(EFE).- Ignorada durante los últimos cinco años, América Latina ha vuelto al radar del Gobierno de Emmanuel Macron, como demuestran las recientes visitas de los presidentes de Argentina y Colombia y la mesa de diálogo entre oposición y régimen venezolanos celebrada en París.
La fotografía del líder del Parlamento venezolano, Jorge Rodríguez, y el negociador de Juan Guaidó, Gerardo Blyde, fue muy destacada el dónde y el cómo se había producido: durante el Foro de París por la Paz y bajo el auspicio de Macron, quien hasta ahora había dado la espalda a la región latinoamericana.
El objetivo del encuentro, también promovido por el dirigente colombiano, Gustavo Petro, y el argentino, Alberto Fernández -ambos presentes en la capital gala-, es que ambas partes puedan retomar la negociación para celebrar elecciones presidenciales en Venezuela en 2024.
Aunque los resultados de esta cita están por ver, se trata del «primer gran gesto» de Macron, en el poder desde 2017, hacia América Latina, afirma a EFE el profesor de ciencias políticas francomexicano, Gaspard Estrada.
«Francia toma por fin una iniciativa política en la región (…) para resolver la principal crisis de la zona, la venezolana. Es una iniciativa bienvenida, pero no sabemos si tendrá éxito», añade el director del Observatorio de Política de América Latina y el Caribe de Sciences Po.
Macron se había centrado en otras regiones
Un viaje a Argentina en 2018 para acudir a un encuentro multilateral del G20 es el único desplazamiento latinoamericano que figura en la agenda de Macron, quien en su primer mandato se centró en otras regiones del mundo, como Oriente Medio, Europa o África.
Y eso que la presencia de Francia es históricamente reseñable en los países latinoamericanos. François Mitterrand (1981-1995) se acercó a los movimientos izquierdistas latinoamericanos y François Hollande (2012-2017) fue el primer jefe de Estado occidental que viajó a Cuba tras el deshielo de las relaciones con los Estados Unidos de Barack Obama.
La huella cultural y económica de Francia persiste hasta hoy en día. En Brasil, por ejemplo, las empresas francesas son las segundas empleadoras en la principal potencia de la región.
¿Qué sucedió para que Francia dejase de lado a Latinoamérica? Según Estrada, hubo varios factores. La crisis del covid y la guerra en Ucrania influyeron, pero también la falta de sintonía política con algunos de los líderes de la región, con el brasileño Jair Bolsonaro a la cabeza.
«Ahora hay un diálogo»
Pero últimamente ha habido una nueva tendencia, con la llegada al poder de Gabriel Boric en Chile; Petro, en Colombia; la reciente victoria de Lula da Silva en Brasil; Fernández en Argentina, todos ellos de cariz progresista. «Ahora hay un diálogo que se antoja más fructífero», reconoce el analista político.
La presidencia temporal de la UE de España en el segundo semestre de 2023 será clave para que Latinoamérica renueve sus lazos no solo con París, sino con el resto de capitales europeas.
Josep «Borrell (alto representante europeo para la Política Exterior y de Seguridad) tiene la voluntad de relanzar la cumbre entre la CELAC y la UE, que no se hace desde 2015», asevera Estrada, quien reconoce los esfuerzos del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para que América Latina regrese a los radares de las capitales de europeas.
Venezuela y los intereses del petróleo
La diputada franco-dominicana Eléonore Caroit fue una de las organizadoras de la mesa de diálogo sobre Venezuela. Representante en la Asamblea Nacional gala de los franceses residentes en los países latinoamericanos, considera que la iniciativa venezolana dentro del Foro de la Paz es producto del talante multilateral de Macron.
«La verdadera voluntad es mostrar que sí se quiere estar presente en Latam», afirma a EFE Caroit, miembro del partido macronista Renacimiento.
Para esta legisladora, la elección de Lula en Brasil -asume la presidencia en enero- ha sido clave para la reapertura hacia América Latina, pues con Bolsonaro el diálogo y la cooperación estaban en punto muerto.
«El interés de Macron no responde al petróleo»
Caroit negó además que la inclinación de Macron por Venezuela se deba a sus reservas de petróleo. «Biden ya mandó a emisarios a Caracas en marzo (con el inicio de la invasión rusa de Ucrania), el interés de Macron no responde al petróleo, si fuese así lo hubiese hecho hace meses», aclara la parlamentaria.
Estrada destaca otro factor que explica el nuevo compromiso francés, el de los 6 millones de inmigrantes venezolanos que han abandonado su país en la última década, creando tensiones migratorias en la región.
«Lo que le interesa a Francia es que América Latina salga de esta espiral y retome el crecimiento económico y que pueda ser útil a la comunidad internacional, en la exportación de energía, pero también para suministrar alimentos a Europa y a Asia y África en un contexto de alta inflación», concluye el analista.