Juan Carlos Zapata (ALN).- Tanto se habló en Noruega. Tanto se avanzó. Y por tanto se espera que se siga avanzando. Porque Oslo no ha muerto. El proceso sigue abierto, y ocurrió lo que anticipamos. Que en el momento que se abordara el tema de las elecciones con Nicolás Maduro en el poder, el juego se iba a trancar. Pese a ello, la opción se mantiene.
Una fuente involucrada en la negociación dijo al diario ALnavío: Insistiremos en la mediación. Pero aclara: “Siempre y cuando estimemos que haya posibilidades de una solución acordada”.
No ha sido posible por ahora, aunque esta posibilidad era remota, tratándose de la primera jornada de discusión en serio.
Queda claro que la opción sigue sobre la mesa, y que al contrario de lo que se pensaba, no sólo el tema electoral estuvo en discusión, sino, con seguridad, aspectos institucionales como la Fuerza Armada, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, y la crisis, la catástrofe económica y social que sufre Venezuela, confirmada por los indicadores que acaba de hacer públicos el Banco Central de Venezuela.
Pero lo sorprendente es lo mucho que se habló. En dos viajes. Tres sentadas frente a frente. Lo deja entredicho el comunicado del gobierno de Noruega: “Los partidos han demostrado su voluntad de avanzar en la búsqueda de una solución acordada y constitucional para el país, que incluya asuntos políticos, económicos y electorales”.
Queda claro que la opción sigue sobre la mesa, y que al contrario de lo que se pensaba, no sólo el tema electoral estuvo en discusión, sino, con seguridad, aspectos institucionales como la Fuerza Armada, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, y la crisis, la catástrofe económica y social que sufre Venezuela, confirmada por los indicadores que acaba de hacer públicos el Banco Central de Venezuela.
Juan Guaidó ordenó a su equipo que había que medir la voluntad de negociación de Maduro. Y la midieron. Constataron que el asunto clave y central es que Maduro no quiere elecciones presidenciales porque, argumentan sus negociadores, ya las hubo, ya las ganó; en consecuencia, Maduro es legítimo, y debe ser reconocido como tal.
Lo contrario dice la oposición. Lo contrario dicen los más de 50 países que reconocen a Juan Guaidó como Presidente Encargado de Venezuela. En todo caso, el comunicado del gobierno de Noruega es explícito: Se avanzó y se mostró voluntad de seguir adelante en la búsqueda.
Un experto en negociaciones, el mismo que reveló a este diario el inicio de las negociaciones -y que fue primicia mundial-, observa que no hay ruptura sino “un juego de poses”.
El comunicado de Guaidó señala que no hubo acuerdo. Y la verdad es que no podía haberlo en esta primera jornada. No se esperaba. Las expectativas estaban centradas en lo que afirma el comunicado del gobierno de Noruega, en los avances. Y eso fue lo que se filtró el día anterior, el martes: que se había avanzado en el tema electoral, pero jamás se pensó en que se firmara un acuerdo. Ayer explicamos lo complicado de este proceso. (Lea esta nota de apoyo.)
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La opción sigue abierta, tan abierta, que la frase final del comunicado noruego no deja lugar a dudas. “Con el fin de preservar un proceso que puede llevar a resultados, se solicita a las partes que muestren su mayor cautela en sus comentarios y declaraciones con respecto al proceso”.
Para Francisco Rodríguez, Oslo no se acabó. Es la lectura que hace del comunicado de Guaidó. Y señala: “En este tipo de negociaciones, como las hacen los noruegos, hay un principio básico: No hay nada acordado hasta que todo está acordado. No se puede hablar de acuerdos preliminares, avances”. Señala que a este proceso le falta mucho, está apenas comenzando. “Probablemente todavía es una exploración preliminar. Esto sigue”.
Para qué se va a mantener la discreción si no es porque se espera continuar y sobre la base de lo adelantado, alcanzar resultados. “Estamos dispuestos a continuar junto a ellos”, dice el comunicado de Guaidó, en referencia a la mediación noruega. O sea, allí queda la opción abierta.
Por supuesto, Guaidó quiere que el proceso vaya más rápido, y en la línea que se ha fijado, el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres. Guaidó en este sentido se ha planteado una estrategia que puede mirarse así:
Primero, enfatizar sobre la catástrofe que sufre el país. Alertar sobre los riesgos de una situación realmente pavorosa. Por ejemplo, se teme que en Venezuela se desate una hambruna. Hasta ahora lo que ha habido es hambre, y ya esto es grave. El economista Francisco Rodríguez -Torino Economics-, en una entrevista que publicaremos mañana, advierte sobre esta amenaza, la hambruna, en caso de no resolverse el conflicto político este año, este 2019.
Segundo, al darle carácter de urgencia a la catástrofe, responsabiliza a Maduro, y busca sensibilizar a la Fuerza Armada para que apure una solución, si no por acción directa, mediante presiones para que Maduro negocie, se abra al cambio, acepte las elecciones, el cambio de escenario, pues de lo contrario, el tiempo pasa y con el tiempo, la devastadora crisis se hará más profunda. De hecho, el comunicado de Guaidó lleva un mensaje directo a los militares.
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Por su parte, Maduro intenta demostrar que cuenta con fortalezas para resistir. Al cerrarse, envía el mensaje de que todavía tiene de su lado a la Fuerza Armada. Que tiene de su lado una porción de pueblo -casi 14% según la encuesta Datincorp-, y que no se va a producir ningún estallido social: hasta ahora ha sido así, pues ni siquiera ocurrió en el peor momento del megapagón eléctrico de marzo. Para el régimen, la catástrofe es un invento de la oposición. “Aquí no hay crisis humanitaria”, ha dicho Diosdado Cabello. Lo que están diciendo, en realidad, es que se sostendrán en el poder sin que el costo para el país los conmueva. Es el libreto cubano.
Para Francisco Rodríguez, Oslo no se acabó. Es la lectura que hace del comunicado de Guaidó. Y señala: “En este tipo de negociaciones, como las hacen los noruegos, hay un principio básico: No hay nada acordado hasta que todo está acordado. No se puede hablar de acuerdos preliminares, avances”. Señala que a este proceso le falta mucho, está apenas comenzando. “Probablemente todavía es una exploración preliminar. Esto sigue”.
Rodríguez interpreta la posición de Guaidó coherente con su línea de acción. Tiene que decir lo que dice. Hasta que llegue el momento que le toque decir que se ha llegado a un acuerdo. Es una forma de validarse a futuro. Cuando le corresponda explicarle a la gente por qué se hicieron concesiones, ya que tendrán que hacerse concesiones, en caso de que se arribe a un acuerdo.