Redacción (ALN).- El exhombre fuerte de los cuerpos de inteligencia de Venezuela, Hugo «El Pollo» Carvajal, estuvo casi dos años huído de la Justicia española, oculto en Madrid, gracias a un círculo de leales compuesto en su mayoría por venezolanos, que incluso rechazaban la millonaria recompensa de diez millones de dólares por información que condujera a la captura del exgeneral.
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Tras la detención de Carvajal hace dos días en una exclusiva zona de la capital española, adonde llegaron los cuerpos de seguridad tras pistas recabadas por la DEA, la Justicia ha estado atando cabos sobre quiénes ayudaban al exgeneral a mantenerse oculto y cómo pudo estarlo durante tanto tiempo.
El primer anillo de su seguridad lo conformaba una sola persona, conocida solo por el nombre de Astrid Carolina, aunque se cree que este no es su nombre real.
De hecho, el documento de indentidad venezolano que portaba corresponde a un hombre que ni siquiera tiene el apellido que ella dio a las autoridades españolas.
UNA SOLICITANTE DE ASILO
Esta mujer es venezolana y solicitante de asilo en España, por cuanto se cree que huía del chavismo que gobierna el país caribeño desde 1999.
Sin embargo, fue ella quien alquiló el piso donde Carvajal permaneció los últimos ocho meses, oculto de todos y sin siquiera asomarse a la ventana.
Los vecinos repartaron tras su detención que nunca habían visto a Carvajal, y que si no fuera por la gran cantidad de comida que llegaba cada día al domicilio hubieran pensado que el piso permanecía vacío.
RECHAZO A LA RECOMPENSA
Antes de que las autoridades derribaran la puera con un ariete, tocaron e intercambiaron palabras con Astrid Carolina.
«Hay diez millones (de dólares) en juego», le recordaron, sobre la recompensa que Estados Unidos, que lo solicita en extradición, puso sobre la cabeza de Carvajal, al que acusa de lavado de activos y narcotráfico, entre otros delitos.
Pero la mujer se plantó: La Policía solo podría ingresar si mostraba una orden de allanamiento, algo que finalmente consiguieron las autoridades gracias al nerviosismo de Carvajal, que se asomó por la ventana y se dejó ver.
OTROS COLABORADORES
Pero las autoridades creen que otras personas colaboraban activamente para que Carvajal, que se operó el rostro, y las veces que cambiaba de escondite usaba barbas y pelucas falsas, se mantuviera fuera de los radares de la Policía.
Serían estas personas quienes le compraban alimentos y enviaban cada día a su domicilio la comida de restaurantes que consumía el exgeneral.
PEDIRÁ SUSPENDER SU EXTRADICIÓN
Fuentes jurídicas avanzaron a la agencia de noticias Efe que la defensa del Carvajal plantea solicitar al Tribunal Supremo español que suspenda de manera cautelar el acuerdo con el que el Gobierno dio luz verde a su entrega en marzo de 2020, después de que la autorizase la Audiencia Nacional.
Por aquel entonces el exgeneral venezolano ya estaba huido, y pese a ello, sus abogados pidieron al Supremo que suspendiese cautelarmente la orden de extradición alegando que las imputaciones no eran ciertas y que la única finalidad de EE. UU. era torturarle para obtener información sobre Venezuela. La solicitud fue denegada en mayo de 2020.
Las fuentes recuerdan que el Tribunal Supremo aún tiene pendiente de resolver sobre el fondo del recurso que presentó Carvajal a su entrega y subrayan que no tendría sentido que las autoridades españolas lo extraditasen sin saber el pronunciamiento del alto tribunal.
Con información de Efe y ABC.