Redacción (ALN).- La treintena de migrantes venezolanos retenidos por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago, tras el incidente en el que murió a tiros el bebé Yaelvis Santoyo Sarabia el pasado sábado, sufren “manipulación psicológica y amenazas”, por cuanto un bufete de la isla caribeña ha pedido al Gobierno de Keith Rowley su inmediata liberación y adelanta una acción legal.
El diario local Daily Express reporta este viernes que la firma Criston J Williams envió una carta al despacho del ministro de Interior, Fitzgerald Hinds, solicitando información sobre los 34 venezolanos retenidos en el Helipuerto de Chaguaramas -entre ellos 18 menores- y solicitando permisos garantizados de permanencia en Trinidad y Tobago.
La misiva también advierte que los abogados otorgarán al Gobierno trinitense un plazo de 24 horas antes de emprender acciones legales.
Aunque es apenas otro episodio más de la crisis migratoria venezolana, desbordada hacia sus vecinos, este incidente ganó notoriedad por la muerte a tiros del bebé Yaelvis Santoyo.
Sobre este caso se han pronunciado agencias de Naciones Unidas como ACNUR, que dijo sentirse «conmocionada» por la muerte del bebé.
El jueves se conoció que el padre del bebé asesinado, Yermi Santoyo, finalmente se pudo reunir con su otra hija, quien también viajaba en el bote de migrantes y sobrevivió al incidente con la Guardia Costera.
Maniobras peligrosas
Según un comunicado de la Guardia Costera, citado por el medio local Newsday el lunes, la embarcación con migrantes «era más grande» que los dos patrulleros trinitenses, realizó maniobras peligrosas y embistió a los navíos de la isla, por cuanto creyeron que la vida de los oficiales estaba en peligro.
Por ello, y «siguiendo todos los protocolos», la Guardia Costera afirma que intentó disuadir a la embarcación, que transportaba una veintena de migrantes venezolanos, haciendo uso de un megáfono y disparando al aire.
Disparos «contra el motor»
Luego, en un intento por detenerla, los oficiales trinitenses dispararon contra el motor de la embarcación, que eventualmente se detuvo.
«Solo entonces se descubrió que había inmigrantes ilegales a bordo que habían permanecido ocultos y, por lo tanto, no habían sido vistos antes», señaló el ente.
En ese momento, también comprobaron que los disparos habían herido a un bebé venezolano y a su madre, quienes responden a los nombres de Yaelvis Santoyo Sarabia y Darielvis Sarabia, respectivamente.
Una ruta migratoria poco usada
La ruta migratoria hacia las diferentes islas del Caribe, la menos utilizada por los 6 millones de venezolanos que han salido del país según la ONU como consecuencia de la crisis, saltó a la palestra tras el naufragio hace un año de una embarcación en la que viajaban 41 venezolanos hacia Trinidad y Tobago.
Desde entonces, se han producido varios naufragios y los vecinos de la zona han denunciado la desaparición de embarcaciones que se dirigían hacia esas islas.
Con información de Efe y Daily Express.