Redacción (ALN).- Nuevas tecnologías, ideas de negocio innovadoras, servicios de incubación, capital semilla para emprendedores y fondos de inversión temprana. Ese será el destino de la línea de crédito de 100 millones de dólares que el Banco Interamericano de Desarrollo entregó a Uruguay para mejorar la productividad de sus empresas.
Luz verde para avanzar con la revolución digital en Uruguay. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prestará al Gobierno de Tabaré Vázquez 100 millones de dólares (84 millones de euros) para mejorar la productividad de las empresas uruguayas a través del fomento de “la innovación, el emprendimiento, la investigación y el capital humano”, señala la entidad en un comunicado.
El crédito del BID incluye un préstamo inicial de 25 millones de dólares para consolidar la política pública de Ciencia, Tecnología e Innovación, brindando soporte técnico y financiero a los programas de la entidad ejecutora, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación. “Fortalecer la oferta de financiamiento temprano para emprendimientos. Y aumentar la oferta de capital humano orientado a satisfacer las demandas del sector productivo”. Es decir, apoyo a ideas frescas, y la búsqueda de personal más avanzado. Justo lo que pide el mercado latinoamericano actual. Sobre todo, en Uruguay, una región necesitada de proyectos disruptivos.
Para cumplir lo previsto, el préstamo dará apoyo a la validación de nuevas tecnologías, a ideas de negocio innovadoras, a capital semilla para emprendimientos, a servicios de incubación. También, apoyo a capitales de inversión temprana y la coinversión público-privada con estos fondos en empresas innovadoras. “Asimismo, se financiarán becas para estudios de maestría y doctorado en el país y en el exterior, mecanismos de circulación de talentos a nivel nacional e internacional, y la inserción de posgraduados en empresas uruguayas que presenten proyectos de innovación”, añade el BID.
Uruguay suspende en I+D
Si bien el sistema nacional de innovación en Uruguay posee fortalezas como la estabilidad política, el marco legal y la infraestructura de tecnologías de la información, existen dimensiones en las que aún se encuentra rezagado. Una de ellas es la inversión en innovación y desarrollo (I+D), la cual supone 0,36% del PIB. Mientras, en Chile, el país más pujante de Latinoamérica, la partida para I+D significa 4,4%.
La inversión en innovación y desarrollo de Uruguay sólo supone 0,36% del PIB
Otro dato preocupa en Uruguay. Sólo el 30% de esta inversión proviene del sector privado. Algunos de los obstáculos que “han inhibido la inversión privada en I+D”, subraya el BID, “son la falta de financiamiento para innovación y emprendimientos innovadores, una escasa oferta de capital humano avanzado, una baja colaboración entre universidad e industria, y una limitada orientación de la investigación hacia desafíos nacionales, entre otros. Abordar estas brechas requiere de políticas de largo plazo con financiamiento estable para desarrollar capacidades institucionales”.
Con este préstamo, a 25 años, busca cerrar estos agujeros que han frenado el progreso de Uruguay para que algún día alcance los niveles de país desarrollado. Y qué mejor forma de conseguirlo que dar soporte a la innovación y la tecnología, los dos pilares que sostienen la Cuarta Revolución Industrial que hoy impera.