María Rodríguez (ALN).- Lenín Moreno asumió la Presidencia de Ecuador en mayo de 2017. Ahí arrancó una estrategia con la que terminó batiendo a su mentor, Rafael Correa. Para lograrlo le bastaron ocho meses y ocho jugadas, algunas de ellas servidas en bandeja por el propio Correa.
La victoria del ‘sí’ en las siete preguntas de la consulta popular, celebrada este domingo en Ecuador, y promulgada por el gobierno de Lenín Moreno, es la derrota del expresidente Rafael Correa. El exmandatario -y antes correligionario de Moreno- hizo una intensa campaña por el ‘no’ tanto en redes sociales como en mítines en distintas regiones de Ecuador, país al que regresó ex profeso desde Bélgica, donde reside con su familia. Correa se mostró especialmente beligerante contra la pregunta de eliminar la reelección indefinida, aprobada en 2015, durante su mandato.
Correa regresó desde Bélgica a Ecuador para liderar la campaña por el ‘no’
Todo ello no le fue suficiente a Correa ante una impecable estrategia de su adversario, Moreno, seguida paso a paso desde que asumió en mayo de 2017 el cargo de presidente de Ecuador. Moreno, anteriormente docente y escritor de libros de autoayuda, podría haberse servido de sus propias recetas para salir airoso de la pugna entre ‘presidentes’ en la que se había convertido la consulta popular.
La estrategia se desgrana en ocho jugadas, algunas servidas en bandeja por Correa y otras por mérito del propio Moreno o del Gobierno que preside.
1.- Correa dejó una economía en rojo
El primer paso en firme que dio Moreno para romper con el legado de Correa y derrotarlo fue afirmar que el expresidente se iba con la economía en rojo. Aunque en campaña presidencial Moreno sostuvo que Correa dejaba “la mesa servida”, en referencia a una supuesta economía saneada, ya como mandatario aseguró que esa misma mesa “no estaba servida” y culpó a su antecesor de las dificultades.
Con dos mandatos cumplidos, Rafael Correa no pudo presentarse de nuevo a la reelección. Se fue con la economía en rojo. Fueron 10 años de gobierno. Una década en la que se generó obra pública e infraestructuras y en la que Correa gobernó con una situación económica inmejorable hasta mediados de 2014, cuando el precio del petróleo se desplomó: el barril cayó de 100 dólares a 20.
En declive desde junio de 2015, la economía ecuatoriana recibió la caída más fuerte a principios del 2016 tras sufrir un descenso del -4,1% de enero a marzo. El embate de la coyuntura internacional por el precio del crudo, la apreciación del dólar y adversidades internas (como atrasos en pagos a proveedores del Estado, cierre de empresas y despidos en el sector público y privado) fueron un cóctel demoledor. El Producto Interior Bruto (PIB) del país cerró 2016 en -1,6% (Leer más: El presidente de Ecuador se marcha con la economía en rojo).
2.- Prisión para el exvicepresidente Jorge Glas
El siguiente paso de Moreno en esta estrategia para separarse del legado correísta fue apartar del cargo al que fuera el número dos tanto de Correa como suyo, Jorge Glas. Los motivos que justificaron esta decisión fueron las críticas de Glas a políticas del Gobierno y las acusaciones de corrupción que ya salpicaban al por entonces vicepresidente.
El Tribunal Penal de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador condenó en diciembre a Glas a seis años de prisión por el delito de asociación ilícita con la constructora brasileña Odebrecht.
Por su parte, Correa siempre ha defendido la inocencia de Glas, especialmente desde que este entró en prisión preventiva el 2 de octubre. También lo hizo cuando se anunció la sentencia a Glas. En una entrevista con CNN, Correa afirmó que Ecuador ya tiene un “preso político”, que es Glas, y que “todo el proceso judicial ha sido una persecución política para apoderarse de la Vicepresidencia de la República” (Leer más: Rafael Correa cree que tras la condena de su vicepresidente ahora irán por él).
Tras conocer la sentencia a Glas, Correa afirmó que Ecuador ya tiene un “preso político”
Según defendió la politóloga ecuatoriana Angélica Abad Cisneros, profesora en la Universidad de Cuenca, casos como el del exvicepresidente marcaron “el punto de incisión” entre Correa y Moreno. Así lo afirmó en una entrevista con el diario ALnavío.
Por su parte, el catedrático y analista político Luis Verdesoto dijo, también a este diario, que el escándalo Odebrecht ha generado “una incomodidad enorme” en el país, pero señala que “son apenas 50 millones de dólares frente a los 2.500 millones que se espera que se puedan descubrir en varios niveles”.
A Odebrecht se suma como punto caliente la auditoría sobre la deuda en Ecuador contraída bajo el mandato de Correa entre 2012 y 2017. “Una de las cosas que más se criticó a Correa como presidente fue el oscurantismo sobre la venta de petróleo adelantado y la deuda”, explica Francisco Sánchez, subdirector del Instituto de Iberoamérica, al diario ALnavío. Esta cuestión podría resolverse en abril cuando se conozca el resultado de auditoría.
Y tampoco hay que olvidarse de la acusación de Moreno a Correa de espiarlo a través de una cámara oculta, situada en el despacho presidencial.
3.- Implacable discurso de Moreno contra la reelección indefinida
Ya en octubre Moreno manifestó que “hubo ambición [en Correa] de perpetuarse en el poder” y que “si no se lanzó de candidato es porque no tenía la posibilidad de ganar” (Leer más: Lenín Moreno se convierte en el azote contra la reelección indefinida).
Por eso, no es extraño que de las siete preguntas que configuraban la consulta popular del domingo, en la que más énfasis se le ha visto a Moreno ha sido en la de eliminar la reelección indefinida. El resultado (el ‘sí’ a esta pregunta ha ganado con el 64% de los apoyos) acaba con la reforma de Correa de 2015 en la que se suprimía la limitación de dos mandatos. Iba a entrar en vigor en 2021.
“El poder es una droga que embriaga en exceso a la gente y hace que cada vez se vuelvan más autoritarios”, sostuvo Moreno en un acto de entrega de viviendas en el sur de Quito apenas seis días antes de la celebración de la consulta popular. En una entrevista en enero con el diario español El País el mandatario dejó clara una vez más su postura: “Una reelección indefinida ya se convierte en una dictadura disfrazada de democracia”.
4.- Logros en la inversión extranjera
Lejos de repudiar la inversión extranjera directa como hizo su predecesor, Moreno abrió los brazos a ella y trazó con el ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, un plan que hoy saca réditos: la firma de 11 contratos de inversión en Ecuador por valor de 514 millones de dólares en áreas como la artillería, la pesca, la electricidad, la agroindustria y la construcción. Para febrero el Gobierno adelanta la firma de otros 19 contratos de inversión privada por 411 millones de dólares.
Cuando se ratifiquen los acuerdos de febrero, al Gobierno le habrán bastado dos meses para superar en 181 millones todo lo conseguido por Rafael Correa en su último año de legislatura (Lenín Moreno capta en dos meses más inversión extranjera que Rafael Correa en todo 2016).
Y aún hay más. El pasado 30 de enero, Moreno recibió la visita de 30 empresas de Japón, Corea del Sur, China, Estados Unidos, España, Reino Unido, Francia, México y Rusia interesadas en la construcción de la Refinería del Pacífico, que procesará 300.000 barriles de petróleo diarios. Es una oportunidad de oro para que una década después la refinería -a la que Moreno prefiere referirse como ‘de Manabí’- pueda ser una realidad (Leer más: Lenín Moreno le cambia hasta el nombre a la polémica Refinería del Pacífico).
5.- Diálogo del Gobierno con todos los sectores
En Ecuador los sectores público y privado estuvieron una década enfrentados. Fue durante el mandato de Rafael Correa. Sin embargo, con la llegada de Lenín Moreno la cosa ha empezado a cambiar. Prueba de ello es que Enrique Ponce De León, antaño hotelero, hoy es ministro de Turismo. Un detalle que él mismo subrayó en una conversación con el diario ALnavío en el marco de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur).
“Y como yo también está el ministro Campana, que viene del mundo de la empresa. Antes esto era impensable en Ecuador. Así es como tiene que ser. Sector público y empresa privada trabajando de la mano”, dijo el ministro a este diario. Las declaraciones son significativas por dos motivos. Vienen de la más alta instancia política y ponen de manifiesto el proceso de apertura que está emprendiendo el país (Leer más: El Gobierno de Ecuador: “Antes era impensable que el sector público y el privado trabajaran de la mano”).
También se manifestó en este sentido Isabel Noboa, presidenta del grupo Nobis, en el Congreso Iberoamericano para Presidentes de Compañías y Familias Empresarias, organizado por el Ceapi (Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica) y celebrado el pasado octubre en Madrid. Noboa afirmó al diario ALnavío que el mandatario de Ecuador está más dispuesto que Correa “a escuchar” y “tratar de ejecutar” las peticiones del empresariado.
6.- Moreno conquista el voto opositor
Moreno se impuso en la segunda vuelta de los comicios presidenciales de abril de 2017 con un margen muy ajustado (51,16%) frente al opositor Guillermo Lasso (Creo-Suma). Si se compara ese porcentaje con el del apoyo que ha tenido el ‘sí’ en la consulta popular (por encima del 60% en cada una de las siete preguntas), la lectura es clara: Moreno ha conquistado también el voto opositor.
A ello pueden haber ayudado los apoyos de Lasso y de la también opositora Cynthia Viteri (excandidata presidencial por el Partido Social Cristiano) al ‘sí’ en la consulta. Viteri incluso publicó en su página de Facebook: “¿Por la consulta popular? ¡¡¡Siete veces sí!!!”. Ambos aclararon que el apoyo era a la consulta en sí, precisando que esta no es de Moreno, sino de la gente.
En un sondeo de opinión elaborado por la empresa de análisis de mercados Eureknow y publicado a comienzos de enero, resultó que el 57% de los encuestados consideraba la consulta de Moreno razonable y el 56% la calificaba como positiva, todo ello al margen de si votarían ‘sí’ o ‘no’.
7.- Correa funda un movimiento al margen de Alianza País
Los constantes encontronazos de Correa y Moreno dividieron al movimiento Alianza País (AP) en dos facciones: la correísta y la leninista. La tirantez dentro del partido la demostraron los intentos de los partidarios de Correa por desbancar a Moreno de la presidencia de AP. Un cargo que ostenta desde el 1 de mayo de 2017, en sustitución de Correa.
El desenlace estaba claro. En enero, el expresidente abandonó el partido que fundó hace 10 años, pero no la lucha contra Moreno. Ahora la batalla la libra desde una nueva formación, Revolución Ciudadana. Así lo dejó claro una vez que se desafilió de AP: “Podrán quedarse con el nombre, con las sedes, con el casillero de AP [en las papeletas electorales], pero las convicciones, el pueblo, la revolución y el futuro están con nosotros” (Leer más: Rafael Correa se atrinchera en su propia estructura para enfrentar a Lenín Moreno).
8.- ¿Fue una torpeza que Correa se marchase a Bélgica?
Correa se marchó a vivir a Bélgica, de donde es su mujer, en julio de 2017. Atrás dejaba 10 años de Gobierno, la victoria del movimiento Alianza País en las pasadas elecciones y a Moreno, quien había sido su número dos, en el cargo de presidente. ¿Todo bajo control? No del todo. Subestimó al mandatario.
En noviembre, Correa ya estaba de vuelta en Ecuador para, según afirmó, “defender los programas sociales y los avances económicos” de su década en el Gobierno. Un legado que ya no veía con buenos ojos en manos de Moreno.
Correa abandonó el partido que fundó hace 10 años, pero no la lucha contra Moreno
Según explicó al diario ALnavío Luis Espinosa Goded, profesor de Economía en la Universidad San Francisco de Quito, “no le vale defender su legado desde Bruselas porque no puede manejar los hilos de poder desde allí. Pensaba que con Moreno iba a ser así, pero no”.
Apenas 10 días después de comenzar la visita, Correa regresó a Bélgica. Se fue como llegó: cargando contra Moreno, a quien acusó de buscar un “presidencialismo absoluto” y de haber “destruido” su legado en seis meses (Leer más: Rafael Correa se refugia en la familia en Bélgica porque en Ecuador la democracia está “en peligro”).
El último viaje de Correa a su país natal coincide con el inicio de la campaña contra la consulta popular. ¿El objetivo? Salvar sus aspiraciones de eternizarse en el poder. No obstante, el resultado del referéndum le deja en clara derrota. El político carga él solo con todo el fracaso ya que fue él mismo quien abanderó el ‘no’, que perdió.
En este contexto de derrota, Correa recurrió a su mentor, el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, para admitir la derrota. “El 4 de febrero de 1992, después de su fallida rebelión contra el Gobierno corrupto de Carlos Andrés Pérez, el joven oficial Hugo Chávez decía: ‘No se han alcanzado los objetivos por ahora’. El resto es historia. 26 años después decimos lo mismo, y el resto también será historia”, publicó el exmandatario en su cuenta de Twitter. Lo que no aclaró Correa es que aquello no fue una rebelión sino una intentona golpista (Leer más: Ni en la derrota Rafael Correa deja de ser chavista).