Leticia Núñez (ALN).- Las protestas contra el Gobierno de Nicaragua han dejado 87 muertos en apenas un mes y medio. El régimen de Ortega ya lleva más de la mitad de los muertos que hubo en Venezuela en todo 2017 en las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro: 157. La OEA ha pedido a la Corte Penal Internacional que investigue al mandatario venezolano por delitos de lesa humanidad. Mientras, en Nicaragua la Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunció “detenciones ilegales, prácticas de tortura y posibles ejecuciones extrajudiciales”. ¿Correrán la misma suerte?
El régimen de Daniel Ortega bañó de sangre la marcha de las ‘Madres de Abril’ este miércoles. Al menos 10 personas fueron asesinadas con armas de precisión por efectivos policiales y grupos paramilitares. Les dispararon en la cabeza y el tórax. Todo por manifestarse de forma pacífica en apoyo a las madres que perdieron a sus hijos desde que estallaron las protestas contra el Gobierno el pasado 18 de abril. En total, en apenas un mes y medio, la represión ha dejado un saldo de 87 muertos, según los datos del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Ortega ya lleva más de la mitad de los muertos que se produjeron en Venezuela en todo 2017. Las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro dejaron 157 víctimas, según el Observatorio de la Conflictividad Social. Comenzaron el 1 de abril del año pasado, cuando el Tribunal Supremo de Justicia anuló a la Asamblea Nacional y concedió poderes plenos al presidente Maduro. Ese 1 de abril el Gobierno se consolidó como un régimen violento. Porque no sólo rompió el hilo constitucional, también reprimió a la gente durante los casi cinco meses que duraron las protestas.
Ahí están Managua y Caracas, aliados incondicionales, regímenes represores. Según el Foro Penal Venezolano, 2017 fue un año récord de represión en Venezuela. Hubo 5.511 arrestos por motivos políticos y 848 presos políticos, una cantidad que “jamás se había registrado” en un solo año, tal como relató el director del organismo, Alfredo Romero. Es 1.200% más que en 2016.
Según el Foro Penal Venezolano, 2017 fue un año récord de represión en Venezuela
Ahora Nicaragua va camino de alcanzar tan penosa cifra. Ortega dijo este miércoles que no se va. “Aquí nos quedamos”, espetó en un acto oficialista. Pero no lo tendrá fácil. Todos los sectores sociales del país están reclamando elecciones anticipadas. Lo han hecho los empresarios, incluido el más influyente de Nicaragua, Carlos Pellas Chamorro. “El modelo que traía el país se agotó”, señaló, tal como informa el periódico La Prensa. Por su parte, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) pidió al mandatario en una carta publicada en Twitter que adelante los comicios “antes de que nos veamos inmersos en una situación aún más trágica”.
La Iglesia ha sido hasta ahora el más duro adversario de Ortega. Se convirtieron en la voz de quienes protestan contra la represión, denunciaron amenazas de muerte por parte del régimen orteguista e hicieron de mediadores en el diálogo con el Gobierno pero terminaron retirándose por falta de consenso. “La patria está secuestrada por la irracionalidad y la ambición esquizofrénica de poder. ¡Cuánto dolor!”, clamó este miércoles en Twitter el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez.
¡Qué triste acaba este día en Nicaragua! La patria está secuestrada por la irracionalidad y la ambición esquizofrénica de poder. ¡Cuánto dolor! ¡Cuánta irresponsabilidad! @PauloAbrao @ErikaGuevaraR
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 31 de mayo de 2018
A ellos se suman los estudiantes. Por primera vez en 11 años, hubo quien plantó cara a Ortega y la vicepresidenta, Rosario Murillo, y esos fueron los estudiantes. Nadie les había cuestionado de tal manera y en su propia cara como hizo el líder estudiantil Lesther Alemán en la primera jornada del diálogo a mediados de mayo. “Hemos decidido estar en esta mesa para exigirle ahorita mismo que ordene el cese inmediato de los ataques. Esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida y lo sabe muy bien”, le espetó al presidente.
Y es que Nicaragua sufre una crisis institucional. Las fisuras son notorias. Al debilitamiento de Ortega se sumó el rechazo de los militares a participar en la represión. En un comunicado, la Comandancia General se solidarizó “con las familias que han perdido a seres queridos y los que de una forma u otra han sido afectados por todos los hechos de violencia”.
Ahora ambos, Ortega y Maduro, caminan hacia La Haya. Hacia la Corte Internacional de Justicia. La fiscal general destituida por la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, denunció a Maduro ante dicho tribunal en noviembre. Pidió su captura por cometer “asesinatos, torturas, encarcelación, así como un ataque sistemático contra la población civil” desde hace más de dos años.
Este miércoles, la Organización de Estados Americanos (OEA) pidió a la Corte Penal Internacional que investigue delitos de lesa humanidad en Venezuela. Su presidente, Luis Almagro, remitió a La Haya una investigación de expertos que considera a Maduro “autor intelectual” de la represión.
En el informe de la OEA se acusa a soldados y paramilitares vinculados al chavismo de asesinar al menos a 131 venezolanos en las protestas de 2014 y 2017. Señaló también que han sido documentadas cerca de 8.300 ejecuciones extrajudiciales. Por lo que la institución concluyó que hay suficientes pruebas para investigar al régimen de Maduro por crímenes de lesa humanidad.
En Nicaragua, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya ha dejado al desnudo las atrocidades del régimen de los Ortega-Murillo. El pasado 22 de mayo condenó lo que considera “graves violaciones” a los derechos humanos de los manifestantes en la “represión” de las protestas por la fuerza pública y grupos armados simpatizantes del presidente Ortega.
En sus observaciones preliminares, recogidas por la agencia Reuters, el comité de la CIDH en Nicaragua aseguró que hubo 76 muertos en un mes, la mayoría por heridas de armas de fuego, y uso excesivo de la fuerza por parte de cuerpos de seguridad del Estado y terceros. Como en Venezuela, en Nicaragua también se denuncian ejecuciones extrajudiciales. “Varios testimonios hablan del uso de francotiradores (…) Estos graves hechos indican la posibilidad de que se habrían registrado ejecuciones extrajudiciales”, además de “detenciones ilegales y arbitrarias, prácticas de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes, censura y ataques contra la prensa y otras formas de amedrentamiento”.