María Rodríguez / Daniel Gómez (ALN).- La ocasión lo merecía. La nueva Casa de México en Madrid lució sus mejores galas para recibir este miércoles al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que está de escala exprés en España. Seis piñas gigantescas de bronce azules y verdes aportan el toque tropical que no puede faltar en toda casa mexicana. “Es una ventana a México, nuestra patria, desde España”, dijo el mandatario.
Dice el bolero del cubano Orestas Macías que eran las tres de la tarde cuando mataron a Lola. Pues bien, este miércoles eran las seis y 45 minutos de la tarde cuando el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, descubrió el nuevo México en pleno centro de Madrid.
Aunque no será hasta octubre o noviembre cuando la nueva Casa de México en Madrid se inaugure, ya comienza a dar pasos importantes. El primero, la retirada de las vallas que hasta hace tan sólo unos días rodeaban el palacete de la calle Alberto Aguilera número 20, inmueble que albergará esta institución mexicana. El segundo, la ubicación de las primeras banderas oficiales, placas en sitios estratégicos y gigantescas piñas de bronce.
La ocasión lo merecía: Peña Nieto visitó este miércoles la Casa en una escala exprés en Madrid tras su gira europea (Leer más: ¿Por qué el presidente de México hace una escala exprés en Madrid tras la gira europea?).
Llegó al inmueble en coche oficial 20 minutos más tarde de la hora prevista y rodeado de escoltas. Saludó brevemente con la mano y entró al palacete rápido mientras una docena de curiosos intentaban capturar el momento con sus teléfonos móviles desde la acera de enfrente. Una decena de medios esperaban la llegada del mandatario a 30 metros de la puerta principal, como indicó la policía.
Ya en la Casa y tras una visita de cortesía, se firmó un Memorando de Entendimiento sobre cooperación en la promoción de la Lengua común. La Casa de México quiere ser un lugar donde se fomenten las relaciones bilaterales con actividades culturales, artísticas y académicas.
Precisamente esto fue lo que destacó Peña Nieto: se suele obviar, pero las relaciones con España van más allá de lo económico y político. Abarcan lo cultural, lo afectivo, además del idioma. De ahí el acuerdo firmado.
“El idioma de Cervantes es el segundo que más se habla en el mundo. Nuestro idioma es nuestra patria espiritual. Celebro en especial que hayamos asumido este compromiso en la Casa de México”, apuntó el mandatario.
A la hora de referirse al palacete, Peña Nieto recurrió a la literatura, y dijo con nostalgia: “Es una ventana a México, nuestra patria, desde España. Me resulta honroso, a falta de siete meses para abandonar la Presidencia, estar presente en lo que a partir de octubre será la Casa de México en España”.
Puesta a punto
Dos horas antes de la llegada de Peña Nieto a Alberto Aguilera, profesionales de la seguridad privada se afanaban por comprobar que todo estuviese en orden tanto dentro como en los alrededores del palacete.
La Casa de México en Madrid se engalanó todo lo que pudo para recibir al mandatario (aunque aún se observan detalles inacabados en puertas y ventanas). El balcón central del palacete, situado en el primer piso, ya luce la bandera de México. Además, desde la entrada principal podían verse cuatro estandartes más, ubicados en el descansillo de una gran escalinata: nuevamente la bandera de México, acompañada por la de España, la de la ciudad de Madrid y una blanca con letras rojas en las que se lee ‘Casa de México en España’.
Más símbolos constatan que la inauguración de la Casa está próxima. También desde la entrada principal, a ambos lados de la escalinata donde están ubicadas las banderas, se observa una placa y un sello. La placa, a la derecha, informa que este edificio alberga la Casa de México en España. El sello, a la izquierda y labrado en piedra, se corresponde con el de la Embajada de México.
Y para darle un toque más artístico al enclave, seis enormes piñas en bronce, verdes y azules acogen al visitante. Todas ellas pueden verse desde la entrada principal, conformada por una cristalera a modo de escaparate desde el suelo hasta casi el techo. El toque tropical no podía faltar en una casa mexicana.
Una vez concluido el acto, el presidente y su esposa se dirigirán al aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez para regresar a Ciudad de México.