Reinaldo Iturbe (ALN).- En Venezuela hay varios factores que se están conjugando: más ingresos por exportaciones de crudo (pese a las sanciones); inflación desacelerándose (producto de la política fiscal, cambiaria y monetaria que ha engranado el gobierno de Maduro), y actores locales privados compitiendo en sectores que impulsan el Producto Interno Bruto (particularmente medicinas y alimentos). Todo lo anterior ha dado un resultado que pocos economistas lograron anticipar: que la empresa privada haya comenzado por su cuenta una carrera alcista de los salarios del personal obrero en dólares.
Este último dato lo suministra la patronal privada Conindustria en su informe anual. Conindustria asegura que el sueldo del personal obrero en las empresas privadas se duplicó en un año. La encuesta levantada en grandes empresas arroja como resultado que el promedio salarial del personal obrero es de 152,50 dólares; en las medianas empresas es de 117,60 dólares, y en las pequeñas empresas, 137,94 dólares.
«La pequeña empresa duplicó las remuneraciones en un año, 124%», se lee en el informe.
En términos macro, durante 2021 y en promedio, los gerentes de empresas privadas percibieron un incremento de 30% en sus sueldos; los profesionales y técnicos recibieron aumentos de 64%, y los obreros, de 76%. Es decir, la carrera alcista de los salarios está siendo aprovechada por los sectores más vulnerables.
No obstante, los cinco factores que impactan negativamente en la producción son la baja demanda, la competencia de productos importados, la falta de financiamiento, exceso de tributos y escasez de gasolina, dicen los agremiados de Conindustria.
Pero el financiamiento es un factor que pronto va camino de resolverse. Nicolás Maduro relajó el encaje legal en 12 puntos, para dejarlo en 73%. Esto permitirá un margen de maniobra para el financiamiento. También existe la oportunidad de apalancamiento en dólares en la Bolsa de Valores a través de papeles comerciales y, por los vientos que soplan, el crédito podría elevarse en los próximos dos años si el gobierno continúa aliviando algunas medidas de política monetaria.
Por otra parte, el 59% de los agremiados en Conindustria cree que la cantidad de empleados se mantendrá durante el año en curso, mientras que el 60% dice que sus ventas aumentaron en comparación al año pasado.
Este dato es clave: que las ventas hayan incrementado un 60% dice mucho sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto que todas las firmas (entre ellas EMFI) proyectan para 2022.
Pero hay desafíos. La capacidad instalada de las empresas en Venezuela (apenas 27%) es muy baja en comparación a Argentina y Colombia, aunque se incrementó 4% en el último año, un dato que también remite a las proyecciones de crecimiento del PIB.
De hecho, la mayor cuota parte de capacidad instalada de las empresas en Venezuela se la llevan los sectores farmacéutico (36%) y alimentos (33%). Textiles y calzados son los más débiles (17%).
LA RECUPERACIÓN ES LENTA PERO SOSTENIDA
El informe de Conindustria explica que en el año 2010 (en pleno apogeo del rentismo) la capacidad operativa empresarial se ubicaba en 60%. Con la llegada de la crisis se hundió el indicador hasta un piso de 18%. Pero ahora va hacia arriba de manera lenta,.pero sostenida: de 18% pasó a 27% al cierre de 2021.
El desafío, en este caso, será continuar con la senda de crecimiento y recuperar los niveles del año 2010.
La producción aumentó 58% el año pasado y los agremiados estiman que en 2022 crecerá 52%.
LA INVERSIÓN TAMBIÉN ES CLAVE
El 77% de los consultados por Conindustria hizo inversiones en materia de inventarios. Solo el 15% de las industrias no hizo algún tipo de inversión en sus plantas, otro dato positivo si se compara con los años duros de la crisis (2017-2019).
En Venezuela, entonces, todo apunta a que la recuperación va viento en popa. Lo dicen con seguridad los consultados por Conindustria: el 57% de las empresas que «que dentro de 12 meses su situación será mejor con respecto a la actual».