Daniel Gómez (ALN).- Iván Sandrea es el director ejecutivo de Sierra Oil & Gas. Este venezolano criado en Estados Unidos fundó la primera petrolera privada de México, que también ha sido la primera en hallar crudo tras la reforma energética. Desde que el gobierno de Enrique Peña Nieto planteó liberar los hidrocarburos, Sandrea visionó el funcionamiento de Sierra. Para 2014, cuando el Ejecutivo puso fin al monopolio estatal, la empresa ya estaba consolidada.
Sierra Oil & Gas es la primera petrolera privada de México. También es la primera privada en hallar crudo en el país. Ninguno de los hitos es casualidad. Iván Sandrea fundó la compañía en 2014 motivado por la reforma energética emprendida por el gobierno de Enrique Peña Nieto. Este geólogo nacido en Venezuela y criado en Estados Unidos es un firme conocedor del subsuelo mexicano y del negocio del crudo. Ocupó cargos de relevancia en petroleras de prestigio como Statoil y British Petroleum. También fue representante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ante las Naciones Unidas y socio director en Ernst & Young (EY), asesora durante mucho tiempo de la estatal Petróleos de México (Pemex).
Sandrea tenía en mente fundar Sierra desde que el Estado mexicano se planteó terminar con el monopolio -de más de siete décadas- de Pemex. En las oficinas del Gobierno se comenzó a hablar sobre la reforma energética en el 2000. Sandrea movió ficha, reclutó a un grupo de colegas expertos y visionó el funcionamiento de Sierra Oil & Gas, empresa que se consolidó en 2014, justo cuando se hizo efectiva la liberalización de los hidrocarburos.
Sierra cuenta con una alta cualificación técnica y se declara especialista en la exploración de aguas profundas (área upstream). También ejerce trabajos en el segmento midstream: transporte, almacenamiento y procesado. En estos momentos, la principal tarea del grupo es determinar la capacidad productiva del hallazgo conseguido el 12 de julio de este año, el primero desde que Pemex no monopoliza el mercado.
Precisar la producción del pozo hallado
Las reservas originales del pozo Zama 1 se sitúan entre 1.400 y 2.000 millones de barriles, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) de México. Sin embargo, se trata de una estimación aún sin concretar. Expertos consultados por ALnavío señalan que la certeza de que así sea es muy baja, “quizá del 10%”.
Precisan que lo más lógico es que la producción ronde los 200 millones. Lo que sí puede confirmar Sierra es la calidad del crudo. Read Taylor, vicepresidente ejecutivo de exploración y producción, detalló en un comunicado que se trata de petróleo líquido de entre 28 y 30 grados API, medida con la que el Instituto Americano del Petróleo (API por sus siglas en inglés) determina lo liviano que es el petróleo.
Que se trate de petróleo líquido es una buena noticia, como lo es para Sierra el hallazgo en sí. Fue el primero de la liberalización energética de México y el primero que se licitó en la primera ronda de subastas, en 2015. Sierra Oil, en consorcio con una petrolera estadounidense y otra británica, logró el contrato del pozo Zama 1, localizado en aguas profundas de la cuenca de Tabasco, al sureste del país. La propuesta con la que ganaron fue de 2,9 millones de euros (3,6 millones de dólares), una inversión baja si se tiene en cuenta el potencial del pozo.
En el consorcio, Sierra es el socio mayoritario con un 40%. No obstante, opera el pozo la estadounidense Talos Energy, que cuenta con un 35%. Esta compañía, con sede en Houston, tiene experiencia en la plataforma continental del Golfo de México pues trabaja en aguas de Texas y Luisiana. Por otro lado, está Premier Oil, petrolera británica con más de ocho décadas en el negocio, que ostenta el 25% restante.
El compromiso de Sierra con la reforma energética
No es el único contrato de Sierra logrado en las subastas de la CNH. Junto a Talos Energy y Premier Oil posee otro proyecto en la cuenca de Tabasco, licitado también en la primera ronda de 2015. Además, en junio de este año, ganó una subasta en alianza con la petrolera española Repsol en la zona del Istmo.
Sandrea nunca ocultó su confianza por el poderío del subsuelo mexicano, en estos momentos, el décimo productor mundial a la altura de Brasil. El venezolano estaba tan convencido que sumó al proyecto de Sierra a tres grandes firmas estadounidenses. Los padrinos son: EnCap Investments, líder en aportaciones de capital de riesgo a compañías petroleras independientes en EEUU; el grupo de inversiones en hidrocarburos y electricidad River Stone; y BlackRock, la empresa con más activos bajo gestión en el mundo.
El venezolano Iván Sandrea es el mejor socio de Enrique Peña Nieto en la reforma energética de México
Con el apoyo de estas multinacionales, Sierra salió al mercado con un capital inicial de 441 millones de euros (525 millones de dólares). El proyecto fue tan atractivo que, en su primer año, 2014, la petrolera fue una de las 10 empresas internacionales que más inversiones captó. Este magnetismo sigue presente. Más ahora, tras el hallazgo petrolero en Tabasco. De ahí que el consejo directivo baraje salir a la Bolsa Mexicana de Valores para reforzar el capital de la empresa.
Mientras la petrolera gana músculo, Iván Sandrea se convierte en el mayor aliado del gobierno de Peña Nieto en la promoción de la reforma. El ejecutivo es un asiduo colaborador en la prensa mexicana. Lo hace con un mensaje que, hasta ahora, sigue inamovible: “Hay que apostar por la liberalización energética”.
Sandrea quiere más competidores por el petróleo en México. En 2015, sumó a la causa al magnate Carlos Slim. A través de Carso Oil & Gas, se presentó en consorcio con Sierra en la primera ronda petrolera. No hubo suerte por aquel entonces, pero permitió a Slim incorporar un negocio nuevo a su amplio abanico. En julio de 2017, en la ronda 2.3, Slim sí se declaró petrolero con dos nuevos contratos.