Antonio José Chinchetru (ALN).- Pocas veces un tema de la agenda internacional se convierte en una cuestión permanente de la política interna de un país. Eso es lo que ocurre desde hace tiempo en España con la situación en Venezuela. Esto supone un problema para Podemos, dados los vínculos de muchos de sus dirigentes con el chavismo. También para el PSOE, dividido entre las posturas opuestas de José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González. Ciudadanos y PP comparten una actitud clara de denuncia del régimen de Nicolás Maduro y compiten por liderar esa línea de actuación.
El partido que puso a Venezuela y el chavismo en el centro del debate político en España es el menos interesado en que se hable del país suramericano. El régimen de Nicolás Maduro se ha convertido en un lastre permanente para Podemos. Al PSOE también le genera problemas de distinto tipo. Se enfrentan dos posturas claramente enfrentadas, personificadas en las figuras de José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González. De las cuatro grandes formaciones políticas, tan sólo el Partido Popular y Ciudadanos mantienen una línea siempre coherente con esta cuestión, que además está en sintonía con la política de la Unión Europea y los gobiernos democráticos de América Latina.
Pilar Rodríguez Losantos, consultora política española, dijo a ALnavío que hay dos motivos por los cuales Venezuela ocupa un lugar destacado en la agenda política de España. Uno de ellos es que ese país “se ha convertido en el paradigma de cómo el populismo socialista o comunista puede hacer que una nación democrática y próspera llegue a la dictadura y la miseria. Si eso era ya evidente con Hugo Chávez vivo, ahora está todavía más claro. Con Nicolás Maduro se produce un éxodo equivalente a los movimientos de refugiados que producen las guerras de Oriente Medio”.
La segunda razón, según la experta, es que “Podemos introdujo a Venezuela en la agenda española. Cuando apareció el partido, sus dirigente ponían al chavismo como referente y modelo a seguir. Ahora, por supuesto, no les gusta que se le recuerde”.
Un PSOE dividido ante el chavismo
La presencia de Venezuela en el debate político español es especialmente incómoda en estos momentos para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su partido, el PSOE. Esto se debe sobre todo al papel de José Luis Rodríguez Zapatero en los intentos de diálogo y, en los últimos días, a las declaraciones que el expresidente hizo sobre el éxodo venezolano. Como señaló Rodríguez Losantos a este diario, que Zapatero dijera que la culpa es de las sanciones de EEUU “molestó incluso a muchísimos socialistas”.
José Ignacio Torreblanca, profesor de Ciencia Política en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), dijo a ALnavío que “hay una competición por hacerse con la agenda del Gobierno en el tema de Venezuela, en la que hay varias fuerzas en pugna. Por un lado, están Rodríguez Zapatero y Podemos, que propugnan un acercamiento. Por otro está la posición más firme que mantienen Felipe González y algunos eurodiputados”.
Rodríguez Losantos: “Para el PSOE es muy compleja una situación en la que Felipe González y Zapatero mantienen posturas completamente enfrentadas”
Para Rodríguez Losantos, lo que fractura a los socialistas “no es tanto la postura frente a Venezuela como la postura ante dos referentes del partido como son González y Rodríguez Zapatero. Es muy compleja una situación en la que ambos, que han sido presidentes del Gobierno, mantienen posturas completamente enfrentadas”.
La consultora considera que “Rodríguez Zapatero es más referente en las filas del PSOE, e incluso a nivel personal para Pedro Sánchez. Pero el Gobierno no puede respaldar sus posturas y el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, está más cerca de la línea de Felipe González. Lo que está haciendo el Ejecutivo es tratar de ponerse de perfil y no pronunciarse de forma clara. Eso explica que Sánchez reconozca que Venezuela no es una democracia pero evite pronunciar la palabra dictadura. Sin embargo, si llega el momento de hacerlo lo más probable es que apueste por una línea de firmeza”.
Para Torreblanca, “ahora mismo no hay política hacia Venezuela. Sánchez no ha tomado la decisión, y posiblemente no quiera tomarla porque sabe que le va a generar un problema grande con Podemos”.
En el Gobierno hay personas que apoyaron de forma abierta a Rodríguez Zapatero en sus gestiones. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, fue una de las firmantes de un manifiesto en respaldo del antiguo jefe del Ejecutivo. El documento culpaba del fracaso de las negociaciones en República Dominicana al régimen de Maduro, pero también a la oposición y al conjunto de los ciudadanos (Ver más: La vicepresidenta de Pedro Sánchez apoya la estrategia de Zapatero en Venezuela).
Frente a esto, Borrell dijo este lunes que las gestiones de Zapatero son “a título personal” y que “no representa al Gobierno”. En un ejercicio de equidistancia también desligó del Ejecutivo las labores de asesoramiento jurídico que Felipe González realiza para algunos presos políticos venezolanos.
En un movimiento que no supone una condena abierta del chavismo, pero sí un gesto que le permite congraciarse con la comunidad internacional, Sánchez instó tanto a Borrell, como al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a que trabajen para aumentar la concesión de visados por cuestiones humanitarias a aquellos venezolanos que huyen de su país. Asó lo explicó este mertes el ministro de Asuntos Exteriores (Ver más: El Gobierno de España dará más visas al éxodo venezolano).
Podemos ya no elogia al chavismo
Los vínculos entre el régimen chavista y muchos de los dirigentes de Podemos, así como la afinidad ideológica, dañan la imagen de la formación morada. Tanto es así que ya en diversas ocasiones algunos altos cargos del partido han reprochado a los periodistas que les pregunten sobre el país suramericano. Rodríguez Losantos señala que “Pablo Iglesias ha llegado a decir que él no ha tenido vínculo alguno con Venezuela, pero ahí están todas sus intervenciones anteriores en sus programas de televisión elogiando a Chávez y el régimen que creó”.
Iglesias declaró en 2015: “Qué envidia me dan los españoles que viven en Venezuela, es un ejemplo democrático”
Quedan lejos los tiempos en los que Iglesias declaraba, en 2015, en Venezolana de Televisión, “qué envidia me dan los españoles que viven en Venezuela, es un ejemplo democrático” y que “lo que está ocurriendo aquí es la demostración de que sí hay alternativa”. También cuando afirmaba, en su programa La Tuerka, tras la muerte de Chávez en 2013: “Hoy los demócratas hemos perdido a uno de los nuestros”. También están las imágenes de Juan Carlos Monedero participando en un homenaje al fallecido expresidente en Caracas y proclamando: “Chávez, Chávez y Chávez, carajo”.
Los dirigentes de Podemos ya no elogian en público al chavismo. Y si alguno lo hace, desde la formación se limitan a decir que se trata de tomas de postura a título personal. Lo que no se ha producido son condenas y críticas a la dictadura desde la formación morada. Se produjo algo parecido cuando en 2017 el Ayuntamiento de Madrid votó una moción condenando la existencia de presos políticos en Venezuela. Ahora Madrid, la marca de Podemos en la capital de España, se opuso. Sin embargo, la alcaldesa Manuela Carmena y la concejal Marta Higueras votaron a favor. Sin embargo, ni una ni otra son oficialmente militantes del partido de Iglesias.
La identificación de Podemos con Venezuela ha sido desde la aparición de la formación morada un argumento recurrente contra ella por parte de otros partidos. Lo han usado especialmente desde el Partido Popular y Ciudadanos. Sin embargo, y a pesar de que desde Podemos prefieran que no se utilice, cada vez hace menos daño a la imagen del partido.
“Podemos ha logrado anular en buena medida ese mensaje gracias a que muchas veces desde el PP y Ciudadanos se insistía en él sin entrar a profundizar sobre qué significa”, señaló Rodríguez Losantos. La consultora política añadió: “Muchos españoles saben que lo que ocurre en Venezuela es terrible pero poco más. Habría que haber profundizado, explicar por qué se produce el éxodo, qué significa que se cree una Asamblea Nacional Constituyente ilegal o mostrar las imágenes de María Corina Machado y otros miembros opositores de la Asamblea Nacional saliendo con la cara ensangrentada después de haber sido agredidos por los chavistas”.
El expresidente del Gobierno José María Aznar ha sido uno de los últimos en recordar la conexión. Lo hizo este martes en su intervención en la comisión parlamentaria que investiga la financiación ilegal del PP. Le recordó al Pablo Iglesias que hay una sentencia que considera veraz una información (del digital Okdiario) según la cual el líder de Podemos recibió 272.000 dólares del gobierno de Venezuela. “Todo el mundo conoce que ustedes han recibido financiación de democracias tan relevantes como la de Maduro y del régimen de los ayatolás de Irán”, añadió Aznar.
Albert Rivera y Pablo Casado comparten postura
Tan sólo para el Partido Popular y Ciudadanos Venezuela no es un problema. No hay en ellos sospecha de afinidad con el régimen chavista, y una y otra formación compiten por mostrar su apoyo a la oposición y denunciar la dictadura. Hasta Albert Rivera viajó en 2016 al país suramericano para apoyar a los opositores y denunciar la tiranía. Por su parte, en la campaña de las primarias del PP, Pablo Casado realizó un acto con venezolanos.
La línea de actuación de Ciudadanos con respecto a Venezuela muestra una coherencia interna. Con independencia de que algunos de sus dirigentes usen los vínculos de Podemos con el chavismo como argumento de política interna, sí es un partido activo en esta materia. Algunos de los eurodiputados de la formación, entre los que destaca Javier Nart, forman parte del grupo de miembros de la Eurocámara más activos contra el régimen de Maduro (Ver más: Ciudadanos quiere que la Fiscalía actúe contra los intereses económicos del chavismo en España). A esto se une, además, que Rivera ha mostrado un gran interés por conseguir protagonismo en América Latina y trata de ser el referente español de la centroderecha de la región (Ver más: Cómo Ciudadanos le come terreno al Partido Popular en Latinoamérica).
Pablo Casado está dispuesto a recuperar el terreno que el PP perdió frente a Ciudadanos en América Latina
Esta estrategia le estaba funcionando mientras Mariano Rajoy estaba al frente del PP y del Gobierno. Esto se debe, en opinión de Rodríguez Losantos, a que “Rajoy tenía desconocimiento y desinterés por la política exterior. Tras la retirada de José María Aznar, el PP perdió el interés por lo que ocurre más allá de nuestras fronteras”. La consultora añadió: “Ahora con Sánchez está ocurriendo lo mismo en el PSOE. Con independencia de cómo se valore su política internacional, Felipe González, Aznar y Zapatero sí tenían claro cómo creían que tiene que ser el mundo y qué papel le corresponde a España en él. Es algo que no ocurre ni con Rajoy ni con Sánchez”.
Con la llegada de Casado a la presidencia del PP la situación ha cambiado. Está dispuesto a recuperar el terreno perdido en la arena internacional en general y en América Latina en particular. Y en esta región, enfrentarse a las dictaduras forma parte de su visión personal. Ha puesto a los presos políticos venezolanos y cubanos en el centro de su agenda internacional, según explicó a este diario el secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del PP, José Ramón García Hernández (Ver más: Pablo Casado pone a los presos políticos venezolanos en el centro de su agenda internacional).
Rodríguez Losantos destaca que “Pablo Casado supone un cambio muy importante con respecto a Rajoy. A él le interesa mucho la política internacional y la conoce bien. Va a impulsar la actividad en este terreno, y eso incluye a Venezuela”.