Leticia Núñez (ALN).- Las críticas entre Lenín Moreno y su antecesor, Rafael Correa, son cada vez más contundentes. Moreno dice ahora que si Correa no optó a las elecciones presidenciales fue porque “no tenía la posibilidad de ganar”. Habla incluso de que “hubo ambición de perpetuarse en el poder” y que ahí “la situación se distorsionó”. El divorcio es un hecho.
Continúan los encontronazos entre el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y su antecesor, Rafael Correa. En esta ocasión, fue Moreno quien aseguró que Correa no se presentó como candidato a las elecciones presidenciales del pasado febrero porque no habría ganado.
La declaración, recogida por el periódico ecuatoriano El Comercio, se produjo en el marco de la suscripción del Acuerdo para la Producción y el Empleo, que tuvo lugar en el Palacio de Carondelet este miércoles. “Hubo ambición de perpetuarse en el poder. Si no se lanzó de candidato el presidente Correa es porque no tenía la posibilidad de ganar las elecciones”, dijo Moreno.
Pero no sólo eso. El presidente señaló que “cuando se obstinó en la posibilidad de tener el poder en las manos, en ese momento, la situación se distorsionó”. En este sentido, agregó: “Dejar que una persona se eternice en el Gobierno lleva a que la persona se acostumbre a mandar, se genera dictadura, autoritarismo”.
Finalmente, Moreno comentó que “el poder debe circular, tal y como la sangre circula para que un organismo no muera”.
Y es que el presidente de Ecuador se desmarca día a día de su antecesor. El divorcio es un hecho. Casos de corrupción, como la trama de sobornos que tejió Odebrecht y por la que el vicepresidente Jorge Glas se encuentra en prisión preventiva, han marcado el punto de incisión entre ambos. Según afirmó la politóloga ecuatoriana Angélica Abad Cisneros, en una entrevista con el diario ALnavío, la corrupción es el factor que determina la ruptura entre Moreno y Correa.
“Si no se lanzó de candidato el presidente Correa es porque no tenía la posibilidad de ganar las elecciones”
Tampoco mantienen una buena sintonía en materia económica. Lejos quedan las buenas palabras y gestos que se dedicaron ambos políticos en la campaña electoral. En ese momento, Moreno negó que el país estuviera inmerso en una crisis y sostuvo que Correa dejaba “la mesa servida”, en referencia a una supuesta economía saneada. Una vez en la Presidencia, Moreno aseguró que esa misma mesa “no estaba servida” y culpó a su antecesor de las dificultades. Y es que Correa se fue con la economía en rojo.
De hecho, 2016 fue el único año en la última década en que Ecuador no creció. Según datos del Banco Central, la economía disminuyó 1,5% por la caída del precio del petróleo, el encarecimiento del dólar y el pago a Chevron y Oxy tras perder el país un juicio internacional con estas petroleras.
Por si fuera poco, las críticas también alcanzaron ámbitos como la educación. Poco después de llegar a la Presidencia, Moreno se disculpó por ciertas políticas públicas de la Administración anterior en áreas de educación y salud. No tardó en responderle Correa desde Bélgica a través de Twitter: “Qué pena escuchar a un presidente que no entiende ni de educación. Ahora resulta que estábamos equivocados construyendo Escuelas del Milenio”.
Ya lo dijo Moreno en una entrevista con la BBC: “Correa me dijo que se iba a vivir a Bélgica y respetaría mis decisiones. Parece que se le olvidó la promesa”.
Un último punto de discordia, hasta ahora, ha sido la sanidad. Moreno destacó que durante el anterior gobierno se construyeron grandes hospitales, pero lamentó que se descuidaran los centros de salud ya que “hay que reacondicionarlos y equiparlos para que brinden un mejor servicio”.