Por Pedro Benítez (ALN).- Hoy puede sonar increíble, pero en 2009 un informe del Comando Sur de los Estados Unidos afirmó que el expresidente venezolano Hugo Chávez era “un factor de estabilidad” en el área del mar Caribe. Lo era por las políticas de suministro de petróleo a bajo costo. Así lo señala una alta fuente de la Cancillería cubana al diario ALnavío. Lo que nadie en EEUU previó es que la Venezuela chavista pasaría a ser hoy un factor de inestabilidad.
En 2009, un informe del Comando Sur de los Estados Unidos, por entonces bajo el mando directo del almirante James G. Stavridis, afirmaba que el expresidente venezolano Hugo Chávez era un “factor de estabilidad” en el área del mar Caribe. Hoy puede sonar increíble, pero las políticas de suministro petrolero a bajo costo que, por medio de Petrocaribe, el Gobierno venezolano brindaba a países como Cuba, Haití, República Dominicana y las islas angloparlantes aliviaban significativamente el impacto que por esa época tenían los altos precios del crudo en esas vulnerables economías.
El diario ALnavío conversó con una alta fuente de la Cancillería cubana que conoce el documento en detalles. En exclusiva, el funcionario apunta que el informe señalaba que no había evidencias de que eso amenazara los intereses estratégicos de Estados Unidos, sino que, por el contrario, estaba evitando crisis políticas y sociales, que entre otras consecuencias le ahorraban a Washington una mayor presión migratoria de cubanos y haitianos en la costa de Florida.
El Comando Sur es uno de los nueve comandos del Departamento de Defensa de EEUU, que abarca el área relativa al sur del continente americano, América Central y el Caribe y tiene su sede en Miami, Florida. Cubre 31 países. Es el responsable de proporcionar planificación de contingencia, operaciones y la cooperación de seguridad en las citadas zonas, así como para la protección de los recursos militares de EEUU en estos lugares. También vela por la defensa del Canal de Panamá.
La estrategia de Obama fue la misma de Bush: dejar que el régimen chavista se fuera cocinando en su propia salsa
Los altos mandos políticos del gobierno de La Habana tuvieron acceso entonces a ese documento que fue objeto de análisis por parte de ellos y se da por descontado que Hugo Chávez tenía pleno conocimiento del mismo.
El contenido es muy revelador del auténtico carácter de unas relaciones internacionales en las que lo que parece no siempre se corresponde con la realidad, como muy bien lo sabía Fidel Castro.
En 2001, a raíz del ataque terrorista a Las Torres Gemelas de Nueva York, el mandatario comunista tuvo un discurso donde no sólo se solidarizaba con el pueblo estadounidense y condenaba los hechos por “una cuestión de elemental humanidad”; además se ponía a la orden para combatir el terrorismo internacional del cual Cuba reivindicaba haber sido víctima.
Perfectamente conocedor de la realidad política global, Castro sabía que en esos momentos el gobierno republicano de Estados Unidos era como una fiera herida capaz de cualquier cosa. Como efectivamente ocurrió durante las guerras de Afganistán e Irak. Otro gobernante que llegó a la misma conclusión y vio en eso una oportunidad política fue el presidente ruso Vladimir Putin, quien fue el primer mandatario en todo el mundo en llamar a George W. Bush para expresarle su apoyo.
Los ocho años de guerras y altos precios del petróleo que caracterizaron la administración Bush (2001-2009) fueron aprovechados por Hugo Chávez para consolidar su poder total sobre Venezuela. Las complicaciones globales estadounidenses le permitieron al mandatario venezolano algunos desplantes anti imperialistas como aquel: “Ayer el diablo estuvo aquí (en referencia al presidente norteamericano), huele a azufre todavía” en Naciones Unidas (ONU) en septiembre de 2006. También insultar cada cierto tiempo al inquilino de la Casa Blanca y ser la punta de lanza de sus colegas Luis Ignacio Lula Da Silva y Néstor Kirchner para bloquear el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en la cumbre de Mar del Plata en 2005.
Venezuela con su ingreso petrolero vino a sustituir a EEUU en el Caribe con alguna complacencia por parte de la superpotencia
Además, promovió una red alianzas en Latinoamérica y el resto del mundo, presentándose como un campeón de la causa anti yanqui por entonces con mucha audiencia por la impopularidad de la administración Bush.
Chávez instaló una especie de Guerra Fría con la potencia del norte. No obstante, pese a su retórica, durante los 14 años de su Presidencia, Estados Unidos siguió siendo el principal mercado del petróleo venezolano. La estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) siguió teniendo importantes intereses comerciales en ese país como su filial CITGO, y el gobierno revolucionario de Caracas continuó coordinando su política de precios del crudo con Arabia Saudí, primordial aliado de EEUU en el Medio Oriente.
Con cierta exageración algún articulista llegó a decir que los aviones norteamericanos que bombardeaban Bagdad volaban con gasolina venezolana. No estaba muy lejos de la verdad.
“Vean lo que Chávez hace, no lo que dice”
Desde el punto de vista de la administración norteamericana, el Socialismo del siglo XXI que se ensayaba en Venezuela no amenazaba sus intereses o seguridad nacional.
Un embajador de Estados Unidos en Caracas llegó a afirmar públicamente sobre el mandatario venezolano: “Vean lo que hace, no lo que dice”.
En su primera reunión regional en Trinidad y Tobago en 2009 durante la V Cumbre de las Américas, un flamante Barack Obama aseguró que con la mitad del 1% de gasto militar total de Estados Unidos, Venezuela no era ni lejanamente una amenaza para su país. La estrategia de Obama fue fundamentalmente la misma de Bush: dejar que el régimen chavista se fuera cocinando en su propia salsa.
Ni las acusaciones de colaboración con el narcotráfico o el terrorismo, ni su apoyo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), o a Cuba parecieron inquietar a Washington. Había problemas más urgentes en el resto del mundo.
Tal como menciona el informe citado, en la práctica la política de Chávez tenía cierta utilidad. Por ejemplo, desde que Venezuela comenzó a despachar 100.000 barriles diarios de crudo a Cuba no volvió a ocurrir una crisis de balseros cubanos. No es que se haya detenido la migración de la isla a Estados Unidos por distintas vías, pero no se repitieron incidentes como el “éxodo del Mariel” en 1980 o el maleconazo de 1994.
Venezuela con su ingreso petrolero vino a sustituir a Estados Unidos en el Caribe con alguna complacencia por parte de la superpotencia.
Incluso cuando el expresidente colombiano Álvaro Uribe autorizó la operación en el territorio de Ecuador que acabó con la vida de Raúl Reyes, miembro del Secretariado y portavoz de las FARC, hecho que derivó en una grave crisis en Venezuela, Ecuador y Colombia, que incluyó una amenaza de guerra por parte de Chávez, Estados Unidos vio con complacencia que los propios latinoamericanos resolvieran sus conflictos sin la intervención de ellos.
Desde el punto de vista de EEUU, el Socialismo del siglo XXI en Venezuela no amenazaba sus intereses
En esa ocasión varios presidentes de la región fueron testigos de cómo el mismo Raúl Castro moderaba los impulsos guerreristas de Chávez.
Lo que parece que nadie previó en el Comando Sur, la CIA, en el Departamento de Estado o en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos es que la Venezuela chavista de ser un “factor de estabilidad” pasaría a ser un factor de inestabilidad. Pero no porque se constituyera en una amenaza militar tipo Corea del Norte, sino porque su dramática caída económica está lanzando a centenares de miles de venezolanos hacia Colombia (Leer más: El éxodo masivo de venezolanos moviliza a los Gobiernos de América Latina).
Ahora que a los gobernantes cubanos se les recuerda su colaboración en la gestación de la crisis venezolana, estos recuerdan aquel informe del Comando Sur de 2009.