María Rodríguez (ALN).- El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, insiste en la instalación de una tercera planta de celulosa, la segunda de la empresa finlandesa UPM en el país. El proyecto requiere unos 5.000 millones de dólares de inversión privada. Se trata de una iniciativa cuestionada por grupos ecologistas y organizaciones sociales. Tal es la incertidumbre sobre cuándo empezará la construcción que BBVA Research rebajó de 2,2% a 1,9% el crecimiento de la economía de Uruguay para 2020.
BBVA Research mantiene la previsión de crecimiento de la economía de Uruguay para 2019 en 1,3%. No así para 2020, que sufre una rebaja de 0,3 puntos porcentuales: de prever un aumento de 2,2% a quedarse en 1,9%. Según explica la firma en un reciente informe, este ajuste se debe tanto a factores globales como a la “mayor incertidumbre sobre la fecha de inicio de la construcción de la tercera planta de celulosa” en el país. Un “riesgo local” que BBVA Research suma a otra incertidumbre: qué ocurrirá en las elecciones presidenciales de Uruguay en octubre de 2019.
Esta semana el gobierno de Tabaré Vázquez insistió en la instalación de esta nueva megaplanta de celulosa, la segunda de la empresa finlandesa UPM en el país. Se trata de una iniciativa cuestionada por grupos ecologistas por el posible impacto ambiental, principalmente en el río Negro, el más importante del interior de Uruguay. Organizaciones sociales también reclaman al gobierno de Vázquez anular o renegociar el contrato, criticando las exoneraciones fiscales que implicaría.
Vázquez insistió en la instalación de esta nueva megaplanta de celulosa
“Todas las tratativas (con la empresa finlandesa) están muy bien encaminadas en tiempo y forma y se está en la etapa final para iniciar el mayor proyecto de inversión privada en la historia de Uruguay, de unos 5.000 millones de dólares”, dijo Vázquez a periodistas, según recoge el portal Swissinfo. “Desde mi punto de vista, se va a hacer”, insistió el presidente en el proyecto.
A su lado, el ministro de Economía, Danilo Astori, destacó que la planta “va a convertir a Uruguay en el quinto productor y exportador de celulosa del mundo y generará miles de nuevos puestos de trabajo”.
Según el Gobierno de Uruguay, esta nueva planta creará 8.000 empleos, entre directos e indirectos. Además, con este proyecto se desarrollaría ampliamente la red logística por nuevas carreteras y la red ferroviaria, encabezada por el tren Central. Esto reportaría 1.000 millones de dólares en exportaciones, según calcula el Gobierno.
La primera planta de UPM en el país se instaló en 2007 sobre el río Uruguay, frontera natural con Argentina. Según recoge la prensa local, esta obra le valió al Gobierno un serio conflicto con grupos ambientalistas y con Argentina, incluso en tribunales internacionales. Finalmente, el proyecto siguió adelante, generando 7.000 puestos de trabajo y un aporte de 1,4% al Producto Interior Bruto local.
La empresa finlandesa también está convencida de que la nueva planta es una buena inversión. UPM estima que la demanda de fibras de celulosa continuará en el largo plazo. Y calcula que hacia el final de la década de 2020 la demanda global de celulosa Kraft blanqueada aumente aproximadamente en unos 20 millones de toneladas, según recoge el diario El País de Montevideo.
El FMI le pone tareas a Uruguay
Y mientras avanza o no la nueva planta en Uruguay, el Fondo Monetario Internacional (FMI) apunta en un reciente comunicado que “debe darse prioridad a seguir avanzando en las reformas del sistema de pensiones y las empresas estatales”.
Una observación que ya hizo el equipo técnico del FMI en diciembre, cuando recomendó “una reducción del elevado gasto público corriente” para llevar a cabo la “consolidación fiscal” y, a medio plazo, “preservar la salud financiera de las empresas públicas”. Asimismo, expresó que “se necesitan reformas para asegurar pensiones adecuadas y garantizar la sostenibilidad del sistema” de la seguridad social.
Ahora el FMI también elogia la economía uruguaya. Destaca la diferenciación de Uruguay en el manejo de la política macroeconómica en relación con los países del entorno. “Las políticas macroeconómicas prudentes combinadas con una sólida implementación de las reformas y las instituciones de calidad han permitido a Uruguay mantener la estabilidad macroeconómica, acumular colchones financieros importantes, mejorar los resultados sociales y diferenciarse en la región”.
No obstante, la inflación continúa elevada, aunque según BBVA Research “ya hay señales de moderación”. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística de Uruguay, la inflación acumulada de los últimos 12 meses se ubica en 7,39%. BBVA Research estima que para 2020 la inflación en el país estará por debajo de 7%.