Redacción (ALN).- Carmen Ramírez Boscán, activista indígena del pueblo wayúu de Colombia, lleva más de 20 años defendiendo los derechos de su comunidad. Y ha extendido esta lucha a la protección del wayuunaiki, la lengua materna. Un idioma que, como la comunidad que lo emplea, se encuentra en riesgo de extinción.
“Cuando una lengua muere, muere toda una concepción de civilización, toda una concepción de cultura, de apego a ciertos patrones culturales que son vitales para mantener viva a una sociedad”, dice la activista indígena Carmen Ramírez Boscán, del pueblo wayúu de Colombia, al portal de noticias de Naciones Unidas.
Ramírez Boscán lleva más de 20 años defendiendo los derechos de su pueblo y de las mujeres indígenas por todo el mundo. Y ha extendido esta lucha a la protección del wayuunaiki, la lengua materna de los wayús. Un idioma que cuenta con 600.000 hablantes y que, sin embargo, se considera en riesgo de extinción, como la comunidad que lo emplea.
El pueblo wayúu ha sufrido a lo largo de décadas los efectos del conflicto armado colombiano
El pueblo wayúu ha sufrido a lo largo de décadas los efectos del conflicto armado colombiano, que lo ha obligado a desplazarse, privándolo de medios de vida y acceso a bienes y servicios tan básicos como el agua, la comida y la salud, detalla la ONU.
“Somos el pueblo indígena más grande y numeroso de Colombia; sin embargo, la Corte Constitucional declaró al pueblo wayúu en riesgo de extinción a causa del conflicto. Esto significa que nuestra lengua está [también] en riesgo de extinción”, denuncia Ramírez Boscán.
La wayúu es una sociedad de estructura matrilineal (en oposición al patrilinaje) en la que la mujer es activa e independiente y tiene un papel predominante como organizadora de la comunidad. A nivel político, las autoridades femeninas son las que representan al pueblo en los espacios públicos.
¿Cómo aprender wayuunaiki?
La lucha de Carmen Ramírez, fundadora de la organización Fuerza de Mujeres Wayúu, le costó amenazas de muerte que la hicieron salir del país hace una década. Ahora continúa defendiendo la causa desde Suiza.
El alejamiento de su pueblo la hizo añorar aún más la lengua indígena. Ya en Suiza, quiso enseñarles a sus hijos el wayuunaiki, “pero no tenía con quién hablarla”, recuerda. Además, se dio cuenta de que no la hablaba con suficiente fluidez: “Yo pertenezco a una generación en la que íbamos a la escuela y hablar nuestra lengua estaba prohibido, así que hay una generación de wayuunaiki hablantes que no hablamos perfectamente el idioma porque se nos enseñaba en español”, explica.
Esta limitación la llevó a emprender un nuevo camino para promover el wayuunaiki por el mundo. ¿Cómo? Asociándose con un amigo y creando un canal de YouTube: Wayuunaiki para el mundo. “Con él, yo puedo no solamente aprender, sino también enseñar la lengua de mi pueblo, la lengua de mis ancestros”, resalta. Un camino para que 600.000 hablantes -y los que vengan- no se queden sin su lengua.