Daniel Gómez (ALN).- La expresidenta y senadora Cristina Fernández de Kirchner dice que no se arrepiente de nada. Lo afirmó este miércoles, mientras se aprobaba en el Senado, de manera unánime, el registro de tres de sus propiedades debido a la investigación judicial por el caso de ‘los cuadernos de las coimas’. Un escándalo que identifica al kirchnerismo como responsable de una organización mafiosa.
“Soy la primera senadora allanada, la primera mujer presidenta y la primera en ser expulsada del bloque oficialista. Tengo vocación de hacer cosas inéditas”.
No pudo ser más precisa. La frase es de la expresidenta y senadora argentina Cristina Fernández de Kirchner. La pronunció este miércoles en el Senado, cuando esta Cámara, de manera unánime (66 votos afirmativos de 66 posibles; ella también votó que sí), aprobó el registro de tres de sus domicilios en el marco de la investigación judicial por el escándalo de corrupción bautizado como “los cuadernos de las coimas”.
El juez federal Claudio Bonadio solicitó el registro de las propiedades de Recoleta, Río Gallegos y El Calafate. Ahí sospecha que Cristina Fernández y su marido, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, guardaban los sobornos que recibían de los constructores argentinos.
El chófer Óscar Centeno anotó por una década cada paso que dio su jefe, Roberto Baratta, un alto funcionario kirchnerista. Las anotaciones -registradas en ocho cuadernos para escolares hoy en manos del juez Bonadio- revelan un esquema de corrupción con el que los Kirchner financiaban sus campañas. También aparecen nombres de políticos y empresarios partícipes de las corruptelas. Ya hay una docena de imputados a causa de esto.
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— Unidad Ciudadana ☀️ (@UniCiudadanaAR) 22 de agosto de 2018
Las investigaciones judiciales revelan todo tipo de prácticas mafiosas. Por ejemplo, que los sobornos se realizaban a través de bolsos, valijas, bóvedas y aviones cargados de dinero. Había hasta amenazas por parte de los Kirchner para que los empresarios entregaran las coimas.
“La primera vez me hizo entregarle el maletín completo, y me dijo [Néstor Kirchner] ‘me tenés que entregar más, acordate que te voy a hacer cagar’”, afirmó a los jueces el imputado Claudio Uberti, antiguo responsable del Órgano de Control de Concesiones Viales, como reseñó el diario La Nación.
Otro imputado, Gabriel Romero, responsable de Hidrovía S.A., reconoció haber pagado sobornos por 600.000 dólares al gobierno de Cristina Fernández, según reveló al diario Clarín una fuente judicial.
La respuesta de Cristina Kirchner
En Argentina impera la ley del arrepentido, establecida por el Ejecutivo de Mauricio Macri. A través de la norma, si un delincuente colabora de forma activa con la Justicia, recibirá una rebaja de la pena. Por eso los imputados por el escándalo están hablando en calidad de arrepentidos. Y esto es suficiente para que Cristina Fernández de Kirchner arremetiera contra ellos y dudara de sus testimonios.
“¿Creen que los arrepentidos dicen la verdad? Esto es una proscripción de dirigentes populares. [El juez] Bonadio es un títere”, dijo en el Senado.
“¿Creen que los arrepentidos dicen la verdad? Esto es una proscripción de dirigentes populares”
El discurso de la expresidenta fue incendiario. “No me arrepiento de nada de lo que hice”, afirmó. De paso, cargó contra todos: contra el presidente Macri, los imputados, el juez, los arrepentidos…
Y al igual que hizo el partido del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva (preso por la operación Lava Jato) en Brasil, y el expresidente Rafael Correa en Ecuador, denunció una conspiración de la Justicia contra su gobierno. “Esta instrumentación de la presión del Poder Judicial que se da también en Brasil y Ecuador es regional”.
Por último, la senadora pidió que los registros se realicen sin cámaras para salvaguardar su intimidad. “Pido a mis colegas que no haya registros fílmicos. Sé que invariablemente sale en todos los medios. Tengo derecho a querer resguardar esto”.