Leticia Núñez (ALN).- El alcalde de Barranquilla toma la delantera y dice que las interesadas en comprar los activos de Electricaribe son tanto nacionales como internacionales. La filial de la multinacional española tiene un agujero de 1.300 millones de euros en deudas. Mientras, el gobierno colombiano guarda silencio. Ya pasó la tormenta que se llevó por delante a la filial de Gas Natural Fenosa en Colombia. Ahora, comienza la pugna. Toca seleccionar quién será el próximo comercializador y distribuidor de energía de la costa Caribe tras la liquidación de Electricaribe por parte del gobierno colombiano. Aunque el proceso no se ha abierto de forma oficial, ya son dos las empresas que han mostrado sus cartas. La primera en hacerlo fue Promigas. “Vamos a mirarlo con detalle, aunque puede ser muy difícil porque las inversiones necesarias para rescatar el servicio y la reputación son significativas”, aseguró en un comunicado Antonio Celia Martínez-Aparicio, presidente de la compañía colombiana.
Difícil porque el cese de Electricaribe sacó a relucir los números de un agujero que ya supera los 1.300 millones de euros (aproximadamente 1.396 millones de dólares) en deudas por parte de los clientes. De éstos, más de 200 millones de euros (214 millones de dólares) fueron solo en 2016, tal como informó la multinacional española de acuerdo a las cifras auditadas de la filial. Su déficit con la banca asciende a 1,8 billones de pesos colombianos (alrededor de 601 millones de dólares o 564 millones de euros).
El presidente de Promigas asegura que la decisión final vendrá tras un detallado análisis financiero de Electricaribe / Foto: Promigas
Algo que, sin embargo, no parece desanimar a Promigas. La compañía, con 3.685.000 usuarios de gas natural en el país latinoamericano (alrededor del 38% del mercado nacional), asegura que tienen “cifras parecidas en materia de usuarios”. Por ello, dicen, “tiene sentido darle una mirada analítica y responsable, pensando siempre en cuáles son las mejores opciones para la región Caribe”.
El presidente de Promigas aclaró que la decisión será producto de un detallado análisis financiero de Electricaribe, de las inversiones necesarias y de la regulación del sector. “No podemos olvidar que es un negocio regulado y las señales regulatorias son importantes”, señaló, para después añadir que la compañía no tiene impedimento para entrar en el negocio de la energía eléctrica. “En todo caso, ante cualquier eventualidad la Superintendencia tendrá que mirar eso”, zanjó al respecto Celia.
El plan de inversiones que debe afrontar el nuevo operador que salga del proceso de liquidación asciende a 240.000 millones de pesos colombianos (unos 79 millones de dólares o 74 millones de euros) anuales. Poco después de anunciarse el cese, el senador colombiano José David Name Cardozo señaló al diario ALnavío que lo primero que debería hacer el gobierno central es “invertir 500 millones de dólares (470 millones de euros) en redes, subestaciones y otros aspectos de la infraestructura”.
Por su parte, Promigas reveló la semana pasada que en 2016 realizó inversiones por un total de 1,2 billones de pesos colombianos (alrededor de 360 millones de euros), los cuales se destinaron especialmente a la infraestructura de transporte y distribución. Para este año prevén destinar 800.000 millones de pesos (unos 240 millones de euros).
No podemos olvidar que es un negocio regulado y las señales regulatorias son importantes”, dijo el presidente de Promigas
Segunda candidata
Pero Promigas no es la única candidata. En declaraciones al periódico El Heraldo, el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, aseguró que existen otras “ocho empresas nacionales e internacionales” interesadas en asumir la prestación del servicio de energía en los siete departamentos de la costa Caribe. Pese a no especificar los nombres, sí destacó que en el grupo figura el fondo inglés Actis, que se encarga del suministro en Guatemala.
De hecho, en 2011, Gas Natural vendió a Actis la compañía eléctrica que heredó de Unión Fenosa en Guatemala. La operación se cerró por casi 500 millones de dólares (460 millones de euros). Unión Fenosa desembarcó en el país centroamericano en 1999 tras ganar un concurso para la privatización del servicio eléctrico. Evitó las acusaciones de monopolio creando dos filiales: una para la parte occidental y otra para la oriental. Sin embargo, en 2004 la Corte de Constitucionalidad guatemalteca advirtió que estaba haciendo cobros indebidos “mediante un impuesto ilegal” y que debía devolver unos 200 millones de euros (217 millones de dólares) a los usuarios.
Este hecho, sumado a la denuncia que realizaron más de 30 organizaciones sociales españolas ante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, tal como informó El Confidencial, hizo que la multinacional española optara por salir del país. Un último apunte: Gas Natural compró Unión Fenosa en 2009.
Según el alcalde de Barranquilla, hay ocho empresas interesadas en Electricaribe
El director regional de Actis, una firma de capital de riesgo británica especializada en inversiones en países emergentes, ya manifestó en el momento de la adquisición a Gas Natural que no solo estaban interesados en invertir en Guatemala en el sector energético. Antes de la adquisición, el fondo ya poseía inversiones en el sector cementero y energético del país.
En cuanto a la opción de dividir la prestación del servicio entre diferentes compañías que distribuyan la energía de las zonas para garantizar que el servicio prestado sea óptimo, Char dijo que es algo “muy conveniente”, teniendo en cuenta el tamaño de ciudades como la que gestiona. “Nos parece muy conveniente que Barranquilla pueda tener su propio operador, teniendo en cuenta que posee un mercado muy dinámico y atractivo para cualquier empresa interesada en asumir la prestación del servicio, y de esta manera podría pensarse en la posibilidad de obtener una mejora radical en la calidad, a través de la implementación de un plan de optimización de la infraestructura y redes de distribución”, concluyó.