Leticia Núñez (ALN).- Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA en el gobierno de Hugo Chávez y antiguo vicepresidente para el área económica con Nicolás Maduro, reclama tomar decisiones ante el deterioro económico que sufre Venezuela y “el daño que se ha causado a la población”. Es la primera crítica de un alto funcionario del Estado a la política cambiaria que rige en la actualidad. Corría octubre de 2013 y el entonces ministro de Petróleo y Minería y vicepresidente para el área económica de Venezuela, Rafael Ramírez, declaró “la guerra a muerte” al dólar paralelo, al que responsabilizó de la inflación galopante y la desestabilización que afectaba al país. Hoy, casi cuatro años después, la proclama se ha convertido en crítica. Lo hace en calidad de embajador de Venezuela ante Naciones Unidas y la expone en un artículo publicado en el portal aporrea.org.
En él asegura que “el tema cambiario tiene mucha influencia en el proceso inflacionario, la manipulación de precios, el deterioro de la economía y su funcionamiento”. Esto, en su opinión, se traduce en una “debilidad” que expone a Venezuela “al ataque de cualquier agente o sicario económico”.
Por ello, Ramírez, quien fue presidente de la petrolera estatal PDVSA desde los tiempos de Hugo Chávez en 2004 y hasta 2014, y que con Nicolás Maduro en el poder fue nombrado vicepresidente del área económica, reclama “tomar decisiones para aliviar la situación económica y disminuir la conflictividad”. Pero no solo eso. No duda en hablar de que “ya se ha causado un daño a la población” y reivindica lo que propuso en 2014, cuando asumió la mencionada Vicepresidencia económica. “Uno de los puntos de la agenda para aprobación del Presidente y desarrollo de una ofensiva (…) era una nueva política cambiaria. Restablecer la confianza de los agentes económicos internacionales, con todos los elementos que teníamos a mano”.
“Un dólar muy barato lo convierte en la mercancía más buscada por todos los operadores e incluso la población”
En este sentido, agrega que la idea “era mostrar un plan coherente, con nuestra actuación económica durante el Gobierno del Comandante Chávez, lo cual era una excelente referencia internacional, puesto que habíamos sorteado coyunturas como estas con éxito, sin sacrificar nuestros elementos de soberanía económica, petrolera y nuestras conquistas sociales”.
Un plan que, según detalla, contemplaba un “proceso de convergencia de los tipos de cambio que tuviese racionalidad económica y la posibilidad de soportarlo en el tiempo”. Dice también que establecieron como herramienta de trabajo el llamado Presupuesto de Divisas, usado en PDVSA, “para saber nuestro grado de libertad, quién aportaba divisas, cuánto y en qué se empleaban”.
Pero la crítica, la primera de un alto funcionario del Estado a la política cambiaria que rige en la actualidad, no queda ahí. Tras defender la decisión de unificar todos los fondos del Estado en el exterior en la cuenta de reservas del Banco Central de Venezuela y una emisión de bonos por 11.000 millones de dólares (aproximadamente 9.670 millones de euros) para “poder desarrollar una política cambiaria adecuada a la circunstancia y cumplir con el objetivo de la convergencia del cambio hacia la baja hasta una banda que pudiese fluctuar y que detuviera los efectos en inflación y especulación”, lamenta que no hubo respaldo. “Faltó apoyó y comprensión política sobre este tema”, zanja al respecto.
Ramírez, que en septiembre de 2014 fue designado ministro de Relaciones Exteriores pero que tres meses después fue relevado por Delcy Rodríguez, censura a quienes piensan que “mantener un cambio fijo es una medida revolucionaria” y defiende que “un dólar muy barato lo convierte en la mercancía más buscada por todos los operadores económicos e incluso la población”. Él lo tiene claro: “Dejar el tipo de cambio fijo no tiene nada que ver con un precepto revolucionario. El Estado debe proteger al pueblo defendiendo la economía nacional”.
“No se pueden cometer errores”
Pese a todo, considera que la situación “se puede resolver”. ¿Cómo? Para el representante venezolano ante Naciones Unidas la solución pasa por “sentarse, discutir y echar a andar en el camino trazado por el Comandante Chávez”. Lo prioritario, en su opinión, es “atajar el tema económico” y “no cometer errores”. Y agrega: “Sin Chávez, no nos podemos dar el lujo de ensayar”.
Asimismo, se muestra partidario de “escuchar cualquier voz Chavista o Bolivariana que muestre opiniones diferentes, por muy incómodas que sean”. E, incluso, lanza una crítica más al régimen de Nicolás Maduro: “Se han cometido excesos de las fuerzas del orden público en el uso de armas de fuego que deben ser sancionados severamente. Ningún crimen es justificable”.