María Rodríguez (ALN).- Un informe de Torino Capital destaca que Bolivia vive “por encima de sus posibilidades desde hace cuatro años” y que requerirá un ajuste macroeconómico y reformas fiscales. El país se ha beneficiado de más de una década de precios favorables de las materias primas, pero ahora empieza a no ser suficiente. No obstante, según la firma es poco probable que las reformas (si las hay) lleguen antes de las elecciones presidenciales de 2019, en las que Evo Morales busca su cuarto mandato.
Bolivia, tarde o temprano, se enfrentará a un importante ajuste macroeconómico que requerirá de reformas fiscales, incluyendo “muy probablemente” una reducción del gasto. Es la valoración que hace el banco de inversiones Torino Capital en su último informe sobre la economía boliviana.
Torino Economics, nueva unidad de análisis del banco de inversiones, subraya que el país “ha estado viviendo por encima de sus posibilidades al menos los últimos cuatro años”. Y es que Bolivia se ha beneficiado de más de una década de precios favorables en los commodities (materias primas) y de una gestión macroeconómica prudente.
“La nueva Administración tendrá que llevar a cabo unos ajustes macro políticamente costosos”
“Bolivia es un país al que le fue muy bien durante el boom de los recursos naturales. Cuando los precios de las materias primas comenzaron a caer, el país recurrió a políticas macroeconómicas contra-cíclicas, pero rehusó hacer un ajuste externo. Como consecuencia, ahora presenta déficits considerables de 6,3% del Producto Interior Bruto (PIB) en la cuenta corriente y 7,8% del PIB en las cuentas fiscales. Esto nos hace pensar que el país va directamente hacia una crisis de balanza de pagos”, señala el economista jefe de Torino Economics, Francisco Rodríguez.
Según el informe, es “poco probable” que las reformas fiscales que necesita Bolivia se pongan en marcha antes de las elecciones de octubre de 2019. De hecho, la firma sostiene que “lo más probable es que el Gobierno lleve a cabo políticas expansivas más agresivas los próximos 12 meses mientras el impulso preelectoral del presidente Evo Morales se pone en marcha”.
Gane quien gane los comicios, “la nueva Administración probablemente tendrá que llevar a cabo unos ajustes macroeconómicos políticamente costosos”, sostiene el informe.
“A excepción de una mejora dramática de las condiciones externas y bajo la continuación de las políticas expansionistas actuales, vemos un aterrizaje cercano e inevitable para [la economía] del país”, detalla el informe.
La firma apunta que la economía boliviana puede continuar recurriendo a los mercados internacionales, “pero el aumento de la deuda pública será claramente insostenible y el intento de mantener un tipo de cambio sobrevalorado probablemente genere más pérdidas en las reservas [internacionales]”, matiza.
Por el momento, la economía de Bolivia sigue con buenos vientos. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe y el Fondo Monetario Internacional estiman que el PIB de este país crecerá entre 3,9% y 4% en 2018.
El Gobierno de Bolivia es más optimista, ya que apunta que la economía crecerá 4,7% este año. Sin embargo, “una desaceleración en la demanda de gas de Argentina y Brasil podría comenzar a frenar el crecimiento del país”, apunta la firma.
En cuanto a la inflación, sigue siendo baja por ahora. En 2017 se situó en 2,7%, “debido a una tendencia al debilitamiento de los precios de los alimentos y de las importaciones”, precisa Torino Capital. Las previsiones recogidas por la firma apuntan que para este año el aumento de los precios superará 3% y en 2019 alcanzará 3,5%.
“La deuda pública aún se encuentra en niveles moderados, lo que da a las autoridades espacio para ajustar las políticas más gradualmente”, detalla la firma. Por otro lado, insiste en que “el Gobierno es consciente de los riesgos de la estrategia actual, pero pretende esperar que proyectos de inversión a gran escala aumenten la productividad y proporcionen rendimientos lo suficientemente altos como para salvaguardar el crecimiento y la sostenibilidad fiscal a largo plazo”.
Bolivia es “altamente dependiente de la exportación de recursos naturales”, recuerda Torino Capital y da varios datos. Desde mediados de la década de los 80, el gas natural ha sido la exportación más relevante, al representar más de la mitad de los ingresos totales.
En concreto, en 2017 el país exportó gas natural por valor de 2.600 millones de dólares, zinc por 1.400 millones de dólares, oro por 1.000 millones de dólares, plata por 638.000 dólares y soja por 573.000 dólares.
¿Un posible cuarto mandato de Morales?
Morales suma más de 12 años al frente de Bolivia y pretende ampliar la marca con un cuarto mandato en 2019. Se presentará tras perder un referéndum constitucional en 2016 en el que la mayoría de los ciudadanos rechazó retirar el límite de mandatos. Pero Morales tenía un as bajo la manga. En noviembre de 2017 el Tribunal Constitucional emitió un fallo que da vía libre a la reelección indefinida (Leer más: Y Evo Morales terminó enganchándose al poder eterno).
Morales cuenta con una aprobación de 43% de la población
Según una encuesta de agosto de la firma Ipsos, Morales cuenta con una aprobación de 43% de la población. Es decir, seis puntos porcentuales menos que hace un año. Lo desaprueba 52% de los encuestados. 29% afirma que votará por la reelección del mandatario.
Tal como recoge el informe de Torino Economics, Morales es “muy impopular” en La Paz, la capital del país, donde su desaprobación alcanza 92%. No obstante “tiene un fuerte apoyo en las zonas rurales y entre los indígenas bolivianos”, precisa la firma, a lo que añade que estos comicios “abren la posibilidad de que un Gobierno más amigable con el mercado tome el poder”.