Redacción (ALN).- La automatización del trabajo en Estados Unidos está impactando en América Latina. Países como Brasil y Colombia se han visto perjudicados. En cambio, México, cuya economía está más vinculada a la estadounidense, se está viendo favorecido.
“La automatización, al reducir la necesidad del trabajo humano y, por tanto, los costos laborales de producción, está provocando que lo que antes se producía en economías en desarrollo vuelva a producirse en países desarrollados. Este desvío de producción hacia economías desarrolladas impacta negativamente al empleo en nuestra región”.
Lo afirma Laura Ripani, especialista principal de la División de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y coautora del informe ¿Cuál es el impacto de la automatización en el empleo y los salarios?
El documento presenta un análisis de cómo al comercio internacional le influye la automatización de los trabajos en Estados Unidos, que cada vez utiliza más robots para la realización de tareas monótonas.
No sólo EEUU está incorporando la robótica y la inteligencia artificial al mercado de trabajo. Esta es una tendencia generalizada en el mundo desarrollado. Una tendencia de la que América Latina y el Caribe se ha estado quedando “al margen”, apunta el BID, recordando que “la adopción tecnológica de la región había sido relativamente lenta”.
Al ritmo de automatización más bajo de Latinoamérica respecto a Estados Unidos, se suma la influencia de los robots.
La influencia de los robots en Brasil, Colombia y México
Dice el estudio que los robots incorporados en el mercado laboral de Estados Unidos entre 2011 y 2016 han tenido un efecto negativo en el empleo en Brasil y Colombia de -0,137% y -0,14%, respectivamente. A esto se suma la reducción en los salarios, de -9,41% en Brasil y -1,78% en Colombia.
Si bien lo que ocurre en Brasil y Colombia es la tendencia en Suramérica, en México la cosa es diferente. Este país está más vinculado a la economía de Estados Unidos, por lo que se ha visto favorecido por la automatización.
En México, el BID observó un aumento tanto en el nivel de empleo, +0,2%, como en los salarios, +1,95%, gracias a los robots estadounidenses. Además, las transiciones entre el desempleo y el empleo aumentan un 0,02%.
“La historia, por tanto, no es tan simple y tampoco tan catastrófica”, apunta el BID.
Porque una lectura positiva de los robots es que al incrementar la productividad en los países desarrollados, “esto puede generar también una mayor demanda de productos intermedios y bienes de consumo producidos en los países en desarrollo, creando nuevos empleos”.
De nuevo el ejemplo es México. Al aumentar la producción de vehículos en Detroit, hacen falta más chips para los nuevos tableros tecnológicos de los coches. Y estos chips se fabrican en México. “Como resultado, hay más trabajos disponibles en las fábricas de chips y se generan mayores salarios para que más gente esté dispuesta a trabajar en este rubro”.
La oportunidad de la automatización
Por todo esto, Laura Ripani cree que “es posible que este fenómeno también aumente la productividad de la producción estadounidense y esto aumente la demanda de insumos intermedios producidos por nuestros países, beneficiando al empleo regional de manera indirecta”.
“El efecto final dependerá entonces de varios factores, incluyendo cuán cercana es la relación comercial entre Estados Unidos y cada país de América Latina”, agregó.
Con el fin de “maximizar oportunidades y afrontar los riesgos” de los robots, el estudio del BID pide a los países latinoamericanos poner el asunto de la automatización en el centro de la agenda.
Concretamente, el BID pide a los países “políticas que permitan identificar los sectores que se verán más afectados directa e indirectamente”. También “recomienda desarrollar planes de carrera y de formación para adecuar las habilidades de los trabajadores, de modo que puedan transitar desde ocupaciones cuya demanda está en declive hacia las que se encuentran creciendo”.
Por último, el estudio sugiere a los gobiernos estimular la transición laboral de los trabajadores, “brindándoles apoyo en la protección contra riesgos, apoyándolos con formación profesional y conectándolos a buenas oportunidades de empleo”.