Daniel Gómez (ALN).- Se confirma lo que dijo ya en campaña el presidente Andrés Manuel López Obrador. Que hubo corrupción en los contratos del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, la obra que como mandatario canceló. Hay nombres, montos y toda una investigación policial que lo confirma.
Corrupción en el Nuevo Aeropuerto de Ciudad de México. Un informe de la Policía Federal asegura que la empresa encargada del transporte y la compra de materiales pagó sobrecostos tres veces superiores a los suministradores de roca para desviar 875 millones de dólares.
La investigación, desde el 12 de noviembre de 2018, está en las oficinas del órgano de control del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, institución encargada en la supervisión del proyecto. Se trata de un documento confidencial que fue interceptado -y verificado- por el diario mexicano El Universal.
Por ese entonces todavía Enrique Peña Nieto era presidente. Y esto es relevante. Andrés Manuel López Obrador, mandatario desde el 1 de diciembre, siempre fue muy crítico con el aeropuerto. Llegó a decir en campaña que estaba “plagado de corrupción”, y hasta escribió un cómic en el que ironizaba con ello.
La acusación de López Obrador no iba desencaminada. De ahí un informe que aún conserva la etiqueta de presunto. Quizá por ello el presidente no le ha sacado partido a este tema.
Cómo se desvió el dinero
Los involucrados en el escándalo son Raúl González Apaolaza, exjefe de obras del aeropuerto, y Carlos Noriega, antiguo directivo de la Administración del Grupo Aeroportuario. La policía también requiere información del exgobernador del estado de Hidalgo, Manuel Ángel Núñez de Soto, quien fue además director del Grupo Aeroportuario.
Se desviaron 875 millones de dólares “mediante el monopolio de viajes de carga y la compra de material”
González Apaolaza es el principal señalado. El informe detalla que, supuestamente, sindicatos y empresas relacionadas con este funcionario desfalcaron 875 millones de dólares “mediante el monopolio de viajes de carga y la compra de material”.
La investigación ofrece más detalles dados por trabajadores de la obra. Aseguran que, por la compra de tezontle -una roca de origen volcánica, muy usada en las construcciones en México- se pagó hasta tres veces más de lo que vale. Lo mismo ocurrió con el basalto.
La eterna polémica
Lo de este aeropuerto parece el cuento de nunca acabar. Primero porque fue un tema de campaña al que López Obrador le sacó partido.
Los inversores le meten presión a López Obrador por el aeropuerto
Luego porque una vez electo, se salió con la suya y, acogiéndose a una dudosa consulta popular, canceló la obra. Un megaproyecto del Ejecutivo de Peña Nieto valorado en 13.000 millones de dólares, y que, además, contaba con Carlos Slim, el hombre más rico del país, como principal contratista.
La cancelación no le salió gratis a López Obrador. Empresarios y banqueros advirtieron que la medida generó desconfianza entre los inversores. Algunos hasta amenazaron con llevar al Gobierno a los tribunales, si es que las medidas de compensación no les satisfacían.
Con todo, parecía que la historia llegaba a su fin la semana pasada. Fue el 3 de enero cuando el ministro de Comunicaciones y Transporte, Javier Jiménez Espriú, dijo que la construcción del aeropuerto se canceló. “Definitivamente”. Y que el Gobierno ya estaba arreglando los contratos con los inversores.
Pero el tema reflotó con esta información de El Universal. Y lo hizo con un matiz dejado a un lado desde la campaña. La corrupción. López Obrador siempre sugirió que la hubo. Y ahora la Policía Federal también lo señala.