Redacción (ALN).- Las prendas de marcas como Prada y Gucci se venden por montos realmente altos: un vestido de Gucci podría superar los 500 dólares, una pequeña fortuna para la mayoría de los trabajadores del mundo.
Pero ahora un estudio reveló que la estrategia de estas marcas es vender a pobres que buscan lucir como ricos, mientras ellas mismas amasan grandes fortunas en el proceso.
Solo hay que pensarlo: si estas marcas solo vendieran a los ricos su modelo de negocio no serviría, puesto que la población rica es realmente pequeña.
Lo que sucede realmente es que las marcas de lujo utilizan una estrategia conocida como sesgo precio-valor. Significa que cuando el precio del producto es más alto, el valor del producto se percibe como más alto.
No es que la gente rica nunca compre artículos de lujo, pero la mayoría de las veces, los ricos compran artículos de lujo con su dinero extra, no con sus ganancias; y cuando lo hacen, adquieren productos realmente exclusivos.
Las personas pobres y de clase media, por otro lado, compran productos caros, como prendas Gucci, con sus ganancias solo para mostrar que tienen un símbolo de estatus más alto.
El sesgo precio-valor es otra razón por la que muchas personas de clase media concluyen que los productos de lujo son de mejor calidad que los productos que no son de lujo. Algunos también tienen un aumento en la autoestima después de comprarlas.
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