Daniel Gómez (ALN).- Benedicte Bull, profesora en la Academia de Gobernanza Global de Oslo y directora la Red Noruega de Investigación sobre Latinoamérica, interpreta el abandono de la negociación por parte de Nicolás Maduro como “una estrategia para ganar tiempo y fuerza”. ¿Por qué? La experta noruega lo explica en entrevista con el diario ALnavío.
Varios puntos explican por qué Nicolás Maduro no se presentó en Barbados a la sexta ronda de negociaciones. Es una forma de ganarse el apoyo de su gente en Venezuela. No de los venezolanos. De la cúpula de jerarcas y militares que le sostienen en el poder. Así, Maduro también responde a sus aliados. Cuba, Rusia y China, los tres, salieron a apoyarle luego de que el presidente Donald Trump bloqueara al régimen en Estados Unidos. Por otro lado, con esta acción Maduro divide. La negociación es la opción favorita de la comunidad internacional para que Venezuela salga de la crisis, pero no todos aspiran al mismo resultado. Por ejemplo, EEUU dice que no habrá elecciones libres ni democráticas en Venezuela si Maduro continúa en el poder. La Unión Europea no ha puesto ningún condicionante, pero sí apremia a encontrar una solución. Urgente, porque urgente es la crisis de Venezuela.
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El diario ALnavío conversó con la experta noruega Benedicte Bull. Profesora en la Academia de Gobernanza Global de Oslo y directora la Red Noruega de Investigación sobre Latinoamérica, Bull ha seguido la negociación entre Guaidó y Maduro con detenimiento. Aclara que su opinión no es la misma que la del gobierno noruego. De hecho, apunta que es tal el hermetismo con el que los mediadores tratan el tema que, en Oslo, una pequeña ciudad en la que todo se sabe, apenas se conocen detalles de lo que conversan Guaidó y Maduro.
– Maduro no acudió a la sexta ronda de negociaciones por el bloqueo de Trump. ¿Es una excusa?
– Difícil saber. Me imagino que es una estrategia para ganar tiempo y fuerza. Sabe que mientras que el pueblo siente cada vez más el impacto de las sanciones, ellos tienen más apoyo por lo menos desde unos sectores.
– En el comunicado que lanzó Maduro dijo que hay que “revisar el mecanismo” de Noruega para que la negociación fuera “efectiva y armónica con los intereses de nuestro pueblo”. ¿Qué quiso decir?
– Lo de efectivo y armónico va en la misma dirección que lo que explicaba antes. Ellos no quieren ser los que terminan las negociaciones sino los que las ‘mejoran’. Y por supuesto, también es una manera de contribuir al que se quiebre la comunidad internacional, que ya está dividida.
Ellos no quieren ser los que terminan las negociaciones sino los que las ‘mejoran’. Y por supuesto, también es una manera de contribuir al que se quiebre la comunidad internacional, que ya está dividida.
Como dice Bull, no es sólo la crisis política y la polarización. Es el problema económico, social, humanitario, migratorio… “Son cosas entrelazadas”, dice la experta, que siempre afectan a los mismos: a la población, a los venezolanos, a América Latina, esta última, obligada a afrontar un éxodo de varios millones de personas.
– Por la situación que vive la población allí pienso que el problema de Venezuela es urgente, dice la experta.
Todos coinciden en este punto. A Venezuela le urge una solución rápida. Hasta sus aliados lo dicen. Y la solución más rápida, como apunta la UE, es la negociación, ahora detenida por Maduro para, como dice Bull, ganar tiempo y fuerza. De aquí se infiere que la negativa de Maduro a la sexta ronda no es un punto final, sino una especie de pausa en las negociaciones.
– ¿La negociación está dentro de los plazos o ya se está demorando mucho?
– El gobierno de Noruega no ha dicho nada sobre la perspectiva en términos de tiempo que puede durar una negociación.
– ¿Hasta cuánto pueden alargarse? Luego del bloqueo de Trump parece que el tiempo escasea.
– Es muy difícil decirlo. Depende de muchos factores, inclusive factores externos a Venezuela. Para llegar a acuerdos, no sólo sobre una resolución a la crisis política y económica actual, también acuerdos que pueda permitir la creación de una institucionalidad para la convivencia de las partes en el largo plazo… Esto requiere tiempo.
– ¿EEUU está siendo un actor constructivo en este proceso?
– Los EEUU ahora habla con varias voces. Por un lado, dicen apoyar una solución negociada, por otro lado, actúa unilateralmente en una manera que puede entorpecer las negociaciones. Puede ser que haya una estrategia clara detrás de las acciones, inclusive la última ronda de sanciones, pero por el momento es muy difícil entender cuál es.
Tanto Bull, como los venezolanos, están a la espera de los acontecimientos. En Venezuela es todo un no parar. ¿Qué ocurrirá ahora? Lo que pudo saber el diario ALnavío es que la negociación, ahora pausada, generó altas expectativas entre los diferentes empresariales en Venezuela. En opinión de Bull esto es así, porque “pocos creen en una solución violenta”, aunque también son conscientes de que la negociación “no es una bala mágica” que lo resolverá todo de golpe. No obstante, que exista expectativa también puede dar lugar a una decepción.
– ¿Cómo pueden prepararse lo empresarios para el peor de los escenarios?
– Ya llevan muchos años en adaptarse a un entorno muy hostil y volátil, y tienen planes para enfrentar varios escenarios. Ahora el peor de los escenarios es que no haya ningún cambio en el sistema político-económico y que continúe el proceso de informalización de la economía, que se ha acelerado los últimos años. No veo como uno fácilmente puede prepararse para eso.