples crisis del país”, dijo en febrero el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Gregory Meeks, representante demócrata por Nueva York.
Las palabras de Meeks fueron una reacción al informe de la Oficina para la Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos, que reconocía que las sanciones contra Venezuela habían “exacerbado” la crisis humanitaria del país.
Más recientemente, el 8 de marzo, un alto funcionario de la Casa Blanca admitió en condición de anonimato que las sanciones contra Maduro habían fracasado.
“Hemos visto claramente que el régimen se ha adaptado a las sanciones. Los mercados petroleros, hace mucho tiempo, también se han adaptado a las sanciones petroleras. Ellos son capaces de mantenerse a sí mismos a través de flujos ilícitos. Así que, en realidad, podríamos seguir con las sanciones unilaterales y permanecer en esta situación quién sabe cuánto tiempo. O podríamos empezar a sentarnos con la comunidad internacional para ver cómo podemos ejercer una presión coordinada y establecer expectativas claras sobre el camino a seguir”, dijo ese funcionario.
En febrero, algunos líderes del Partido Demócrata, como Elizabeth Warren, Alexandria Ocasio-Cortez y Jesús “Chuy” García, también le pidieron a Biden una revisión de las sanciones, las cuales “obstaculizaban” la respuesta a la crisis del coronavirus.
Sanciones que también han criticado desde Naciones Unidas. La alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo que las medidas coercitivas contra Venezuela estaban complicando la respuesta a la crisis del coronavirus. Y la relatora especial para las sanciones de la ONU, Alena Douhan, luego de una visita de dos semanas en Caracas, reconoció que las sanciones “han agravado las calamidades de los venezolanos”.