Daniel Gómez (ALN).- Las aguas están más revueltas que nunca. El Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el gobierno de Maduro, anuló las competencias de la Asamblea Nacional y ésta habla de “golpe de Estado”. Mientras, persisten los problemas de inflación, escasez e inseguridad y el pueblo se prepara para volver a las calles. No hay optimismo para Venezuela. Lo dijo José Manuel Puente, economista y profesor del Instituto venezolano de Estudios Superiores de Administración (IESA), y también Manuel Hidalgo, experto político y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid. Ambos fueron protagonistas de una mesa redonda que se celebró en la Casa de América en Madrid sobre la situación del país latinoamericano.
“No hay comida ni moneda. La conectividad cada vez es peor. Falla continuamente el internet. Son menos los vuelos, menos carreteras… Estamos a punto de vivir el colapso final”, auguró Puente, quien centró su exposición en un análisis macroeconómico que dividió en cuatro fases: el boom, el desequilibrio, el colapso y el ajuste.
El boom se vivió en 2004. Ese año, Venezuela se convirtió en el país con las mayores reservas de petróleo del planeta, llegando a ingresar hasta 789.000 millones de dólares (738.000 millones de euros) gracias al oro negro. Sin embargo, por aquel entonces ya se avistaban símbolos de desabastecimiento. “Algunas familias tenían problemas para comprar Harina Pan o leche, cosas básicas”, aseguró Puente.
La oposición habla de ‘golpe de Estado’ después de que la Sala Constitucional anulase las competencias de la Asamblea Nacional
La bonanza continuó hasta 2010. Cuatro años después, comenzó el declive. Entre 2014 y 2016, Venezuela perdió más de 21 puntos de su Producto Interno Bruto (PIB). “La mejor economía de América Latina con el peor desempeño”, indicó. La recesión económica se juntó con la inflación, que actualmente supera el 700% según el Fondo Monetario Internacional (FMI), y a esto se suma la escasez. La Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Enconvi), realizada por la Universidad Central de Venezuela, la Simón Bolívar y la Católica Andrés Bello, indicó que el 82% de los hogares venezolanos son pobres. “En 1998, antes de Hugo Chávez, era del 45%”, matizó el profesor del IESA en el acto.
Pasados el boom y el desequilibrio, Venezuela se adentra ahora en el colapso. Las aguas políticas están cada vez más revueltas. Este jueves la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlada por el gobierno de Nicolás Maduro, anuló las competencias legislativas de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora. El motivo: “desacato”, pues se opuso al crédito de 400 millones de dólares (374 millones de euros) que el Ejecutivo habría pedido a la Corporación Andina de Fomento (CAF). El Parlamento advirtió a la CAF que la entrega de este crédito para cubrir los próximos pagos de deuda externa sería ilegal porque no hay una autorización legislativa.
Los expertos José Manuel Puente y Manuel Hidalgo no ven razones para el optimismo en Venezuela / Twitter: @CasaAmerica
La respuesta de la oposición, encabezada en una rueda de prensa por Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, fue la de catalogar la resolución del Tribunal Supremo de Justicia como “golpe de Estado”. Busca “otorgar a Maduro todo el poder”, advirtieron. Casi en paralelo, el pueblo se prepara para volver a las calles. De igual forma, la Organización de Estados Americanos (OEA), formada por 34 países, contempla activar la Carta Democrática. Un proceso que declararía “antidemocrático al gobierno de Maduro”, comenta Puente. Para que prospere, necesita ser aprobada en asamblea por tres cuartas partes de la organización.
Ante este panorama, el profesor de la Universidad Carlos III de Madrid Manuel Hidalgo subrayó otro problema. “Maduro, a pesar de la crisis, sigue teniendo un 30% de popularidad”, un porcentaje “del que no pueden presumir muchos de los candidatos en las democracias occidentales”. Para el experto político, esto es consecuencia de una oposición que necesita reinventarse y “pasar de las protestas a las propuestas”. No obstante, ante unas posibles elecciones, aseguró que los contrarios al oficialismo tienen más posibilidades de ganar.
Elecciones, las regionales, que deberían celebrarse a mitad de año pero que todavía no tienen fecha. “Creo que la demora se debe a que no hay fondo de maniobra para financiar la campaña”, dijo Hidalgo. El profesor considera que el Gobierno está acorralado por los pagos de deuda internacional. “Ese será el destino de los pocos dólares que tiene el Gobierno”. Dólares que, como recordó, son “préstamos de sus aliados: Rusia y China”.
El petróleo ya no es la solución
Por su parte, los allegados a Maduro confían en que la previsible recuperación de los precios del petróleo vaya en armonía con el remonte económico. Sin embargo, Puente no está de acuerdo con esta afirmación. “Papá PDVSA ya no puede solucionar los problemas como antaño”.
Papá PDVSA no puede solucionar los problemas como antaño”, asegura el economista venezolano Puente
El economista señaló que no hay evidencia de que el precio del Brent sea el culpable de la crisis: “Solo hay que ver cómo otras naciones petroleras siguieron aumentando su PIB a pesar de la caída del barril”. Asimismo, apuntó que el petróleo solo supone un 11% del tejido productivo del país. Para Puente, “la camisa de fuerza ideológica del Gobierno” es un inconveniente: “Lo que nos llevó a estar así es la política de exportaciones y el sistema cambiario”.
Con todos los caminos apuntando al “colapso final” en Venezuela, el profesor del IESA, en un ejercicio de futurología, expuso lo que él define como líneas de recuperación: un tipo de cambio único, controles de precios que garanticen un margen de beneficio al productor, políticas de subsidios a fin de disminuir la pobreza y el auxilio internacional.