María Rodríguez (ALN).- Los sistemas de pensiones de Chile y España son abiertamente contrapuestos. En el chileno los trabajadores tienen la obligación de destinar el 10% del sueldo a una cuenta individual que será exclusivamente su futura pensión de jubilación. De ahí que en una renta media la pensión represente apenas el 33% de lo que cobró en activo frente al 82% en España. Pero el sistema español no se libra de las críticas. El envejecimiento de la población aumenta el costo para las arcas del Estado y ya hay voces que plantean el ahorro privado como complemento a esta pensión pública.
El sistema chileno de pensiones sufrió una reforma integral a principios de los años 80. Pasó de un modelo de pensiones públicas de reparto a un sistema de capitalización individual de contribución definida. Es decir, ahora los trabajadores chilenos tienen la obligación de destinar, en términos generales, el 10% del salario mensual que reciben a su cuenta individual de pensiones.
De esta forma, la pensión del chileno se traduce en el dinero que ahorró vía sueldo a lo largo de su vida en activo y nada más (al margen queda la inversión en productos financieros). Así lo explica un informe que analiza el sistema de pensiones chileno junto al de España, Estados Unidos, Reino Unido, Suecia y Holanda, elaborado por el Servicio de Estudios de Mapfre y presentado este lunes por Manuel Aguilera, director de esta área.
La reforma de pensiones chilena es de interés en Latinoamérica, pero ahora es objeto de debate por las tasas de reemplazo
“Se trata de una reforma de interés en Latinoamérica y otras regiones del mundo, ya que ha sido considerada como un modelo a seguir”, apunta el estudio en referencia al sistema chileno. No obstante, “actualmente es objeto de debate porque las tasas de reemplazo [proporción que representa la pensión de jubilación sobre el último salario en activo de los trabajadores] han resultado inferiores a lo que se esperaba, motivando el planteamiento de diversas reformas”, como aumentar el porcentaje de salario que se destina a la cuenta individual de pensiones, según explican desde Mapfre.
Traducido a cifras, esta tasa de reemplazo quiere decir que la pensión de jubilación de un chileno de renta media representa el 32,8% de lo que ingresaba en activo, según recoge el estudio a partir de información de 2015 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Si el chileno tiene un nivel de renta alta la jubilación supone el 32,9% y si es de renta baja, el 39,4%.
En el extremo opuesto a Chile se sitúa España, con una de las tasas de reemplazo más altas de los países analizados por Mapfre, sólo por detrás de Holanda. La cuantía de las pensiones españolas representa el 82,1% de los salarios previos a la jubilación. Esa proporción no varía, es decir, es independiente del nivel de renta, tal como apuntan en el estudio.
Ahora bien, el sistema de pensiones español está basado en un modelo de reparto, de prestaciones definidas, y descansa fuertemente en las arcas de la Seguridad Social y, por ende, del Estado.
En este sentido, “por las características de su estructura, y dadas la dinámica y tendencias poblacionales [España es una de las poblaciones del mundo que más rápido está envejeciendo], en la actualidad el gasto en pensiones como proporción al Producto Interior Bruto (PIB) y a los presupuestos del Estado, es alto comparado con otras economías desarrolladas”, puntualiza Mapfre.
Más aún, “se prevé que dicho coste siga incrementándose, apuntando tensiones en la sostenibilidad de las actuales tasas de reemplazo, debido al envejecimiento de la población y a la reducción prevista de los ratios de dependencia [población en edad de trabajar frente a la población en edad de jubilación]”.
La cuantía de las pensiones españolas representa el 82,1% de los salarios previos a la jubilación independientemente del nivel de renta
Esas tensiones ya se están viendo, especialmente tras el reciente anuncio de que el Fondo de Reserva de las pensiones de España, conocido coloquialmente como ‘la hucha de las pensiones’, se agota. Sólo quedaría efectivo para una paga extra más tras sacar 3.586 millones de euros del fondo para complementar el pago de las nóminas ordinarias y extraordinarias de diciembre a los pensionistas españoles. De ahí que entidades como Mapfre plantean el ahorro privado como complemento a las pensiones públicas.
Según un comunicado del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en diciembre se abonará a los pensionistas 17.470 millones de euros. La mayor parte de ese importe (9.678 millones de euros) se cubrirá con la recaudación por cotizaciones del propio sistema de pensiones español. El resto procederá del Fondo de Reserva y de lo que queda del préstamo que el Estado aprobó en junio para la Seguridad Social: 4.206 millones de euros.
Así, la hucha de las pensiones de España, creada en el año 2000, se quedará en 8.095 millones de euros. Desde que en 2012 se utilizó por primera vez este Fondo para cofinanciar las pensiones, se han extraído 74.437 millones de euros.