Oscar Medina (ALN-KonZapata).- La aparición de un nuevo vídeo del líder de Voluntad Popular antecedido del anuncio de una visita oficial a la cárcel de Ramo Verde en Caracas, hizo que se dispararan los rumores sobre una eventual salida de prisión negociada. Su esposa, Lilian Tintori, tuvo que salir ayer a dar explicaciones, pero reconoció que hay propuestas sobre la mesa. Detenido desde febrero de 2014 y condenado a casi 14 años de prisión tras un juicio amañado, ¿cuál es el problema de que quiera regresar a casa?
Primero se creó la expectativa. Luego apareció el vídeo que no aclaró lo que muchos querían saber: ¿de qué habló Leopoldo López con sus visitantes? La verdad es que en política -y en asuntos como estos- no todo hay que saberlo, no todo hay que airearlo. Pero sí se prestó a confusión que su esposa, Lilian Tintori, informara -el domingo- que el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el alcalde de Libertador y la canciller Jorge y Delcy Rodríguez, respectivamente, visitaron al preso político en la cárcel de Ramo Verde en Caracas y de inmediato anunciara el mensaje audiovisual.
¿Y qué vimos ahí? Vimos lo que se espera de López: a un hombre sano, en buen estado físico, firme en sus convicciones y consecuente con su discurso.
¿Qué ocurrirá con su liderazgo si es forzado a irse del país o si lo obligan a mantenerse en casa y en silencio?
El episodio, sin embargo, no quedó ahí ni se limita a la espera de un segundo vídeo. Disparó de inmediato especulaciones sobre una posible negociación para liberarlo. ¿Casa por cárcel? ¿Salida del país? Las versiones calentaron el termómetro de Twitter, es decir, la opinión pública inmediata, la más a mano. Y no hay que desdeñar su efecto: el propio Freddy Guevara –coordinador nacional de Voluntad Popular y Primer Vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela– se activó rápidamente a hacer una especie de control de daños. El diputado recalcó dos aspectos: que el mensaje de López salió desde un recinto de seguridad militar y que lo planteado era seguir en la lucha de calle. Y en la mañana del lunes estuvo al aire en el programa de César Miguel Rondón: “El Gobierno no le ha planteado a Leopoldo López mermar la calle a cambio de una mejora de condiciones”, dijo.
“Veo difícil que a Leopoldo le mejoren sus condiciones o le den casa por cárcel”, también dijo. Pero, ¿y si sucede? Intentos ha habido. Y en eso, dicen quienes saben, han estado involucrados Rodríguez Zapatero y representantes del Vaticano. Hasta el Papa, según versiones. ¿Qué pasaría si Leopoldo López sale de la cárcel? ¿Le dejarán tener margen de maniobra? ¿Qué ocurrirá con su liderazgo si es forzado a irse del país o si lo obligan a mantenerse en casa y en silencio?
Imaginemos posibles escenarios:
Casa por cárcel: Vivirá custodiado, vigilado y recluido, tal como ahora, pero en su hogar y -finalmente- con su esposa y sus hijos. Recobrar la dinámica familiar, sin embargo, tendrá su precio: nada de actividad política, nada de comunicación con medios ni transmisión de mensajes a la gente. La amenaza será diaria: si incumple las reglas, vuelve a prisión. El Gobierno simplemente no puede permitirse a un López liberado y de su cuenta. Tendría que silenciarlo y así su relevancia política correría el riesgo de ir disminuyendo poco a poco. Ayer -lunes- Lilian Tintori declaró que se había hablado de esta opción, pero fue rechazada: exigen libertad plena. Esto, que suena duro, está en armonía con la prédica de López que lo ha convertido en un símbolo de sacrificio. En casa, silenciado del todo, será papá y esposo, no líder político.
Exilio forzado: Las especulaciones al respecto apuntan, obviamente, a España. Esta opción le daría la posibilidad de vivir con su familia y también libertad de movimiento y de palabra. Pero la actividad política sería desde la distancia. Aquí entran en juego otras consideraciones: ¿si sale del país se erosionaría su figura? Es posible que inicialmente algo de eso suceda entre los más radicales, entre quienes demandan el sacrificio de otros sin arriesgarse ellos mismos más allá de Twitter. En definitiva, todo dependerá de él mismo, de cómo se maneje en su nueva condición. Pero sin duda podrá participar de forma más expedita y efectiva hasta en la dirección de Voluntad Popular. También podría -sería lógico que lo hiciera- abogar por el resto de los presos políticos ante instancias internacionales. El Foro Penal maneja la cifra de 290 personas (al 1º de junio) consideradas como presos políticos. Son muchos. La mayoría de estas historias son casi desconocidas. Y López podría -en el supuesto de su exilio- trasladar el foco a esa gente.
¿Y cómo queda el Gobierno? Pensar que el “gesto” de liberar a López deja en el olvido las injusticias y violaciones a sus derechos es demasiada miopía. Sacarlo de la cárcel apenas sería una “reparación” a alguien que nunca debió estar en prisión porque en el juicio, amañado y manipulado, nada se comprobó en su contra. Quien lo dude, puede leer aquí y aquí y aquí. Y también aquí. Es posible que la máquina de propaganda haga que esto se proyecte como una muestra magnánima de la justicia revolucionaria. Pero eso podría funcionar para lavar solo un poco el rostro del Gobierno ante el público foráneo y también para pretender usarlo como moneda de cambio. Al interior del chavismo duro no caería nada bien: durante años, gente como Diosdado Cabello y los medios oficialistas se han encargado de vender la imagen del diablo Leopoldo, el terrorista, el asesino, el monstruo de Ramo Verde. ¿Cómo explicar que semejante criminal obtenga la libertad, restringida o no? ¿Qué haría Cabello, quien en ocasiones parece el carcelero personal de López? ¿Qué lectura le daría a esto el chavismo de a pie?
Y si ellos mismos creen de verdad en que el gobierno de Maduro está tan débil y a punto de caer como dicen, ¿para qué arriesgar tanto sacrificio?
El Gobierno podría beneficiarse solo en caso de que haya un acuerdo para bajar la intensidad del conflicto. El mensaje de López, de Guevara y las declaraciones de Tintori alejan la posibilidad de esa sospecha. Y si ellos mismos creen de verdad en que el gobierno de Maduro está tan débil y a punto de caer como dicen, ¿para qué arriesgar tanto sacrificio? Visto así, no hay salida posible. Al menos no bajo las condiciones revisadas. Ayer en el programa de Rondón, el diputado Guevara dijo algo más: “Leopoldo López no es gafo”. Claro que no lo es. En caso de que ciertamente haya avanzado la posibilidad de un acuerdo, seguramente tratará de lograrlo bajo las mejores condiciones. Pero algo deberá ceder. El Gobierno tampoco es gafo y a López se le trastocó la vida el 18 de febrero de 2014 cuando se entregó a la Guardia Nacional. A fin de cuentas, se trata de un hombre que quizás quiera volver a casa con su esposa y sus hijos.