Juan Carlos Zapata (ALN).- Vargas Llosa no deja pasar la polémica. Le preocupa lo que está ocurriendo en México. Le preocupa la línea que paso a paso va siguiendo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El populismo que no disimula desde que llegó al poder. Y por lo que hace, cada vez el presidente de México se parece más a Hugo Chávez, y cuidado si llega a parecerse a Nicolás Maduro.
Mario Vargas Llosa estuvo en las mesas en las que tomaron parte los intelectuales más destacados de México. Los debates se dieron en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara. En esta misma ciudad se conoció el veredicto la semana pasada del Premio de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa que ganó el venezolano Rodrigo Blanco Calderón. En el más reciente artículo publicado en El País, el Premio Nobel da cuenta de lo que dijeron personas de talla como Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze y Cristopher Domínguez. En general, las críticas van por la misma línea: la conducta personalista de Andrés Manuel López Obrador en el acto de gobernar, el populismo a ultranza, campaña de descrédito para quien ose criticar, y el deterioro real de la democracia en México.
En general, las críticas van por la misma línea: la conducta personalista de Andrés Manuel López Obrador en el acto de gobernar, el populismo a ultranza, campaña de descrédito para quien ose criticar, y el deterioro real de la democracia en México.
Pasó así con Hugo Chávez. El propio Vargas Llosa lo vio de manera directa en 1999 en Caracas cuando Chávez llevaba el mismo tiempo en el poder que López Obrador ahora. Los mismos síntomas. Y los elementos que empaquetan un estilo, como el de hablar durante horas -Chávez inventó aquello de Aló Presidente-, o de tomar decisiones al voleo, de improviso, y que luego los funcionarios busquen la manera de adecuarlas al marco legal. Chávez inventaba nuevas leyes. Chávez hasta se hizo una nueva Constitución. Chávez presionaba al Banco Central para que transfiriera recursos violando las normas. De allí el desastre posterior.
Escribe Vargas Llosa sobre el caudillo de México: “Y todas sus iniciativas parecen guiadas por un instinto o pálpito del momento, más que de acuerdo a un programa”. Tampoco esta conducta dista de lo que fue Chávez, y el modelo que llevó a Venezuela a la ruina. E igual que Chávez, López Obrador tiene un escudo: su popularidad.
En cuanto a la política internacional, no hay que olvidar la que desarrolló Chávez en América Latina, y los gobiernos que favoreció. También se alió a lo más perverso de la región y el mundo, como Cuba, Rusia, Bielorrusia, China, Siria, Irán, etc. Vargas Llosa critica que López Obrador no siga la misma línea que mantienen los países del Grupo de Lima respecto a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, el de Nicolás Maduro y el de Daniel Ortega, que vienen a ser de los más perversos del mundo.
Vargas Llosa apunta que “desde que está en el poder López Obrador ha optado por una ‘neutralidad’ que equivale a complicidad con ambas dictaduras”. Y usa el escritor una imagen terrible para confirmar la frase anterior: “como si se pudiera ser neutral ante la peste bubónica”.
Se pudiera concluir que de acuerdo a la evolución del chavismo, y a cómo evolucione el populismo de López Obrador, el riesgo de que se repita la historia de Maduro en México, no es un cálculo de extremos. Cabe en lo posible.