Daniel Gómez (ALN).- En un año, cuatro desplantes a la Corona. Cada vez que el Rey pisa Cataluña es para sufrir un desaire de la Generalitat, dominada por el independentismo. Otra vez el Mobile World Congress de Barcelona fue usado como escenario de la lucha que libra con la Corona tras el referéndum ilegal de 2017. Sin embargo, en esta ocasión, y a diferencia de lo que ocurrió en 2018, el acto del secesionismo apenas tuvo impacto mediático.
El Mobile World Congress de Barcelona es una cita ineludible para los amantes de la tecnología. También lo es para los independentistas catalanes, quienes aprovechan la proyección global del evento para mostrar su causa al mundo. Para evidenciar su malestar con España. Y, sobre todo, con la Corona.
El domingo, en la cena inaugural del evento, Quim Torra, presidente de la Genelaritat de Cataluña, dejó plantado a Felipe VI en el besamanos protocolario. Fue un desplante al Rey. Otro más desde el 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal.
Aquel 3 de octubre el monarca condenó con dureza los actos del secesionismo y se dirigió a los catalanes, pero no a los independentistas que aquel día 1 de octubre (1-O) resultaron heridos por los cuerpos de seguridad del Estado.
Este gesto del Rey molestó a los independentistas. Y desde ese día decidieron ir en contra suya como venganza. “Los catalanes no tenemos rey”, repiten como consigna. De hecho, toda esta guerra de desaires comenzó hace un año y en el mismo escenario: el Mobile World Congress de 2018.
El desplante de 2018 tuvo más impacto
Hace un año, Roger Torrent, presidente del Parlamento de Cataluña, por entonces máximo representante de la Generalitat, también se ausentó en el besamanos inicial y luego decidió no aplaudir al Rey durante su discurso.
La historia se repite de no ser por algunos detalles. Uno es los protagonistas: Quim Torra todavía no había jurado como presidente de la Generalitat porque Carles Puigdemont ejercía las funciones desde su exilio en Bruselas. Entonces el máximo representante del gobierno era el presidente del Parlamento.
El desplante de hace un año fue contado por la prensa extranjera. Medios como BBC, Express y The Economist informaron sobre el acto independentista, el cual vino acompañado por una serie de protestas a las puertas del evento
Otra diferencia respecto a lo ocurrido en 2018 es la repercusión internacional. El desplante de hace un año fue contado por la prensa extranjera. Medios como BBC, Express y The Economist informaron sobre el acto independentista, el cual vino acompañado por una serie de protestas a las puertas del evento.
Este año no se dieron tales protestas, no al menos con tanta magnitud, por lo que las represalias a la Corona del secesionismo apenas están teniendo proyección mediática. Sólo porque el diario El País tuvo a bien traducir la noticia en inglés, el desplante de Torra tuvo cierto impacto global.
Lo cual es curioso. La causa independentista está viviendo un momento crucial. Desde hace dos semanas en Madrid, en el Tribunal Supremo de Justicia, comenzó el juicio del Proceso. El juicio contra los líderes independentistas presos, acusados por delitos de rebelión, malversación y desobediencia. Todo ello a consecuencia de los actos violentos desencadenados el 1 de octubre (1-O), cuando se produjo el referéndum ilegal.
Por estos presos es que Torra lleva el lazo amarillo. Por estos presos es que Puigdemot está fugado en Bruselas. Por estos presos es que el propio Torra es el líder de la causa independentista y la figura visible de los otros dos desplantes hechos al Rey.
El libro del 1-0 al Rey
22 junio de 2018. Ceremonia inaugural de los XVIII Juegos Mediterráneos en Tarragona. Torra no asistió porque estaba Felipe VI. Luego, con el evento ya en marcha, sí saludó al monarca y le entregó un libro de fotos sobre el 1 de octubre. Imágenes que muestran la otra versión de los hechos: un independentismo pacífico, y un gobierno con sus cuerpos de seguridad violentos.
Una inusual entrega de premios
28 de junio de 2018. Una semana después del desaire en Tarragona, el Rey entregó los Premios Fundación Princesa de Girona, que galardonan la proyección juvenil, en un escenario inusual. No fue en el auditorio del Ayuntamiento. Este, liderado por los independentistas, se negó a ceder el espacio, por lo que los galardones se entregaron en el centro de eventos Mas Marroch del Celler de Can Roca.
Además, al acto no acudió, por primera vez desde 2009, año de su fundación, ningún representante de la Generalitat de Cataluña.