Leticia Núñez (ALN).- La periodista cubana valora que en el caso venezolano, a diferencia de Cuba, “se conservaron unas estructuras cívicas, que han permitido las protestas en los dos últimos meses”. Algo que no ve posible en la isla: “La mayoría de mis compatriotas prefiere enfrentarse en el mar con un tiburón que con un policía en la calle”.
A Yoani Sánchez le duele Venezuela. La periodista cubana aseguró este martes que se siente “doblemente triste” por lo que está sucediendo en el país latinoamericano, “no solo por las vidas que se están perdiendo, sino por la responsabilidad que tiene el país donde yo vivo”. Sin embargo, hay un factor que le permite conservar cierto entusiasmo. En el X Foro Atlántico, celebrado en la Casa de América de Madrid, Sánchez valoró positivamente que Venezuela, a diferencia de Cuba haya conservado “unas estructuras cívicas mínimas”. “Esto ha permitido las protestas de los dos últimos meses. En el caso cubano no veo que pueda ocurrir algo así. La mayoría de mis compatriotas prefiere enfrentarse en el mar con un tiburón que con un policía en la calle. Por ello, Venezuela me duele, pero también me esperanza”, señaló.
Es, además, algo que le hace sentirse “muy orgullosa” porque demuestra que los ciudadanos “pueden reaccionar en un momento” dado. En Cuba, sin embargo, “la mayoría de las personas piensa que esto que vivimos llegó para quedarse, vivimos en un país en fuga”, indicó Sánchez, que en 2008 fue seleccionada como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time.
Al margen del orgullo, la bloguera cubana reconoció que cuando se encuentra con venezolanos en distintos actos “es como si se encontraran dos enfermos con el mismo padecimiento”. “Tanteamos qué síntomas ya tiene cada país: ¿ya les quitaron la industria? ¿Ya les nacionalizaron los periódicos?”, agregó.
“Siento vergüenza por ver cómo se ha copiado el modelo populista [cubano] una y otra vez”
Asimismo, lamentó la “responsabilidad” de Cuba en la crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela: “Ya sé que todos los cubanos no somos responsables, pero las autoridades de La Habana han intentado replicar en Venezuela un sistema fallido y han hecho una mala caricatura de lo que hemos vivido nosotros en el último medio siglo: han copiado el desmantelamiento de las estructuras cívicas, la estatización de la economía, el odio visceral a las diferencias, empujar al exilio a los opositores, fusilamiento de la reputación de quienes piensan diferente…”.
Pero no solo eso. Sánchez encontró una similitud más: “Estructuraron el sistema alrededor de un hombre”. “Copiaron lo peor de un individuo. En el caso de Cuba, la impronta de (Fidel) Castro. El voluntarismo, la incapacidad para debatir, pasar del subsidio soviético al venezolano… Y en el caso de Venezuela, (Hugo) Chávez”.
Según Sánchez, tanto “el empeño personal” como “la incapacidad de hablar con el otro” han llevado a Cuba “a la quiebra y la ruina económicas”. “Todo esto se ha extendido más allá de las fronteras de nuestra isla”. Por ello, zanjó: “Cuba es un faro que irradia populismo hacia toda América Latina. Siento vergüenza por ver cómo se ha copiado este modelo populista una y otra vez”.
“El impasse está abierto”
En su opinión, la isla vive en la actualidad “un populismo algo desteñido” tras la muerte de Fidel Castro en noviembre de 2016. “Fue el populista más mediático. Sabía que había que persuadir a la población y convenció a los cubanos de aceptar la jaula. Hoy, por ejemplo, sigue estando penalizada la libre asociación en Cuba. Tras las elecciones, acumuló prestigio. Todo ello acompañado de una estructura de terror: inoculó en cada persona la sensación de que está siendo observada todo el tiempo. Además, se unió la amenaza del enemigo exterior”, dijo Sánchez, que calificó todos estos elementos como “la santísima trinidad del populismo”.
“La mayoría de los cubanos piensa que esto que vivimos llegó para quedarse”
Muerto Fidel Castro y después de que su hermano Raúl anunciara que se retirará en febrero de 2018, Sánchez cree que el populismo en Cuba “se deshace a pedazos”. Asegura que “el impasse está abierto” y no cree que el castrismo pueda prolongarse en ausencia de sus figuras principales. “Cada persona en el poder marca una impronta. El abuelo ha muerto, la casa está deshecha”, remató.
“El populismo se irá desarmando, miraremos hacia atrás y nos daremos cuenta de que se ha terminado”, dijo para después preguntarse: “¿Habrá democracia?”. La propia Sánchez ofreció una respuesta: “No lo sé, creo que no estamos preparados, pero la historia no puede ser tan dañina con nosotros. Queda el terror. Dejan la desidia y el desinterés por el destino nacional”.