Redacción (ALN) .- El periodista y exsecretario general de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús «Chúo» Torrealba aseguró que las elecciones presidenciales de 2024 «pueden ser un hito muy importante». Sin embargo, consideró que no es el «fin de la telenovela». Además, se refirió al nuevo proceso de diálogo que realizará la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro.
A continuación la segunda parte de la entrevista exclusiva que ofreció Torrealba a Alnavío:
- Lo que sí debe tener claro la oposición es que en unidad se han logrado los triunfos en este país. A su juicio ¿Cómo ve a la oposición hoy día? ¿Cree que sigan ocurriendo fracturas que después pueden pasar factura; o ya ve a la oposición lista para pensar con madurez las cosas y llegar unidos al proceso de 2024?
2024 puede ser un hito muy importante en ese proceso de construir madurez, porque eso no es algo que se compre. La madurez política es algo que se construye. Si aquí hay unidad electoral, la posibilidad de derrotar al gobierno es muy alta; pero va a ser necesaria una madurez inmensa para gobernar para todos, para gobernar un país en crisis tremenda; para gobernar un país que le ha aguantado al chavismo 23 años de embarque; pero que a un gobierno del futuro no le va a aguantar ni seis meses de paciencia. Va a ser falta muchísima madurez para poder conducir la nave del Estado y ponerla al servicio de la gente.
El 2024 no es el fin de la telenovela, no podemos ver las cosas de esa manera. Es un momento importante en el proceso de construcción de esa madurez. Si el 2024 es importante porque se va a elegir al Presidente de la República; en 2025 se va a elegir absolutamente todo: alcaldías, gobernaciones, la nueva Asamblea Nacional.
Yo espero que 2022, 2023 y 2024 sean momentos afortunados en los cuales la clase política venezolana, allí incluyo al oficialismo; pueda superar sus atavismos y pueda manejarse con la madurez que requiere esta hora venezolana.
- ¿Ayudará el proceso de renovación que realizan los principales partidos políticos a fortalecer esa unidad para derrotar a Nicolás Maduro?
La historia que tenemos nosotros hoy es insólita por los dos lados. Está la clase política que gobierna a una dirección política que tiene 23 años equivocándose. Sin embargo, dicen que la solución a tanto desastre como el que han generado, es en vez de cambiar su orientación o su discurso; es supuestamente radicalizarse. Lo dicen a pesar de que en los hechos están recogiendo velas; pero no tienen la capacidad ni la valentía política de pararse frente al país y sus propias bases y decir ‘vuelvan caras’.
En el caso de las direcciones partidistas de la oposición es aún más patético porque tienen 23 años fracasando. Y son las mismas caras, las mismas personas, los mismos nombres y apellidos; algunos lo que han variado es el sitio desde el cual dan las órdenes. Algunos ya no están dando las instrucciones desde Caracas, pero con el mismo autoritarismo lo hacen desde Madrid, Miami, Nueva York, Washington y Bogotá.
Entonces depende de para qué son estos procesos de revisión, si esto generara en cada una de estas colectividades un remozamiento de liderazgo; y en consecuencia una visión crítica y autocrítica de su propio accionar, quizás estos procesos sean útiles. Pero si estamos hablando de mascaradas para sencillamente relegitimar a quienes tienen casi un cuarto de siglo equivocándose; entonces creo que la ganancia no será mucha.
- Por último, el encargado de Negocios de la Unión Europea en Venezuela reiteró el apoyo del bloque europeo en un nuevo proceso de diálogo; entre la Administración de Nicolás Maduro y la oposición. ¿Hace bien la oposición en sentarse nuevamente con el chavismo; a pesar que las últimas veces en esas mesas de negociación no se dieron los resultados que querían?
En todas las ocasiones que se han intentado los procesos de diálogo, el gobierno no lo ha hecho de buena fe. No ha querido que tales procesos concluyeran de manera feliz en un conjunto de acuerdos cumplibles y verificables. El gobierno básicamente lo que quería era salir de urgencias en un momento determinado; pero la representación de la oposición tampoco estuvo comprometida ciertamente con el diálogo como lógica democrática para lograr acuerdos y cumplirlos.
Sectores importantes de la oposición estaban comprometidos con una agenda de naturaleza no electoral, y en consecuencia no democrática. Mal podían estar en República Dominicana o en cualquier otro lado debatiendo acuerdos políticos para realizar elecciones libres; cuando por otro lado, estaban en cursos participando en dinámicas de otra naturaleza no democrática para alcanzar el poder. Entonces esta es una historia sin buenos ni malos, todos son de alguna manera villanos.
Es importante entender que si tiene algún sentido este nuevo intento; es precisamente porque a estas alturas del proceso político venezolano, el diálogo tiene que ser reformulado. Y no en cuanto al número de sillas y la calidad de los participantes, sino en cuantos a los objetivos mismos del proceso.
El proceso de diálogo hoy tiene sentido si tiene como centro el construir los acuerdos urgentes; que son necesarios para dar solución a los problemas sociales y económicos que están amenazando la vida misma del venezolano de a pie.