Redacción (ALN).- Restaurantes de lujo, tiendas opulentas y modernos edificios vienen emergiendo en los últimos años en ciertas zonas de Venezuela, y para una élite reducida pero muy vistosa: la llaman «la Venezuela premium» o de «la burbuja».
Muy pocos tienen acceso a ella en este país que sigue profundamente empobrecido y cada vez más desigual a niveles de países como Namibia, Mozambique y Angola.
“La Venezuela Premium es ese nuevo sector económico que se ha originado luego de la crisis venezolana, a raíz de la hiperinflación, de las sanciones”, explicó a la Voz de América Manuel Parejo, economista de la firma Omnis.
“Esa desigualdad se ha amplificado y ese perfil o esa clase socioeconómica a niveles altos ha podido acceder otra vez a nuevos servicios, a productos que se han dado en el mercado”.
Después de siete años de recesión y cuatro de hiperinflación, Venezuela observa una relativa recuperación, que pasa por una dolarización informal y la flexibilización de férreos controles de precios.
La pobreza ha disminuido por primera vez en siete años, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello, que no obstante evaluó a Venezuela como “el país más desigual del mundo desde el punto de vista del ingreso”.
“Y por supuesto, esta clase alta es cada vez más diminuta, pero concentra una gran cantidad de dinero y los ingresos del país”, añadió Parejo.
No es que no hubiera antes lujo en Venezuela, que fue uno de los países más ricos del continente con sus recursos petroleros. Lo interesante es que después de años de desolación, de escasez, de comercios vacíos, hay un auge de estos nuevos restaurantes, bares, tiendas destinadas a la clase alta, a la que se han sumado un grupo de personas que hicieron fortuna a través de negocios con el gobierno.
“Nosotros fuimos siempre un país de una clase media importante, de una clase media que además tenía un consumo interesante”, dijo Tiziana Polesel, presidenta de la cámara de comerciantes Consecomercio.
“Estos negocios generalmente están en sitios visibles, donde hay mucho acceso a redes, mucho acceso comunicacional, sitios en general que tienen mucha visibilidad”, continuó.
Burbujas regionales
Estos comercios opulentos se ven en Caracas, pero también en otras ciudades del país, como Valencia, Puerto La Cruz y Maracaibo, que han cultivado sus propias burbujas.
“No llega ni siquiera al 3 %, porque, insisto, es un segmento que en Venezuela siempre ha sido minoritario, ese segmento alto”, señaló Polesel.
Despierta gran interés, porque estos negocios surgen en un país cada vez más costoso, con salarios en el suelo, y sin oferta de créditos.
¿Cuáles son las probabilidades de sobrevivencia para estos negocios?
“Es el mercado el que te va a indicar”, responde Polesel, que apuesta a la reactivación del turismo. “Lo que puede salvar que esa saturación no ocurra es que tengamos gente que venga de otros países a hacer turismo en Venezuela, porque con sólo el mercado venezolano, muy probablemente esa mortalidad sea aún más alta”.
En todo caso, el sector comercio estima que por cada negocio que abre probablemente entre 10 y 15 cierran en toda Venezuela, entre la falta de financiamiento, los elevados impuestos y los deficientes servicios públicos.
Por eso, coinciden que mientras no haya cambios estructurales en la economía, y mientras más personas no puedan mejorar sus ingresos, ese mercado premium verá cada vez más reducido su target.
«Venezuela ha tenido un crecimiento, en el año 2022, por encima del 15 % del producto interno bruto (PIB), el mayor crecimiento económico de América Latina y el Caribe, con el impacto de diversificación de la economía que no habíamos tenido en años», dijo el presidente Nicolás Maduro a comienzos de enero, durante su rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional.
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